xvi. "te creo"

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"Lo siento, princesa. Tengo algunos problemas, sólo llamo para avisarte que tu amado está bien. Te llamaré luego, ¡chau!"

Ninguno se miró ni soltó alguna palabra en todo el camino. Fue como estar en otro mundo, o mejor detallado: como si volvieran a estar en otra misión en solitario.

Y nunca se sintió tan mal como en ese momento.

Llegaron a un sitio donde parecía haber un altar, personas hechas de cera que casi los hace retroceder pensando que eran reales. Una en el medio su cabeza estaba destrosada por la plaga, y otras cuatro a su alrededor como si le estuvieran rezando. Vaya escalofrío.

Se escucharon voces por lo que pasaron por el lugar en silencio, Leon acercandose a unas estatuas junto a una puerta cerrada y Ella agarrando una nota que decía algo de devolver la llama carmesí a su lugar para encontrar el camino, para luego ver que se trataba de las estatuas. Una con una lámpara de llama carmesí, y la otra sin nada, pero con una posición de que va a sostener algo.

Ella miró cuidadosamente en donde se escuchaban las voces, más personas encapuchadas pero una era especial, usando una túnica roja y portando una lámpara de llama carmesí, lo que buscaban.

Portó su rifle y Leon la miró un tanto confundido, con eso iba a llamar la atención, hasta que se fijó bien cuál era su propósito, preparandose para dispararle a los sobrantes. El primer disparo se escuchó y ya podían escuchar las frases de "matadlos". Por suerte, se deshicieron del que parecía más importante.

Subieron al segundo piso y Leon encontró una palanca, decidiendo usarla, provocó que un candelabro cayera y aplastada a uno o dos. Por lo menos fue buena suerte y ahora tenían menos de qué preocuparse.

Se acercaron al primer muerto quitandole la lámpara y volvieron al principio, logrando abrir la puerta para poder seguir. Encontraron otra puerta, ésta estaba cerrada pero se podía ir por arriba. Leon impulsó a Ella y una vez revisado todo, encontrando tesoros para el buhonero, retomaron la búsqueda.

Llegaron a una habitación, el silencio ahí era abrumador haciendo que Leon sacara el arma listo para atacar o defender. Vieron una ventana abierta, y algo les dijo que había alguien. Tal vez Ashley, tal vez otra persona..

Como Ada Wong. Ella se detuvo unos pasos atrás de Leon, girando lentamente la cabeza, sólo para notar a la mujer vestida de rojo, su color más característico. Ada sonrió al verla, Ella negó con la cabeza correspondiendo a la sonrisa, típico de hacer entradas cuando menos te lo esperas.

─Nunca decepcionas.. Ada.

Leon se dió media vuelta rápidamente, bajó su arma sorprendido e incrédulo al ver a Ada. Aquella mujer que dió por muerta hace seis años.

─¿Ada? ─preguntó Leon en un murmuro, con las cejas fruncidas.

─Veo que se conocen ─dijo Ella, dando algunos pasos alrededor, sin un rumbo fijo.

─Lo mismo puedo decir ─sonrió Ada─. Y ninguno de los dos parece sorprendido de verme. Interesante...

─Sí, bueno, después de seis años no esperaba tal recibimiento y saber cosas que no me esperaba ─respondió Leon con sarcasmo, ¿desde cuando Ella y Ada se conocen? Y parecen llevarse demasiado bien, teniendo en cuenta ambas reacciones.

─Todos ocultamos cosas, Leon ─se encogió Ada, como si fuera cosa de todos los días. Aunque Leon sabía que que decía la verdad, o por lo menos, ella iba muy bien con esa frase.

─Lo sé bien, no hace falta que me lo repitas ─soltó muy borde, Ada sonrió de lado sacudiendo la cabeza, sí que había cambiado─. ¿Para quién trabajas esta vez?

¹BEAUTIFUL LIAR, leon kennedyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora