Aquí me quedo

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Al día siguiente Alessandra se presentó a desayunar recién salida de la ducha, lo que indigno a Olga. Llevaba el cabello húmedo e iba sin maquillaje. 

Al contrario de Olga, a Massimo esto le excitaba más. En cuanto se sentó  a su lado una ráfaga le hizo llegar su característico aroma mucho mas intenso debido a la humedad de su cuerpo. Cuanto deseaba estar con ella en la ducha, sentir ese aroma en su cuerpo, empaparse en él. 

La observó con detención, era extraño pero le gustaba que estuviera así de desarreglada, era hermosa y natural, en todo tan distinta a las mujeres que siempre le atrajeron. ¿Siempre había observado mal a las mujeres? Alessandra era el ejemplo del tipo de mujeres a las que nunca observó, pero al parecer lo que siempre necesitó ¿O ella era la única mujer que le atraía no importaba el aspecto que tuviera?

Los días siguientes fueron tensos, Mario no ocultaba que le desagradaba su presencia, Doménico era distante y el personal no sabía como actuar. Los únicos que los hicieron llevaderos eran Olga, Luca y Massimo.

Alessandra se enfocó por completo en Luca y el resto de su tiempo lo dividía en salir a nadar o se encerraba en su dormitorio, por lo que Massimo no la veía mucho y no le agradaba. Por lo menos continuaban entrenando juntos y desde que se sabía su verdadera identidad, no se contenía.

Massimo no sabía como soportar esto último, cada ves que luchaban le torturaba imaginar como sería someterla contra el suelo en la jaula y sentir su aroma intenso. Imaginaba recorrer su cuerpo ardiente y sudoroso. Estaba seguro que le gustaba duro e intenso, y sin ningún preámbulo. Pero por más que generara situaciones ella lo ignoraba y bloqueaba cualquier intento, por lo que este último tiempo su único consuelo era masturbarse pensando en ella....definitivamente había regresado a la adolescencia.

La vida lo castigaba arrebatándole lo que más le gustaba hacer, poseer a la mujer que deseaba y sexo en abundancia. Lo sabía, ella era su castigo divino, ya que por más hambriento que estuviera jamás la forzaría como había hecho muchas veces anteriormente. Esta vez quería que ella lo aceptara, lo amara, lo deseara, y que le rogara por más.

Transcurrieron un par de semanas normales hasta que un día durante el desayuno anunciaron la visita de la señorita Gabriela D'ambrosio.

Alessandra palideció, no podía ser que estuviera ahí, el pasado tocaba su puerta y no estaba preparada aún.

- ¿Qué le dijiste Andrea?

- Que consultaría si se encontraba en casa ya que sale a entrenar temprano.

- Muy bien, dile que no estoy, que fui a nadar y regresaré más tarde.

Massimo estaba igual de sorprendido que Alessandra, la presencia de Gabriela indicaba que la burbuja en la que vivía con Alessandra se había roto y su familia ya se había enterado de todo.

- No es necesario que niegues su presencia, se que está aquí -gritó Gabriela ingresando a la sala-.

Olga no entendía que estaba sucediendo y le pidió a María que fuera con Luca a su sala de juegos. Massimo y Doménico estaban tensos, no tenían muy buenas relaciones con los D'ambrosio y que la nieta del viejo Gabriel irrumpiera de esta forma los tenía incómodos. El desconcierto predominaba en la mesa.

- ¿Qué haces aquí Gabriela?, por qué irrumpes de esta forma, estoy segura que si  tía Laura se entera no estará muy contenta con éste comportamiento.

- No vengas con estupideces Alessandra, no actuaría así si tu no me obligaras a hacerlo. Ya le estabas dando instrucciones a Andrea para que negara tu presencia.

- Entenderás entonces que si quiero mentirte es porque no quiero hablar contigo.

- Vamos a conversar de todos modos y agradece que soy yo la que vino, sabes lo que sucedería si hubiese venido Ángelo o Luciano.

- Al grano Gabriela, no han sido días fáciles y no quiero mas problemas en mi vida -estaba comenzando a perder la paciencia, lo que le faltaba, falsa preocupación de su familia-.

- Por eso vine.

- Pues ya ves, estoy viva y no me tienen encadenada en el sótano. Estábamos desayunando tranquilamente hasta que interrumpiste. Estaba comiendo un pastel delicioso y lo quiero terminar, así que habla rápido y espero que sea importante para interrumpir así.

- Había olvidado lo insoportable que eres. Imaginarás que sabíamos que te encontrabas aquí desde el principio, y cuando descubrimos que revelaste tu identidad nos preocupamos mucho, Ángelo quería intervenir de inmediato, pero lo convencí de que te las arreglarías si algo malo sucediera.

Pero ahora que han transcurrido varios días y se sabe la verdad ¿Por qué continúas aquí? Probablemente Valeria también ya lo sabe y puede atacar. Debes volver con la familia o quieres poner en peligro a los Torricelli

- Estoy aquí por que soy la institutriz de Luca y no soy imbécil Gabriela, no necesito que se preocupen por mi. Se cada uno de sus pasos y no vendrá por mi aquí. De hecho es más seguro para mi vivir aquí que en en Génova.

- No sabemos Alessandra, nadie sabe que pasa por la cabeza de esa mujer, debemos estar juntos y preparados. Ahora que estas aquí todo es mucho mas peligroso, esto no es Londres.

Esa frase quito el seguro de la granada y la ira de Alessandra explotó.

- ¡Que esto no es Londres! ¡Que sabes tú de mi vida en Londres! No sabes absolutamente nada Gabriela.

- No se nada de tu vida en Londres por que nos alejaste a todos, pero por lo menos estábamos tranquilos que estabas viva y lejos de todo esto. Pero ahora estás aquí, en la casa del hombre que casi te asesina y exponiéndote sola ante Valeria.

- A mi nadie me mata tan fácilmente Gabriela. Durante estos 12 años Valeria me ha intentado asesinar mínimo una vez al año y sin un patrón para poder encontrarme desprevenida.

Gabriela y todos en la mesa quedaron impactados. A Massimo le estaba comenzando a arder la sangre, así que ella era su enemigo, se lo debió imaginar antes, en la investigación estaba claro Fue un estúpido en no darse cuenta.

- Así que estas impactada Gabriela, nadie te contó sobre eso. Era obvio, siempre el estúpido de Sebastián que no quiere generar revuelo, cree que con solo enviar hombres para protegerme era suficiente. Intento de secuestro, atropello, emboscadas, incendio y una vez desperté con un cuchillo en mi cuello. Esas son las cosas de las que he escapado todos estos años y ya ves estoy viva, por que no voy a morir hasta que me la lleve conmigo.

Y espero que con todo esto te quede claro que no tengo ánimos de volver a Génova a verle la cara a ese imbécil. Por lo menos por el momento.

Gabriela no sabía que decir, nunca se lo habría imaginado, y tampoco le gustaba que los Torricelli se enteraran de esos problemas en la familia.

- Podemos conversar en privado Alessandra.

Aunque Alessandra no tenía ánimos de seguir conversando de esas cosas con Gabriela, sabía que no se la sacaría de encima hasta escucharla.

- Esta bien vamos a mi dormitorio -comenzó a buscar en el bar algo para superar esta situación-.

Ambas amigas subieron a conversar.

365 DÍAS DE REDENCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora