— ¿Qué demonios haces?— espeté contra Ace cuando paro a un lado de la carretera.
Luego de mi momento de depresión en el taller de Clay, Ace me ayudo a subirme a su coche y comenzó a conducir.
—Debemos hablar.
—Mira, Ace, si es sobre...
—No es eso. Te diré todo lo que te hemos ocultado este verano.
Rodé los ojos.
—Un poco tarde.
—Lo sé. — confiesa. — Quizás si te lo hubiera dicho antes no hubiera pasado nada de lo que ha pasado.
—Ace no me asustes.
—Erick está metido en algo gordo.
— ¿A qué te refieres?
—Vende droga para alguien importante. Nunca supimos de donde la recibía.
— ¿Qué?— no entendía nada.
—La cosa es que— se interrumpe a si mismo dudando de si decirme o no. — Nils lo ayudaba. — mi corazón dejo de latir. — Y... y yo también Kylie. Todos nosotros. Inclusive Clay. Era algo sencillo, solo vendíamos en las fiestas, en las carreras, lugares simples. Erick comenzó a querer más y más. Comenzó a usar armas y amenaza a quienes no pagaban. Este adicto a ese mundo. Cuando Clay, Nils y yo quisimos dejarlo, no nos dejó.
— ¿Cómo que no los dejo?
—Tomó cosas de nosotros que...que eran importantes. Las uso en nuestra contra para retenernos con él y hacer su trabajo. Nos obligó a usar las armas. Claramente jamás las llegamos a usar. De ser un grupo pasamos a ser los ayudantes de Erick. Estábamos atados de manos, Kylie. Nos tenía comiendo de su mano hasta que Nils obtuvo algo que nos alejó, finalmente de él.
— ¿Qué cosa?— pregunté con curiosidad.
—La memoria que le diste a Erick. — Cerré los ojos. — Nils consiguió algo que hizo que Erick nos dejara en paz. Nunca nos dijo que había dentro pero eso mantuvo a Erick a raya con nosotros.
—Lo siento, Ace, yo...
—No te culpes. Como dije, te lo tuvimos que haber dicho. — Me sonrió triste. — Se crearon dos bandos, algunos de los que estaban con Erick, apoyaron a Nils y otros se quedaron con Erick. La carreras... las carreras es como un modo de mantener las paz. Siempre que Nils gané, Erick tendrá prohibido vender en la ciudad.
— ¿Y si Erick gana?
—La ciudad será suya pero a Erick, en realidad, no le importa esta ciudad. Solo busca destruir a Nils.
— ¿Y puede hacerlo?
—Te uso para conseguir lo único que Nils tenía en su contra.
Mierda. Soy lo peor de este mundo.
—Lo siento. — y de verdad lo hacía, había sido manipulada y ahora todos estaban pendiente de como reaccionaria Erick.
—Creo que puedo ayudarlos a mantener, mmm bueno... ¿la paz? Entre ustedes.
— ¿A qué te refieres?
—Llévame a casa. — le pedí.
Ace me observo unos segundos antes de arrancar el motor. Todavía había algo que me rondaba en la cabeza.
—Ace... ¿Qué sucedió entre Nils y tú? Eran amigos y ahora apenas te tolera.
Ace suspiro pesadamente y evito mirarme a los ojos.
—Me asuste. Yo... Erick se enteró que Nils estaba husmeando en su pasado y utilizo lo que tenía contra mí para herirlos. Yo... yo los delate, Kylie. A él y a Clay. Hice una declaración de que ambos estaban vendiendo droga en la ciudad. Tenía tanto miedo de que Erick dijera lo que tenía contra mí que no lo dude. — sonaba tan arrepentido que no necesite nada para confirmar que estaba arrepentido.
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Diez letras: serendipia
JugendliteraturKylie Miller, va a pasar el verano antes de comenzar la universidad a casa de su padre en un pueblo de California. Su plan es simple: leer, dormir y estar tirada en las tumbonas de la piscina y ¡oh!... alejarse de su molesto vecino que de alguna for...