Capitulo 9 parte 2

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Mientras nuestros labios se devoraban, mientras metía su lengua en mi boca, sabía a marihuana y goma de mascar, no sé porque pero intenté grabar ese sabor para el resto de mi vida.

- Necesito estar dentro de ti, quiero entrar en ti - No sé si era el efecto de la marihuana, pero su voz sonaba como el cielo.

- Si - Susurre totalmente perdida en un mar de sensaciones

Se separó de mi, mientras sentía como mi cuerpo caía pesado en la tina del baño, todo me daba vueltas, pero de pronto me sentía ligera, sin fuerzas.

<<Jo...>>


No puede ser... Mis ojos se llenaron de lagrimas, no ahora, por favor, él está aquí, no puedo permitirlo.


- ¿Estás bien? - Max de pronto estaba de regresó... Uno de los efectos más comunes de la droga.

- Si - Regresé inmediatamente, evite mirarle a los ojos, estaba de rodillas, mientras que Max estaba de  pie con su prominente erección.

No lo pensé dos veces antes de lanzarme hacia él, lamí de nuevo su pene, mientras lo introducía lentamente en mi boca.

- Me encanta... - Cada palabra hacia que me excitara más y más - ¿Quieres que te toque?

- Si - susurre dándole otra lamida a su pene.

- Ven aquí - Me indico que me  acostará boca arriba en la tina de baño.

De pronto sentí sus dedos en mi vagina, no sabía nada del punto G, o siquiera del clítoris, pero en el momento que comenzó a bombear con sus dedos, todo el ruido cayó en un silencio absoluto.

- ¿Te gusta? - Sus dedos hacían magia

- Sí...

- ¿Te gusta? - Su voz se escuchaba gruesa por la excitación.

- ¡Sí! - Casi sentí como mi cuerpo se quería convulsionar y mi abdomen bajo comenzaba a palpitar.

- Te voy a coger...

- Sí... Cógeme.

Max sacó sus dedos de mi interior, mientras me sentía cada vez más húmeda ¿Como alguien como él puede estarme follando? ¿Qué hice para merecer tan divino favor? Definitivamente los Dioses griegos estaban de mi lado.

Max se situó en una de las partes laterales de la tina, mientras tomaba mis caderas y metía su pene hasta el fondo.

Solté un grito de placer, mientras Max gemía roncamente, no sabía realmente lo que hacía, era mi segunda relación sexual, no es como en los libros en que las mujeres a la segunda vez se convierten en maniáticas sexuales, simplemente me dejé guiar por el placer.

Sus manos guiaban el movimiento que deseaba, así lo hice, movía mis caderas, para complacerlo... Solo a él.

- ¿Es mío tu culo? - Articule un confuso "si" - Dime que es mío

- Es tuyo... - Nos movíamos en sincronía, mientras sentía como todo mi cuerpo se comenzaba a relajar, casi al punto de explotar  ¿Qué es esto?

- Me voy a venir - Me dijo en medio de los gemidos, debía reconocer que era demasiado ruidosa.

En el momento en que dijo esas palabras, algo exploto muy en el fondo, mi cuerpo se acopló por completo al de él, mientras sentía como mi vagina se contraía y Max lanzaba un grito de liberación.

- Me has exprimido - Dijo riendo

Me dejé caer en la tina, no solo mi orgasmo había explotado, algo dentro de mi corazón lo hizo también, retuve las lagrimas mientras me ponía de pie, Max ya había salido de la tina.

No había notado que la tina daba vista hacia un hermoso jardín, ya había oscurecido, el efecto de la marihuana aún continuaba.

 <<Jo...>>


Todo el aire en mis pulmones salió, quedándome completamente vacía, frente a mí en los jardines, estaba Sakura.

- No... - Susurré con amargura

- ¿No qué? - Max me observaba con confusión en sus ojos verdes.

- Nada, perdón - Me disculpe.

<<¿Por qué lo haces?>>


- Cállate...

- No dije nada - Max esta vez lucía molesto - ¿Estás loca?

- No, para nada.

Esa era una de las razones por las cuales comencé a consumir  drogas y la principal razón por la cual las deje, al principio veía a Sakura, pero a medida que aumentaba mi adicción, Sakura se encargaba de atormentarme, uno de los psicólogos que visite en rehabilitación, me dijo que era mi subconsciente, mientras que el padre de la iglesia me dijo que Sakura sería mi ángel, mientras que mamá dijo que sería mi tortura.

Hidden Sex (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora