— ¡Oh!— exclamé cuando llegué a casa del trabajo y vi a mi padre e Isabel bien vestidos. — ¿Saldrán?
—Si. — Isabel me sonríe. — Iremos a cenar con nuestros amigos.
Ace me había dejado salir antes porque me había pedido si esa tarde podía ir a cubrir un turno.
—Y no. No puedes ir. — anuncia mi padre.
— ¿Qué?— fruncí el ceño, confusa. — ¿Y porque no?
— ¿Qué, porque no?— me mira escéptico.
—Aja...
—Te echaron de un restaurante.
Bueno...
—No me echaron. — me excuse. — Me fui voluntariamente.
Tampoco era mentira.
—Ya hablaremos de eso, por cierto. — decía mi padre, serio.
—Hay una tarta en el horno. — espeta Isabel, sonriéndome.
—Gracias. — le devuelvo la sonrisa y cuando mi padre me mira la borro. Ya sé que es de inmadura pero estaba enojada.
Ambos se despidieron de mí y salieron por la puerta.
Así me quede sola con Gato acostado en todo el sofá.
Iba a...
¡Mierda!
No tengo mi celular. Lo olvidé en la cafetería. Mierda. Tomé mi bolso y salí del departamento a toda prisa. El primer día que salgo temprano y tengo que volver. Que mala suerte. Ace debe seguir ahí todavía junto con Claire.
Después de varios minutos, llegue agitada por tanto caminar. Me temblaban las piernas de tanto esfuerzo, no se me daba bien el deporte.
Fruncí el ceño cuando vi la cafetería oscura. Ace debería estar aquí. Me giré a ver el aparcamiento y suspire aliviada cuando vi su coche ahí. Algo debió pasar. Entre por la puerta principal, donde todo estaba oscuro. ¿Es que hoy no abrían por la noche?
Fui hasta la barra donde sonreí al encontrar mi teléfono ahí.
Mire a todos lados y Ace no estaba. Recorrí la cocina, esperando verlo pero no lo encontré. Tome mi teléfono y marqué su número. Me quede quieta para no hacer ruido y solo escuchar el sonido del suyo.
¡Ahí lo escucho!
¿Dónde demonios esta? Se escucha alejado.
Comienzo a caminar con el teléfono en mano todavía para no perderlo. Cuando llego a la puerta trasera se hace más fuerte. En cuanto escucho quejidos me detengo, bruscamente.
Me llevo la mano a la boca para no soltar una carcajada.
¿Y si está ligando y yo le corto el rollo?
Por un momento pienso en dar media vuelta y volver por donde vine cuando escucho una voz.
—Me está cansando tu actitud, querido Ace. — ¿Erick? ¿Era la voz de Erick?
Escuche como Ace tocia, casi sin aire.
Me asome detrás del contenedor de basura y la imagen que vi casi me hace gritar.
Erick tenia agarrado a Ace del cuello de su remera y lo estampa contra la pared. Ace se veía terrible.
—Sabes que ya no quiero estar metido en tus mierdas Erick.
Erick le dio un puñetazo y solté un grito ahogado.
Del borde de la ceja de Ace comenzó a salir un hilo de sangre.
ESTÁS LEYENDO
Diez letras: serendipia
Novela JuvenilKylie Miller, va a pasar el verano antes de comenzar la universidad a casa de su padre en un pueblo de California. Su plan es simple: leer, dormir y estar tirada en las tumbonas de la piscina y ¡oh!... alejarse de su molesto vecino que de alguna for...