Capítulo XXI

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Sentía un zumbido en mis odios cuando sentí que mi conciencia estaba despertando. Lo primero que sentí fue frio, tengo frio, había algo helado debajo de mí. Todo estaba oscuro.

¿Me había desmayado?

Lo último que recuerdo era dolor, me dolía mucho y recuerdo...

Si. Recuerdo a Nils. Él estaba conmigo, nunca me soltó.

Trate de abrir los ojos pero se me hizo imposible. Me quede quieta en mi lugar. Solo podía escuchar las voces a mí alrededor.

— ¿Cuándo despertara?

—Debes darle tiempo, muchacho. Perdió mucha sangre.

—No tenemos tiempo.

—Lo tenemos.

—Nils...

— ¡Dije que lo tenemos! No la llevare a ningún lado hasta que sepa que está bien.

Nils...

Necesitaba a Nils. Necesitaba abrir los ojos. Necesitaba decirle que estaba bien, que estaba aquí.

—Esto es mi culpa.

—No había forma de que pudieras evitarlo.

—Claro que la había. Yo la lleve ahí.

— ¿Cómo ibas a saber que...

—No me refiero a eso. Yo la lleve a ese mundo. Erick la conoció por mi culpa, está enfadado conmigo y la usara hasta que consiga lastimarme. — sentí un calor envolver mi mano, apenas sentí el roce pero sé que Nils había tomado mi mano. — No puedo, Clay. No puedo dejar que le haga daño. No de nuevo.

Podía sentir mi corazón acelerarse.

—No, Nils, escucha. Esto no es tu culpa. Ya veremos el modo de...

— ¿Veremos el modo de que no la lastime? Mírala, Clay. Ya lo ha hecho.

—Te va a matar si llegas a hacer lo que creo que estás pensando.

Sentí los labios de Nils en la palma de mi mano.

Mi pulso se aceleró. Solo estaba rezando para que no creer lo que Nils estaba insinuando. Necesitaba despertar, necesitaba decirle que no lo culpaba de nada y que no me arrepentía de lo que había pasado porque ¡Joder! lo volvería a hacer.

—Tengo el calmante. — Anuncia otra voz. — Con esto podrán llevarla a su casa sin incidentes y estará bien. Llámenme si sucede algo.

Di un respingo mental cuando sentí algo clavar en mi brazo. Que locura. Podía sentir como el líquido se dirigía a todas partes de mi cuerpo. Era una tortura. Quemaba. Si quemaba. Mi cuerpo cosquilleo y mi corazón se aceleró cuando sentí un roce en mi oreja. Incluso inconsciente podría reconocerlo. Los labios de Nils susurraron unas palabras que me desgarraron por dentro. Tenía demasiado miedo de despertar.

Podía sentir como mi mente se estaba perdiendo. Estaba haciendo efecto lo que me habían dado. Solo espero estar soñando y que esto no sea real.

***

— ¿Te quedaras con ella?

—Si, por supuesto pero Nils...

—Basta Ace. Ya lo hablamos.

—Iré a despedirme de Clay.

Ya no hacia frio. De hecho, estaba muy cómoda. Demasiado. Se sentía blando, calentito. Supe que estaba en una cama cuando una parte se hundió, haciendo que mi cuerpo se moviera.

—Mira el lio en el que te he metido. No me odies, ¿bueno?— soltó una risa sin humor. — Sí que lo harás. Es más creo que me iras a buscar para matarme. Espero que entiendas porque no puedo tenerte cerca, solecito. Solo soy un problema para ti. Jamás podrás tener el futuro que te mereces conmigo a tu lado. Si hago esto, es porque necesito que tengas la vida que siempre quisiste. En el momento en el que te vi levantar el arma supe que estabas dispuesta a disparar con tal de protegerme. Si lo hubieras hecho, no sabría decir cómo te sentirías ahora pero no quiero eso para ti. Si algo te hubiera pasado yo...— su voz se quebró. — Creí que te perdía. Nunca tuve tanto miedo como cuando dijiste que te habían apuñalado. Todo es mi culpa. No te protegí de Erick pero te prometo que me asegurare alejarlo de tu vida. Sé que en algún momento lo entenderás, solo no me guardes rencor, no podría resistirlo. Para que seas feliz debo alejarme, sé que lo entenderás. No puedo estar cerca de ti. Solo te causo problemas. Aunque no lo veas así ahora, lo veras.

Diez letras: serendipiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora