C A P I T U L O 31

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Me disculpo por las falta de ortografía, voy tarde para el bachillerato!!!

Continuemossss

——
Emma

—Que haces aquí? - me di la vuelta quedando para quedar frente a él. Racargue mis manos sobre la barra del lavamanos.

Relamio sus labios, sonrió algo burlon y se encogió de hombros. - tengo diez minutos para ir al baño antes de seguir con una sesión de fotos para una marca de ropa.

—No se si te haz dado cuenta , pero este es el baño de mujeres - sobe el puente de mi nariz, sonriendo  burlona.

Soltó una risita - De qué hablas?, es el baño de hombres, a acaso eres dislexica?

Lo mire frunciendo el ceño - Que? - reí burlona - Es el baño de mujeres, sal ya de aquí, necesito relajarme para la entrevista, estoy muy nerviosa - bufé.

—Bueno, yo se como arreglar eso - se acercó un poco más a mi. Su mirada era intenta, me devoraba con la mirada, observaba cada detalle de mi rostro muy lentamente.

—No veo como - respondí al instante y sonreí levemente de lado.

—Si me dejas, puedo mostrarte - hecho un vistazo rápido a mis labios y después acarició mi mejilla colocando un mechon de cabello hacia atrás.

Yo solo lo miraba sin entender detenidamente, hasta que de un momento a otro me tomó de la cintura con ambas manos y me giro rápidamente hacia al espejo, obviamente quedé de espaldas a él

—¿Que hac- me interrumpió.

—No haré nada que tu no quieras, cariño. Relajate - dijo casi en un susurro muy cerca de mí oído.

—No me asusta lo que puedas hacer, es solo que no tengo tiempo. Tengo que volver en diez minutos - hablaba tranquila.

—Entonces hay que darnos prisa - una de sus manos viajo a mi hombro derecho y comenzó a jugar con el tirante de mi top. Sentí una de sus manos en mi cintura por encima de mi trasero.

—No creo que sea el lugar ni el momento adecuado - exclame y luego sonreí algo burlona y tímida a la vez.

—Ya te lo dije, no haremos nada que tú no quieras, más bien, no te haré nada que tú no quieras - por el reflejo del espejo vi como sonreía de media sonrisa. Aunque detrás de esa sonrisa inocente , sabía que el quería hacer de todo en este mismo baño. Sabía que le importa si alguien entraría al baño.

Me dio la vuelta inesperadamente y quedamos frente a frente.

—Sabes que me importa un carajo quien pueda entrar y vernos, pero como solo tenemos diez malditos minutos, te ayudare a relajarte y quitarte esos nervios, cariño - plantó un beso rápido en mi mejilla .

—Pues... - mire el reloj que tenia en mi muñeca derecha -, solo te quedan siete minutos. No creo que puedas hacer mucho, eh - lo mire alzando mis cejas divertida.

—Oh, no me subestimes, linda - hablo burlón, con una sonrisa juguetona.

No logré procesar en que momento ya me tenía sentada sobre la barra a lado dle lavamanos.

Sus labios devoraban los míos desesperadamente mientras sus manos acariciaban mis piernas. Le seguí el beso por un par de segundos más, pero me frene de golpe.

—No, no, arruinaras mi labial - negué con la cabeza - , y a ti te dejaré rojo de los labios - solté una risita.

—De verdad paraste el beso solo para decir eso? - me miró incrédulo y burlón - Me importa un carajo, sabes. Cierra la boca - volvió a estampar sus labios con los míos.

Me volví a separar de él - No me arriegare a que alguien sospeche, es decir... - iba a besarme otra vez, pero me aleje y lo mire con cara de pocos amigos.

—Bien - asintió sin más - Yo te dije que no haremos nada que tu no quieras, pero si ese es el problema, entonces no grites demasiado, cariño - frunci el ceño y sus manos se posaron en mis muslos acercándose cada vez más a mi entrepierna.

Sentí una sensación extraña, Dios, las manos de Pedri se sentían tan bien con el tacto de mi piel.

—Es en serio? - le sonreí burlona.

—Solo dejame ayudar a relajarte quieres? - hablo por lo bajo - prometo ser gentil. - plantó varios besos cálidos en mi cuello y yo me incline un poco hacha atrás disfrutando de la sensación.

Sentí como bajo un poco mis bragas y subio suavemente sus manos hasta llegar a mi entrepierna.

Pegue un grito ahogado al sentir uno de sus dedos dentro de mí y él rápidamente coloco una mano en mi boca para evitar el ruido. Vaya, ahora lo entendía.

Por inercia coloque mi maní derecha detrás de su cuello para apoyarme y ayudarlo a hacer el trabajo.

—No te muevas, yo me encargo - hablo serio mirándome fijo.

Lo obedeci y deje de moverme.

Gemi a mis adentros al sentir ahora dos dedos dentro de mi. Pedri hacia magia con sue dedos, sabía el punto perfecto donde hacerlo. Dios, de sentía tan increíble.

—Te gusta? - susurro en mi oido y quito la mano de mi boca, así que, comencé a gemir lo más bajo que pude cerca de su oído. - Sabias que me encanta escucharte gemir , y más si soy yo quien lo provoca? - dijo en un susurro, mirándome fijo. - Cada vez que un chico te esté haciendo lo que yo, acuérdate de mi, acuérdate de que ningún otro imbécil te hará sentir como yo lo hago. Comprendes, cariño? - decía muy cerca de mi oído. Asentí leve varias veces.

Volví a mirar mi reloj - dos minutos - dije agitada, susurrando.

Sus movimientos comenzaron a ser más rápidos, yo estaba a apunto de estallar del placer. Los labios de Pedri viajaron a mi cuello y dejó varios besos en el camino hasta llegar a mis tetas y besar por encima de ellas.



La hermana de Antonela Roccuzzo - Pedri González  💙❤️ (en curso) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora