iii. sangre

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Luego de unos minutos, finalmente llegaron al pueblo. En la casa anterior habían encontrado unas notas y fotos, en una de ellas estaba Ashley, atada e inconsciente. Por lo que pudieron ver, debía de estar en un pueblo o un lago, pero el lago se lo dejaron a Hunnigan para que les indicara el camino.

Se detuvieron tras un árbol a la entrada, notando que los habitantes se encontraban merodeando por ahí. Leon sacó sus binoculares, verificando cada cosa a su alcance, mientras que Ella esperaba pacientemente a su lado, mirando a su alrededor para notar un camino que rodeaba el pueblo pensando en que por ahí podrían pasar un tanto desapercibidos.

Unos gritos un tanto lejanos llenaron el ambiente, Ella miró al frente, soltando un suspiro al ver que el policia restante se estaba consumiendo en fuego. A los segundos, sus gritos cesaron y supieron que ya estaba muerto.

─Mierda ─murmuró Leon, guardando sus binoculares para mirar a su compañera─. Debemos tener cuidado con estos, no me gustaría morir quemado.

─Bien por tí ─respondió y señaló el atajo con su dedo índice, Leon siguiendo su seña─, porque ahí tienes un camino para pasar de desapercibido y no terminar quemado.

─Gracias ─agradeció un tanto en broma, aunque de verdad no tenía ganas de morir quemado─. Te debo una.

─Si tú lo dices ─y pasó frente a él, comenzando a escabullirse.

Cada tanto Ella miraba a su alrededor, además de ver si algún aldeano se daba cuenta de su presencia, verificaba si había algo de valor para su misión. Ambos se quedaron quietos al notar a una mujer trabajar, con suerte no los notó, por lo que Leon se acercó con lentitud y la apuñaló por la espalda, tapando su boca para que no emitiera ningún sonido que alarmara a los otros.

Sin embargo, cuando entraron por un camino, pudieron escuchar un "¡Agarrenlos!" antes de que pudieran darse cuenta y matar al aldeano que los delató.

─Aquí vienen.

─No me digas.

─Pues te digo ─ambos se miraron, uno con burla y la otra con aburrimiento. Ambos llevaron su mirada al frente, viendo como los aldeanos ya iban a por ellos─. Procuremos no separarnos, ¿bien?

─No pensaba hacerlo ─dijo con algo de sarcasmo, en realidad sí pensaba en hacerlo pero si Leon la tenía en la mira iba a serle un tanto difícil.

Terminaron entrando a una casa. Leon cerró la puerta con una tabla de madera para que no pudieran pasar mientras que Ella inspeccionaba la casa, estaba por ir a la segunda planta pero se detuvo al oír un ruido afuera. Como una motosierra.

─No me jodas ─Leon rápidamente se dirigió a una mini ventanita para verificar que no hubiera escuchado mal, Ella se acercó a su lado para mirar─. ¿Es una broma?

─Pues tú no querías morir quemado, ¿eh? ─Ella lo miró de reojo, sosteniendo su pistola para ver cuántas balas tenía.

─Sí, pero tampoco por eso.

─Tengo la planta alta, tú la baja ─Leon ni siquiera pudo asentir o negar cuando Ella ya estaba subiendo las escaleras. Pero luego de escuchar como querían entrar por las ventanas y arriba rompían el vidrio, pensó que era un buen plan por lo que decidió cerrar la boca y prepararse.

Aunque la mala suerte estaba de su lado, el aldeano de la motosierra ya estaba rompiendo la puerta. Lo único bueno es que sabía que Ella estaría a salvo, de cierta forma confiaba en que sabía arreglarselas. Por ahora, se notaba segura y sin miedo.

Escuchó unos gritos desde afuera, escuchando un leve golpeteo, dandose cuenta de que era una escalera que seguramente Ella tiró.

Mientras que con Ella, ella dejó de mirar hacía afuera luego de tirar la escalera, y se dió media vuelta yendo directo hacía el aldeano que mató. Sacando una jeringa y un recipiente, movió el cuerpo del hombre para poder tener su pecho a su comodidad. Luis le dijo exactamente dónde debía de sacar algo de sangre, por lo cual llevó la jeringa a la altura de sus pulmones, esperando a encontrar la Plaga.

Miró la jeringa llena de sangre una vez que la completó, sólo veía sangre roja, ningún indicio de Plaga o algo diferente. Aún así, decidió pasar la sangre al recipiente y guardar los objetos. Para cuando dejó el cuerpo, se dió cuenta de que volvieron a colocar la escalera, con suerte de no haber sido interrumpida.

Escuchó que el de la motosierra ya estaba dentro, por lo que luego de volver a tirar la escalera y dispararles a algunos, se dirigió a la escalera.

─¡Agente Kennedy! ─el mencionado no tardó en entrar en su campo de visión, mirandola de reojo antes de volver a disparar─. ¡Agarre!

Leon sostuvo la escopeta antes de que se cayera, agradeció y decidió usar las balas de escopeta en el de la motosierra, mucho más fácil y llevadero que la pistola.

Estuvieron unos minutos así, Ella arriba y Leon abajo, hasta que a Leon se le amontonó muchos aldeanos y tuvo que subir.

─¡Será mejor salir de aquí, es muy poco espacio!

Ella hizo caso y miró hacía una ventana, notando que dirigía al tejado.

─¡Por ahí! ─señaló y ambos saltaron la ventana, siguiendo disparando o acuchillando. Pero el más difícil era el de la motosierra, ni con granadas explosivas se moría.

De repente una campana sonó, un tanto lejano pero lo suficiente como para ser escuchada por los dos. Leon no se detuvo, pero Ella sí, hasta que vió que ya nadie los estaba tomando en cuenta. Como si se hubieran olvidado de lo que estaban haciendo.

─¿Eh? ─Leon miró a todos, éstos sólo miraban hacía una misma dirección.

"La campana.. hay que obedecerla" lograron escuchar, proveniente de una mujer, y todos inmediatamente comenzaron a caminar hacía una casilla. Incluso dejando las herramientas que utilizaban intentando herir a ambos agentes.

Ella los miró con seriedad, algo así le dijo Luis, pero muy vagamente. Sin dar mucha información. Debía de hablar con él cuanto antes, pero hace varios días que no tiene ninguna señal de vida, lo cual por un lado le preocupaba y estaba ahí para encontrarlo.

─A Lord Saddler, todopoderoso ─murmuró un hombre, pasando junto a ellos, haciendo que Ella lo mirara. Recordando ese nombre.

A los segundos sólo Ella y Leon quedaron en todo el pueblo, a excepción de unos cuantos cuerpos tirados por doquier. Ella miró que en la puerta de la casilla había un simbolo, el mismo diseño del amuleto en aquella casa. Ahora tenía sentido.

─¿A dónde van todos? ¿Al bingo?

¹BEAUTIFUL LIAR, leon kennedyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora