ii. mujeres

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Los pasos resonaban en todo el lugar, dos agentes adentrandose cada vez más en un sitio desconocido y demasiado cuestionable. La niebla los rodeaba y los árboles altos ocultaban la luna y las estrellas haciendo que se les dificultara un tanto la vista, pero no tanto como para sacar sus linternas.

Uno de los agentes tenía una vestimenta muy al estilo para hacer misiones como esas, y aunque éste mismo cuestionaba un tanto la vestimenta de su compañera, ella sabía lo que hacía.

Traje completamente negro, guantes cubriendo desde su muñeca hasta la mitad de sus dedos, capa negra pasando por dentro de un cinturón donde estaba la funda de su pistola y unos bolsillos guardando quien sabe que. Los únicos colores eran su cabello rojo intenso y bien cuidado y su cuchillo decorado con gemas rojas en el mango, y bueno, su piel blanca además de un maquillaje suave y leve. Nada exagerado ni muy cargado, solo vistiendo y luciendo excelente como Ella Wright sabía hacer.

Y Leon no podía negar que le quedaba bien. Demasiado bien.

─¿No tienes frio? ─su voz interrumpió el inmenso silencio, Ella parpadeó sin esperarse su pregunta, ni siquiera Leon esperaba esa acción suya.

─Descuide, estoy completamente bien.

Leon asintió, aunque Ella no lo veía ya que iba unos pasos más adelantes dandole la espalda. Leon desvió la mirada, cuestionandome qué carajos le estaba pasando. ¿En serio estaba volviendo a lucir como un tonto de 1998?

─Dios, ¿qué es ese olor? ─Leon hizo una mueca, tapandose la nariz y la boca, tratando de quitar el olor a podrido.

Ella frunció las cejas a medida que se acercaba. Un ciervo muerto tirado en el suelo, manchas de sangre por doquier y un charco enorme debajo del animal. Zumbidos de moscas alrededor. Ella suspiró volviendo a su camino, mentalmente diciendo un "descansa en paz", apiadandose del pobre animal.

─No me quiero imaginar lo que le pasó.

─Probablemente algún lobo, no me sorprendería encontrar uno en este lugar ─comentó Ella, su mirada pasando de un lado a otro, alertada a cada movimiento.

─O incluso una persona. No creo haberle visto alguna mordida, ¿tú si? ─agregó Leon, tratando de cierto modo seguir la conversación, pero Ella solamente negó con la cabeza y volvió a cerrar la boca. Leon suspiró, ¿así iban a estar el resto de la misión?

Iba a ser medio incómodo y poco llevadero. Y Leon ya no estaba para socializar como en 1998.

Se detuvieron frente a una cabaña. Un tanto mal hecha si podían comentar, el techo estaba inclinadi, pedazos de ladrillos faltantes o caídos, y parecía abandonado por su descuidado trato y ninguna luz a la vista.

Leon le hizo un gesto a Ella para entrar e investigar, y ambos avanzaron con sus pistolas en la mano, alertados y listos para defenderse si así debían. Al entrar notaron que la poca luz que había era de unas velas, todo estaba en completo silencio.

Entraron a un pasillo y pasaron por la primera puerta. Una cama con las sábanas dobladas encima, el suelo lleno de rocas y las paderes con pedazos caídos.

─Al parecer aquí no cuidan bien sus casas ─comentó Leon, lo hacía tan inconsciente que cuando se daba cuenta quería golpearse porque parecía más hablarle a una pared que a una persona.

Ella sostuvo un objeto cuestionable hecho con palos de madera, y detrás una nota con tinta roja, tal vez, porque todo el objeto estaba manchada de lo que parecía ser sangre más que pintura roja.

'Se acerca el juicio'

─¿Qué encontraste?

─Es un amuleto, un tanto cuestionable siendo sincera ─se lo mostró y Leon lo agarró, notando la pequeña nota en la parte trasera, mientras que Ella se acercaba a un agujero en la pared notando que al otro lado había una chimenea con el fuego ardiendo en ella.

¹BEAUTIFUL LIAR, leon kennedyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora