Necesidad

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Tal como lo había dicho, Francesco apareció en la casa al atardecer. Su visita fue corta, se limitó a ver como se encontraba Alessandra, cruzó un par de palabras con Olga y se marchó rumbo a Génova. 

Alessandra no despertó ese día. Massimo se quedó junto a ella cuidando que estuviera bien. Por fin se sentía completo, la necesitaba a su lado. 

Aprovecho de leer nuevamente la investigación de Lorenzo sobre ella. Sabía los acontecimientos más relevantes en su vida, pero debía ordenarlos y memorizar las fechas importantes, para así apoyarla y prevenir situaciones como ésta. 

Paró la lectura y miró con ternura a Alessandra, había tenido una vida muy dura. La lista de pérdidas en su vida era larga; su hermano, madre, abuelo y abuela Campodónico, abuelos de Londres... y su padre. 

Se levantó,  se sirvió lo que quedaba de la botella que había subido y salió al balcón. Comenzaba a amanecer, por fin un amanecer tranquilo después de estos días de desesperación. Tenerla de vuelta lo había relajado y el wisky estaba haciendo efecto por lo que entró para recostarse. 

Se encontró con Alessandra sentada al borde de la cama que intentaba levantarse pero al parecer continuaba mareada. Se apresuró a ayudarla, pero ella lo ignoró y fue en dirección al baño.

- Espero que no vigiles mientras orino Torricelli , dame ese mínimo de privacidad -le dijo y se marchó al baño-.

 Massimo suspiró eliminando toda la tensión, su Alessandra estaba de vuelta. 

La siguió hasta el vestidor y esperó a que saliera del baño. Se estaba comenzando a impacientar cuando la vio salir. Era un desastre, su cabello estaba fuera de control, se había lavado el rostro para despertar por lo que tenía el maquillaje a medio retirar, no había bajado completamente su minifalda y su desordenada blusa a medio abotonar le dejaba ver bastante. Era un desastre delicioso.

Ella salió en busca de un pijama y comenzó a desvestirse ignorando su presencia ¿Sería el alcohol?¿Continuaba borracha? Primero soltó su minifalda la que cayó al suelo dejando a la vista sus piernas y  su delicioso trasero. Cuando se subió la blusa para sacarla por la cabeza, dejo al descubierto por completo su espalda, y la luz del amanecer iluminaba su silueta....esto era demasiado para él.

Salió disparado y desesperado hacia Alessandra que se encontraba de espalda a él y se comenzaba a colocar la parte superior de su pijama. La tomo de los brazos y la volteó. La acorraló contra una pared mientras la besaba al borde de la desesperación. Cruzó sus brazos por su espalda apretándola contra su cuerpo mientras recorría su espalda con sus manos. Ninguno de los dos respiraba, Massimo la había tomado por sorpresa y no pudo escapar. Ella también tenia muchos sentimientos reprimidos que con el efecto del alcohol liberó con intensidad.

La tomó por la cintura y la subió, ella cruzó sus piernas alrededor de su torso y podía sentir su vagina contra su abdomen. La tomó por sus nalgas y comenzó a subir hasta llegar a sus pechos, al fin podía tomarlos con sus manos y acariciar sus pezones con su pulgar. La sintió estremecer y ahogar un gemido en sus labios. Suficiente, la llevo a la cama...ella era su necesidad.



365 DÍAS DE REDENCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora