Capitulo 14 parte 2

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Otra semana paso tan rápidamente que ni siquiera me percate de ello, salí al menos otras dos veces con Ithan, quien siempre se comporto como un caballero, quería que las cosas fueran más lentas.

- Muero por besarte - Me dijo sosteniendo mi rostro - Pero no lo haré hasta que este seguro.

Las cosas en el periódico, como siempre, has estado un poco caóticas, pero el señor Caroso, ha sabido manejar el asunto.

- ¡Jo! - Entré despavorida a la oficina del Sr. Caroso - Encárgate de la sección de anuncios.

- A la orden - Le hice una seña de general y salí corriendo a toda prisa.

- ¡Liz! - No recibió respuesta de mi amiga - ¡Con un demonio!

Las cosas pintan mucho mejor para todos, esta vez, nada arruinará, mi nuevo futuro, aún no he recibido respuesta de parte de Cambrige, pero sé que será mucho antes de lo esperado.

Hoy hace un frío tremendo, me tuve que quedar más tarde, por pendientes del diario, guardé mi móvil y emprendí el camino de vuelta a casa, las calles eran solitarias a esa hora.

Otra de las cosas que más apreciaba y me relajaban aparte de escribir, era el hecho de conducir, solo de esas dos formas, me sentía libre, cuando escribes, lo haces libre, sin que nadie te diga sobre que tienes que escribir, lo mismo es cuando conduces, eliges por ti mismo el camino, puedes bajar la ventanilla y sentir el aire rozar por tus mejillas... A eso llamo libertad, al hecho de que nadie tome por ti las decisiones, al sentirte pleno y que eres dueño de tu propio destino, si alguien me quisiera quitar las únicas dos cosas que más amo... Creó que dejaría de ser yo misma.

¿Por qué no nos permiten equivocarnos? ¿Acaso es una regla? Los viejos temen lo que hacen los jóvenes, porque alguna vez ellos lo hicieron, si ellos lo hicieron, entonces deberían comprender que las experiencias son aquellas que nos hacen madurar, pero en vez de verlo de esa manera, nos envían al matadero sin armas, más que nuestra propia supervivencia, si te equivocas, pareciera que cometieras un gran delito, si nunca te has equivocado, entonces no sabes nada de la vida.

A veces quisiera coger un par de maletas irme lejos... A un lugar donde nadie me conociera, ni mucho menos conociera la historia de mi vida, palabras crueles, mil y un caídas, quisiera simplemente recomenzar, que al llegar a un lugar nuevo, mis viejas heridas fueran solo eso... viejas.

Esta es una de las ventajas de conducir y de que casi sea invierno, puedes pensar tanto en tu recorrido, puedes ser simplemente tú.

Siempre quise vivir otra clase de experiencias, a veces simplemente se me cruza por la cabeza la idea de "Y si hoy fuese el último día de mi vida" es por eso que tal vez mis decisiones no son lo correcto pero ¿Para quién no son correctas? No son correctas, ni nunca lo serán, para aquellas personas que esperan lo más simple de la vida.

La vida no se trata de vivirla en blanco o negro, el bien o el mal, se trata de vivirla a colores, con riesgos, lagrimas, esfuerzo, de otra manera, ni siquiera podríamos apreciar el simple hecho de respirar.

Al llegar a casa, sentía mi mente un poco más liberada, a veces, lo único que necesitas para terminar el día, es escucharte a ti mismo y no a los demás.

Al estacionar el auto en la acera junto a la calle, por instinto saque el móvil para revisar mi tan "ajetreada" vida social.

Nada nuevo, siempre las mismas notificaciones de la red social, hasta que decidí ver los mensajes en el móvil, mi corazón se detuvo un momento, para el siguiente latir con furia.

Max: ¿Por qué ya no me hablas?

¿Qué debo hacer? Tanto esperé este día, que ahora no sé qué hacer ¿Contesto? ¿Lo ignoro?

Decidí que esta vez actuara la parte más irracional de mí... Exactamente, mi corazón.

Jo: Hola

Tal vez, esté cometiendo un error o me estoy adentrando a mi destrucción, pero lo único que necesitaba en ese momento, era sentir su piel contra mi piel de nuevo.

Hidden Sex (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora