Estábamos llegando a la casa de seguridad nueva de nosotros o más bien de Bekah y hope, apenas note a la rubia de pie junto a Elijah, que tenía en los brazos a mi bebé, no pude evitar sonreír, Klaus aceleró para llegar lo más pronto posible y estacionarse, me quite el cinturón apenas el auto paro el movimiento y salí del carro y corrí hacia los mikaelson con mi hija en brazos, mientras hayley me seguía y Klaus se quitaba el cinturón y hacia lo mismo que mi prima.
Fui la primera en llegar y Elijah no tuvo dudo en dejarme cargar a la bebé, dude por unos segundos, pero la acepté, era preciosa y más grande de cuando la última vez que ka vi.
—Hola— le dije a hope al cargarla.
Era la mejor sensación que había sentido en toda mi vida, desde cuándo la cargue por primera vez, la diferencia era que en ese momento todo fue mucho más caótico, pero ahora podía estar con ella de una forma más oficial, no como la primera vez, me gire hacia Klaus quién solo nos miraba a ambas no podía descifrar exactamente su expresión, pero su mirada solo proyectaba amor, deje que cargará a hope mientras yo la sujetaba de manita, ambos reímos mientras Nik le daba pequeños besos en su cabeza, amábamos a esa niña y la habíamos necesitado desde hace bastante tiempo.
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Después de un rato con hope dejé que descansará en su hamaca, saludé a Bekah después de tanto tiempo y ahora acomodábamos las cosas para la fogata al estilo mikaelson, mientras Nik digo klaus, nos contaba lo que había descubierto al hablar con Finn y kol.
—Maldición al primogénito ¿Qué se supone que pasa?
—Según Finn nuestra hermana Freya no murió por la plaga, se la llevaron como paga a la tía Dalia, quien maldijo a todos los primerizos mikaelson para la eternidad.
—¿Esto es cierto?— pregunté.
—Eso es lo que dice Finn, quién aprendió la brutal honestidad de nuestra madre— dijo Elijah.
—Entiendo por qué Finn nos odia, perdió a la hermana que adoraba y se quedó con los hermanos que lo juzgan y lo creen demasiado tonto— dijo bekah.
—Genial, acaso podemos encontrar de alguna forma a la tía Dalia, la loca pronto— dije.
—La fábula tiene cientos de años, dalia ya no existe— me dijo elijah.
—Igual que Esther— me quejé.
—Nadie dañará a hope, porque nadie la encontrará— me dijo klaus y después miró a su hermana —basta Rebekah quemarás todo el maldito estado de Arkansas.
—Bien, solo me falta un ingrediente— dijo Bekah.
—No, claro que no.
—Claro que si Nik, apóyame Elijah— les dijo la rubia y Elijah río.
—Creo que niklaus preferiría ahogarse con las cenizas.
—¿De qué es de lo que están hablando?— dijo Hayley junto a mí.
