Siento que me voy a desmayar. ¿Qué hace él aquí? Si ni siquiera es un alumno nuevo, no entiendo nada.
–¡Nick! –exclama April contenta– No sabía que ibas a venir, qué alegría.
–No me lo perdería por nada del mundo –responde él.
Pero cuando dice esto no la está mirando a ella, sino a mí. A continuación, me sonríe y se sienta en una butaca. Mia y yo también nos sentamos, aunque alejadas de él. Siento que el corazón me va a estallar de la emoción que siento, pero intento respirar hondo y tranquilizarme para que nadie lo note.
–He pensado que primero podemos hacer las presentaciones –nos dice April–. Luego os comentaré el planning que he organizado para el viaje de fin de curso.
Somos solo seis personas, esto está más muerto que mis ganas de vivir. Mia y yo nos miramos y nos entendemos a la perfección, no nos esperábamos ser tan pocos. Parecemos los colgados del instituto que se reúnen una vez a la semana para crear un grupo de apoyo.
–Si queréis empiezo yo –añade April dándose cuenta que estamos todos callados–, me llamo April Rendall.
Seguidamente, le hace una seña a una chica porque es su turno. Es pelirroja y va vestida toda de negro.
–Me llamo Ava Young –contesta secamente.
April pone cara de paciencia y el chico de al lado prosigue:
–Yo soy Austin Carter, encantado –nos saluda con la mano.
Es un chico de piel oscura con el cabello rizado. Tiene la chaqueta del equipo de rugby, pero reconozco que estuvo en la clase de teatro.
–Nicholas Walker –dice éste.
Siento que el corazón me da un vuelco, pero intento concentrarme en lo que voy a decir a continuación:
–Me llamo Nora Davis.
–¡Soy Mia Cooper! –dice mi amiga emocionada.
Es la persona más alegre del planeta, sin duda alguna.
–Muy bien, espero que muy pronto nos acompañe más gente –nos dice April–. Pero de momento somos estos.
Miro alrededor y mi vista se para en Nicholas, quien me está mirando con una sonrisa. Desvío la mirada enseguida por los nervios y me concentro en April.
–Las reuniones se harán los viernes por la tarde –sigue diciendo–, ya que tenemos que organizarnos para recaudar el máximo dinero posible y, así, poder tener un viaje inolvidable.
Austin alza su mano y dice:
–Perdona, April. Tenemos práctica de rugby los viernes después de clase.
–Lo sé, no os preocupéis –responde ella–. Nos reuniremos después de los entrenamientos, a las cinco de la tarde.
Como el instituto acaba al mediodía ninguno tiene quejas respecto a eso, ya que los entrenamientos son siempre una hora antes. Lo sé porque el grupo de animadoras tenemos el mismo horario.
–Gracias, April –sonríe Austin.
–¿Dónde nos iremos de viaje? –pregunta Ava.
–Tendremos que hacer una votación –responde April–. Necesito que penséis en un destino que os haría especial ilusión y, la semana que viene, lo compartimos.
–¿De dónde sacaremos el dinero? –vuelve a preguntar la chica.
–He pensado que podríamos organizar fiestas, las cuales se pagarán con entrada.
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Perfectamente Imperfectos
RomanceNora Davis vive en Portland con su padre y su hermano. Es obligada a retomar las clases después de dos años encerrada en casa, ya que el pasado la atormenta y los remordimientos la carcomen por dentro; le han hecho entrar en un pozo sin salida y sin...