xxi. niño regañado y madre enojada

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Derrotar a Ramón Salazar fue un gran alivio para Ella, demasiado.

Entraron en un elevador, Leon apretando el botón para empezar a descender. Debían de ir en busca de Ashley la cual la vieron siendo cargada por Krauser, ninguno pudiendo acercarse al ser interrumpidos por Ramón.

Ella miró el agua, el elevador tenía vista hacía el mar que rodeaba todo el lugar. Vió de reojo que Leon se posicionaba a su lado con la vista fija en el mar, sonrió mentalmente luego de darse cuenta que desde sus primeros besos no se separaba ni por cinco centimetros. Antes le hubiera dado una patada en los huevos, pero ahora ya no le incomodaba su cercanía.

Vieron como una lancha se alejaba del lugar, a pesar de la lejanía pudieron notar que se trataba de dos personas, y la cabellera rubia de Ashley les hizo saber de quiénes se trataban.

¿Pero adónde se supone que la llevaba?

─¿Adónde la lleva...?

─Seguramente a la isla ─respondió Ella, pensando, Leon la miró─. Es cerca de aquí, Luis... me contó un poco de ella ─negó con la cabeza tratando de no pensar en su muerte ni bien lo nombrara. Debía de sólo recordar los buenos tiempos, no ese final injusto que tuvo.

Sintió como Leon acariciaba desde su antebrazo hasta el hombro, la miró por unos segundos dandole una pequeña sonrisa y salió del elevador una vez que llegó a su destino.

Llegaron hasta una lancha, perfecta para lo que necesitaban. Leon saltó y ayudó a Ella dandole la mano para que entrara, el rubio yendo directo al piloto mientras que Ella se sentaba comodamente en el copiloto.

─Ah, maldita sea... ─maldijo Leon al no ver por ninguna parte la llave, hasta que unos pasos detrás de ellos hizo que Ella se girara.

─¿Buscas algo? ─Ada se mostró, sonriendo divertida con una llave tintineando en su mano.

Ada fue la que manejó la lancha, Leon sentandose en la parte trasera mientras que Ella seguía en el mismo lugar. El viaje fue silencioso, aunque Leon estaba un tanto intrigado por la forma en la que ambas mujeres se lanzaban miradas, como si se comunicaran entre sí. Cosas que Leon no debía de saber.

Una vez que llegaron a un costado de la isla, Leon miró confundido como Ella se pasaba a la parte del piloto y Ada se apoyaba contra un costado, usando de su lanzagarfios.

─¿Qué carajos están...?

─Nos vemos ─se despidió Ada, la lancha moviendose pero rápidamente siendo contralada por la pelirroja. Leon miró con las cejas fruncidas hacia donde Ada se fue, y luego se adelantó hasta el asiento del copiloto, mirando a Ella.

─¿Qué pasó? ─preguntó Ella como si nada, Leon negó con la cabeza intentando no soltar una risa para dar a entender que le divertía.

─¿Qué fue eso?

─¿Qué cosa? ─la lancha volvió a avanzar, buscando dónde les era más fácil quedarse, Leon recargando el brazo en el costado de la lancha.

─Las miradas, Ella.

─¿Cuáles miradas? ─Leon la miró, Ella sonrió al notarlo─. Nada de importancia, cosas de chicas.

─Ahora que lo pienso... si tú y Ada son como amigas y estás ocultandole algo, entonces, ¿la estás traicionando?

Ella se giró hacía él, haciendo contacto visual. A Leon le llegó la vaga sensación de traición en 1998, ¿acaso Ella era igual?

No, ella le dijo la verdad. Confió en él... ¿cierto?

─Tomalo como quieras, pero no es traición hacía ella, porque no es nada en contra suya ─respondió luego de unos segundos, la lancha yendo más lento al no querer chocar contra nada por estar mirando hacía otro lado─. La quiero y mucho, pero no puedo dejar que él se salga con la suya, por lo que debo hacer esto. ¿Lo entiendes, Leon? ─dijo con seriedad, queriendo que el rubio la entendiera.

¹BEAUTIFUL LIAR, leon kennedyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora