ix. protección

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Leon empujó la puerta y se encontraron frente al lago, cerca de ahí vieron una lancha que podrían usar para cruzar e ir a la cueva donde estaba la llave de la iglesia. Se acercaron a un rincon y ambos sacaron sus binoculares, Ella mirando alrededor y Leon en el centro.

Luego de la galeria de tiro no volvieron a tocar el tema, pero Leon estaba seguro de que la apuesta se cumpliría.

Leon le hizo un gesto a Ella para que mirara lo mismo que él: una lancha siendo usada y ubicada en el centro del lago. Vieron a dos aldeanos, quienes se detuvieron y cargaron un cuerpo. No tenía cabeza, pero su ropa les daba a entender de que era uno de los policias. No sabían cuál de los dos, pero ya no importaba mucho. Los vieron tirar el cuerpo al lago, y luego se marcharon.

Esperaron unos segundos a ver qué pasaba, hasta que un monstruo gigante salió de nada, sobresaltando a Leon. Ella fruncía las cejas, ese era el dichoso monstruo que se encargaría de ellos.

─¿Qué diablos fue eso? ─preguntó Leon luego de que el monstruo desapareciera, llevandose el cuerpo del policia en su estomago.

─El monstruo del lago ─respondió con obviedad, siguiendo con los binoculares puestos.

─No me digas, no sabía.

─Pues ahora lo sabes. Eh, mira ─señaló Ella hacía un costado, Leon llevó sus binoculares a los ojos y alumbró a un castillo.

─¿Un castillo? ─preguntó confundido─. Supongo que ahí vive el tal Dios suyo, ¿no?

─No sé, ¿qué tal si vamos a ver para que verifiques? ─dijo sarcasticamente, guardando sus binoculares y yendo hacía la lancha.

─Cuando gustes ─siguió con gracia.

Una vez cerca de la lancha Ella se subió, la lancha se movió con lentitud pero rápidamente obtuvo el equilibrio. Se acercó al motor y la prendió, para su suerte lo hizo. Primera vez que se la dejan fácil. O tal vez no tan fácil, puesto que el monstruo seguía bien vivo.

─¿Me llevará a un viaje por lancha? Eso debería de hacerlo yo, suena más romántico ─bromeó Leon, saltando a la lancha. Se movió con más brusquedad, pero ninguno perdió el equilibrio como para tomarle importancia.

─¿Acaso no te gusta que tu compañera te lleve de viaje y tú puedas descansar? ─Ella esperó a que se sentara, y una vez que supo que ya estaban bien, empezó a acelerar con lentitud. Tal vez si iban lento no llamaban mucho la atención.

─Entonces te preocupas por mí. Lo sabía, nadie se resiste a mí ─Leon se cruzó de brazos, luciendo orgulloso. Ella soltó una risa silenciosa y negó con la cabeza, en vez de responderle miró a los lados, buscando algún movimiento sospechoso─. Entonces.. mientras esperamos a que nos maten, ¿qué tal si me cuentas un poco de tí?

─¿De mí? ─repitió, frunciendo las cejas. No se lo esperaba si era sincera.

─Sí, de tí. Aunque si no quieres, puedo empezar yo. Tal vez.. una pregunta cada uno ─se encogió de hombros, tratando de lucir indiferente. Deseaba conocer más a Ella. Ganarse su confianza─. Como un ping pong.

Ella soltó una risa nasal, incredula─. ¿Cómo un ping pong? ¿En serio?

Leon se encogió de hombros nuevamente─. Sí.

─¿Y qué es lo que el gran agente Kennedy quiere preguntarme?

─¿Qué tal si me cuentas sobre.. ─Leon pensó seriamente, tenía tantas preguntas que no sabía por cuál empezar─ tu familia? ¿Cuántos? ¿Ese tal Luis pertenece a ella? ─debía de ser cuidadoso. Ella no sabía que él ya sabía sobre su relación, pero quería que Ella lo confirmara por sí misma.

¹BEAUTIFUL LIAR, leon kennedyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora