viii. apuestas

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tw: pequeña manipulación (tal vez insignificante para varios/as).














─Buen viaje ─les deseó suerte el buhonero una vez que estuvieron satisfechos de vender joyas encontradas por ahí, comprar munición, incluso mejorar las armas.

Era todo un caso ese buhonero. Y debían de admitir que estaban contentos de tenerlo ahí, aunque seguían sin entender quién era realmente.

─Me cae bien ─habló Leon, ambos encanminandose por un largo camino un tanto estrecho─. Es un milagro que no sea uno de esos.

Ella asintió con la cabeza vagamente, no le estaba prestando mucha atención. Debía de hablar con su señora.

─La iglesia... lo conseguimos ─Ella salió de sus pensamientos y alzó la mirada.

La iglesia se mostraba frente a ellos. Una leve nieblina rodeaba el lugar, e incluso, de frente, se situaba un cementerio.

─No puedo creer lo difícil que fue encontrar una maldita iglesia ─se quejó el rubio.

─Cállate ─Leon rápidamente hizo caso, mirandola un tanto ofendido, hasta que Ella se agachó ocultandose de algo─. Tenemos compañia.

Acabaron con los pocos aldeanos que había ahí, para su suerte no vinieron más ni se les complicó, en solo unos pocos minutos ya el lugar estaba libre. Llegaron a la entrada, pero antes de la puerta principal, estaba cerrada por una reja y en el medio había un agujero donde seguramente debían de encajar algo para poder seguir.

─Maldita sea ─Leon tomó de las barreras sacudiandolas como si eperara que con eso haría algo─. Era obvio ─acercó su dedo a su auricular y comenzó a llamar a Hunnigan─. Cóndor Uno a Nido. La iglesia está cerrada.

"¿Y Aguilucho?" Preguntó Hunnigan. Ella lo miraba fijamente, pensando seriamente cómo deshacerse de él por unos minutos. A veces le parecía un chicle en la bota.

Humillante, pero tenía su propio trabajo y debía de hacerlo perfecto. No era estúpida, Leon la tenía en la mira. Mucho más que sólo parar "coquetear".

─Negativo, nada todavía ─respondió Leon─. Pero cerraron este sitio como si fuera un fuerte.

"Ya veo. Y solo se me ocurre una razón para hacerlo."

─Oh est aquí, eso seguro. Veré como entrar. Cóndor uno, fuera ─una vez que cortó la transmisión se acercó a Ella─. ¿Alguna idea de dónde unos aldeanos esconderían lo que sea que va ahí? ─señaló con gracia, ambos rodeando la iglesia para buscar.

─Seguramente no cerca, y no sin refuerzos. Con lo tontos que son, nos daremos cuenta enseguida ─dijo Ella, abriendo una puerta justo a un lado de la iglesia. La mujer inspeccionó el lugar hasta interesarse en un mapa─. ¿Ves? Ya sabemos dónde está la llave.

Leon se acercó a ella a empezar a leer un papel. Algunas palabras faltaban, pero se entendía. La llave estaba en un cueva al otro lado del lago. Leon soltó una risa divertida al estar de acuerdo con Ella.

─Mejor no se los digamos, así siguen diciendonos dónde está cada cosa. Aunque no me gusta eso de que un monstruo se encargará de nosotros... Por favor, no más sorpresas ─Leon refunfuñó, acercandose a una mesa en el medio de la pequeña habitación para sostener una foto de Ashley encadenada y, por lo visto, inconsciente.

Ambos bajaron por una trampilla, encontrandose por un pasillo hasta dar con un puente al lado de la iglesia. Había una puerta que daba directo en vez de tener que hacer ese camino corto, pero como estaba cerrado de su lado lo abrieron, ahora no debían de entrar a esa habitación para cuando tengan que volver.

¹BEAUTIFUL LIAR, leon kennedyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora