C A P I T U L O 28

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Emma.

Duramos así por unos segundos.

Hasta que me levante de su pecho y peine mi cabello hacia atrás.

Él me miraba con una sonrisa de lado, aun intentando contener la respiración.

—Ha sido el mejor sexo casual que he tenido en toda mi puta existencia - esboce divertida.

—Eso es solo una pequeña probadita de todo lo que quiero hacer contigo, Emma - su manos subieron por encima de mi espalda, acariciandome.

Sonreí burlona ante sus palabras.

—Y bien, que se dice después de tener sexo? - frunci el ceño divertida -, Gracias?, es decir, estamos en tu auto no en una cama. De lo contrario me quedaría dormida.

Pedri soltó una risita - Si no te lleve a mi cama es porque mis padres están durmiendo en casa y ahí no hubiésemos podido hacer nada de lo que acaba de pasar. Es mas satisfactorio para mi hacerlo en un lugar donde nadie nos escuche o pueda vernos.

—Para mi es mas emocionante hacerlo en un lugar donde si corramos el riesgo de que alguien pueda oirnos o vernos. Me gusta la adrenalina - me encogi de hombros.

—Bueno, entonces que la próxima vez sea en el entrenamiento, justo en los vestidores.

Yo solo ladee la cabeza, divertida.

—Cuándo te veré? - cuestione.

—No lo sé, en dos semanas comenzamos a entrenar con el Barça, mañana solo será a ir a juntas, papeleo del contrato y todas esas mierdas que me aburren. - bufo -, pero ten por seguro que haré lo posible para vernos. No te desharas tan fácil de mi, Emma. - me miró picaron de arriba a abajo.

Sonríe como boba ante eso y volví a besarlo por un par de minutos más.

Después nos vestimos. Yo até mi cabello en una cebolla, por el calor que me había provocado lo anterior.

Note que los vidrios estaban algo empañados.

—Ya viste los vidrios? - los mire riendo divertida.

—Los note desde que estábamos haciendolo - sonrió de lado -, si los vidrios no se empañan, no fue un sexo bueno, pero mira lo que hicimos nosotros en tan solo unos minutos - encendió el auto.

Rodé los ojos divertida.

En todo el camino a casa conversamos de cosas sin sentido.

Dejando de lado el follar con este chico, era alguien muy interesante y sabia como sacar tema de conversación.

Hablaba tan de lo normal que, ni parecía que hace unos minutos me había dado el mejor sexo de mi vida.

Casi todo el camino, Pedri tenía su manos sobre mi muslo acariciandome o sobaba en círculos con sus dedos. Su tacto ya no me ponía nerviosa, o eso creía.

—Me siento mal por haberte ausentado de la fiesta, donde también tendrías que estar festejando tú - acarició mi mejilla.

Ya estábamos frente a casa, la fiesta ya había terminado, eran pasadas de las tres de la mañana.

—No me quejo, valió la pena - me puse de cuclillas y plante un beso en sus labios.

Este chico era más alto que yo, mi uno cincuenta y cinco contra él, de uno setenta y cuatro.

—Y conociendo a mi hermana y a todos los jugadores, no creo que sea la única que hagan - reí leve.

Pedri estaba recargado de espaldas sobre su auto y yo frente a él.

Este se acercó a mí oído y susurro.

—Al principio te creí una chica inalcanzable, pero tan solo unos días después, te tuve gimiendo solo para mi.

—Tu tampoco eres muy santo que digamos, ninguno lo somos. - asentí divetidda - Ya te lo dije, me gusta la exclusividad al igual que a ti. Quien diría que tendría a Pedri Gonzales, desesperado por hacerlo más rápido - Ambos reímos leve.

—Hasta pronto, Emma, te veré tal vez en un par de días - me tomo de la nunca e inclino un poco su cabeza hasta llegar a mis labios.

—Contaré los días para verte otra vez - hablé sincera.

Di dos pasos hacia atrás, alejándome de él, lista para entrar a casa.

—Ms encantaría entrar a saludar pero supongo que ya están dormidos - rió leve.

—Nos escribimos, vale? - dije ya a punto de girarme para entrar a casa.

Asintió, y antes de que pudiera darme la vuelta, me tomó de la mano y me frene.

—Me pasas tu número? - sonrió de boca cerrada.

—Claro - asentí -, tu celular por favor - extendí mi mano y este lo saco de uno de los bolsillos de sus pantalones y me lo extendió.

—Contraseña? - lo mire alzando una ceja y me la dictó.

Me metí en sus contactos y me agregue.

—Toma - le extendí su celular.

—Espera - me volvi a frenar.

—Qué pasa? - lo mire sin entender.

—Ahora mismo cambiare mi contraseña y te la diré - sonrió de lado.

—No tienes porque, yo respeto su privacidad. Tampoco es como que me interese ver lo que tienes ahí dentro - me encogi de hombros tímidamente. - Ya será en otro momento.

—Como órdenes - tomó una de mis manos, beso el dorso y sonrió de lado.

Me acerque a besarlo por una última vez, esta vez por un par de minutos más.

Hasta que retrocedí un poco alejándome de él y me gire por completo para entrar a mi casa.

Quice voltear a velo por última vez pero me contuve, no se porque.

Era rara esta sensación que recorría por mi cuerpo, me sentía completa y llena con una paz y tranquilidad increíble.

Algo desató Pedri en mi, que me tiene vuelta loca y sin parar de pensar en la sensación de sus labios.

Tal vez solo era eso. El capricho de estar con él otra vez.

No quice pensar más en eso, así que, subí a mi habitación y tan pronto como toque la cama me dormí.
















Xxxx

La hermana de Antonela Roccuzzo - Pedri González  💙❤️ (en curso) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora