¹BEAUTIFUL LIAR, leon kennedy

xxix. papeles en la relación

Habían perdido a uno de los de S.R.T. La única que quedó de ellos fue Angela, la cual era detenida y arrastrada por Leon tratando de que no hiciera una locura y lo fuera a buscar. Sabía bien el sufrimiento y la negación que sentía, pero no podían perder a alguien más.

Lo último que escucharon de él fueron sus disparos y gemidos de dolor.

Se detuvieron unos segundos cerca del avión que se estrelló contra el aeropuerto, justo donde Ella había estado, en la sala de espera. Fue un milagro que haya salido ilesa de ese suceso.

Ella tomó la mano de Leon que la ayudaba a subir unos escombros y le apretó la mano como agradecimiento, alejandose para ver si la menor del grupo se encontraba bien. Tenía una cierta debilidad por los niños.

─¿Lograremos salir de aquí? ─la voz temblorosa del senador la hizo girar la cabeza luego de que la niña le asintiera, haciendo que se levantara colocando a Rani protectoramente detrás suya al notar que zombies ya estaban acercandose.

Claire miró aquello, dandole una sonrisa de agradecimiento por ayudarla a proteger con mayor seguridad a Rani.

─Tenemos una ruta para salir según instrucciones ─respondió Leon, colocandose a un lado del senador y levantando la pistola para apuntar com precisión─. Eliminaremos a todos los que podamos ─el senador saltó de su lugar ante el disparo─. Y luego correremos. ¡Angela, cubreme!

La mencionada volvió su mirada hacia atrás, seguramente pensando en su viejo amigo. Luego asintió y se puso en marcha a comenzar a liberar el camino. Con la ayuda de Leon, Ella decidió unirse, dejando el cuchillo a Claire por si algo sucedía y no había nadie cerca para ayudarla.

─Gracias, Ella ─agradeció y se quedó mirando alrededor mientras que la pelirroja se posicionaba a un lado de Angela, uniendose a ellos.

─¡¿No pueden eliminarlos más rápido?! ─Ella entrecerró los ojos ante el chillido del senador, los disparos intentando amortiguar su molesta voz y presencia.

─Se están acumulando por aquí ─avisó Claire, los tres dejando de disparar para darse la vuelta y mirar el panorama.

─Nunca saldremos de aquí, ¿verdad?

─Se pone difícil ─comentó Leon, recargando su arma─. Vamonos ya.

Un grito interrumpió el momento, la secretaria usaba sus manos para arrastrarse y alejarse de aquellos zombies que salían del interior del avión. Leon, Ella y Angela tapando a los demás para matarlos, Claire ayudando a la mujer a levantarse y protegerse.

Ella dejó de disparar al escuchar un grito infantil, su alerta la hizo girarse con rapidez. Sintió la tensión envolverla al ver a Rani en peligro, unos cuatros zombies teniendo su completa atención en ella.

─¡Rani! ─vio como Claire saltaba del escombro hasta ella y la abrazaba con fuerza, el cuchillo en mano pero que al tener a los cuatro zombies amontonados entre sí no sabía cómo arreglarsela sin riesgos.

No obstante, Ella saltó hasta llegar a ellas y sin perder el tiempo apuntó al más cercano, dandole una bala entre el medio de las cejas. Uno de los infectados intentó abalanzarse sobre ella, Claire rápidamente le dio una patada en la cabeza mandandolo al suelo donde le clavó el cuchillo. Los otros dos fueron facilmente derrotados, su cuerpo inepto acabando entre escombros.

Ella inhaló profundo y dio una rápida inspección, asegurandose de que no hubiera peligro. Y se giró hacia ellas, sonriendo al verlas abrazadas.

─¿Están bien?

Rani asintió, dandole una sonrisa nerviosa pero más calmada.

─Sí, en serio te agradezco tu ayuda ─sonrió Claire, mirandola agradecida─. Gracias, otra vez.

─No hay problema ─negó Ella, hizo un gesto con la cabeza y las tres volvieron con los demás que ya se habían liberado de los suficientes como para seguir.

Con la diferencia de que el senador ya no estaba ahí, y algo les decía que él tuvo que ver con el peligro de Rani.

Lograron salir ilesos del aeropuerto, una unidad ya esperandolos afuera. Cuando estuvieron seguros de que no estaban heridos ni mordidos, los dejaron libres, no sin antes avisarles que debían de esperar a que les atendiera alguien para ponerles una vacuna, disque para un refuerzo.

Ella miró como Rani se reunía con su tía, incluso estuvo satisfecha al ver como Claire le daba una bofetada bien merecida al senador por haber asustado a la niña. Una pequeña sonrisa en su rostro, sentía un alivio en su pecho al ver la linda escena de reunión.

Aquello no la dejó en paz ni cuando estuvo en una carpa aparte, solo con la soledad. Sabía bien que sus encuentros con su familia eran escasas, y cada vez eran mayores desde que el presidente de Estados Unidos puso su confianza en ella. Todo para tener más acceso e información clasificada.

Salió de sus pensamientos al escuchar el movimiento de la entrada de la carpa siendo movida y dejando paso a Leon, Ella sonrió de lado al ya esperarse que aparecería. Guardó su comunicación con la señora luego de mandarle lo poco que recaudó y se apoyó contra una mesa, mirandolo con los brazos cruzados.

─Al parecer alguien me estuvo extrañando mucho ─soltó una broma al verlo acercarse a ella sin vacilar. Leon rió con gracia y rodeó su cintura con sus fuertes brazos, escondiendose en su cuello, anhelando un tiempo a solas desde que Ella tuvo que irse hace exactamente dos meses─. Veo que es un 'sí'.

─Sí ─dijo sin más, ni siquiera tardó un segundo en afirmarlo.

Leon la tomó de los brazos e hizo que lo abrazara, Ella rió ante la acción y aceptó sin quejas. Tampoco es que las tuviera. Sintió calidez al sentir como Leon la atraía a su cuerpo, sin dejar ni un solo centímetro.

No importaba lo mucho que Leon cambiaba en frente de todos a medida que pasaban los días, Ella supo que él jamás iba a cambiar si se trataba de ella. Y definitivamente eso hizo que sintiera algo que ni su familia la hizo sentir, pero seguía sin saber qué.

Pero le gustaba mucho como para querer ignorarlo o cambiarlo.

─¿Estás bien? ¿Te sientes cansada? ¿Necesitas algo? ─Ella lo sostuvo de las mejillas e hizo que la mirara, interrumpiendolo antes de que comenzara a bombardearla de preguntas preocupantes.

─Todo bien, tranquilo ─sonrió tratando de calmarlo─. Sabes que puedo cuidarme sola, al igual que sé que tú también puedes por lo que estoy tranquila, puedes hacer lo mismo.

─Puedo pero no quiero ─reclamó como un niño y se acercó a ella para plantarle un beso largo en los labios y otros más en todo su rostro, convenciendose a sí mismo de que su novia estaba sana y salva.

Aquel Leon de 1998 volvía para sanar. Ya ni siquiera recordaba esas noches de puras pesadillas e insomnio. No desde que Ella apareció en su vida.

Ella soltó una risa al sentir tantos besos y la atrajo para otro en los labios, sintiendo una sensación en su estómago.

─Pero mi única queja es que no me hayas respondido la llamada ─se quejó casi sin separar sus labios de los suyos, volviendolos a juntar, sus brazos sujetandola para juntar cada parte del cuerpo.

─Qué dramático saliste ─bromeó Ella, pero Leon no respondió, otra vez besandola.

Era bien claro quién era el demostrativo en la relación.