Nos encontramos en el aeropuerto en espera de que llegue la hora de partir a Italia, nunca he viajado a otro lugar, todo lo que conozco es México y Los Ángeles, sin embargo, estoy muy emocionada por esto. Pasaron tres semanas a partir de la noche en casa de Edward, la noche en que dejé mis miedos y me entregué a un hombre por voluntad propia, y hoy en día puedo decir que no sé cómo ni cuándo ocurrió con exactitud; pero me enamoré y estoy cien por ciento segura de que amo a Edward Murphy con cada parte de lo que soy.
Cuando decides soltar el pasado, debes dejarlo todo atrás, cada segundo de oscuridad, y cada instante de opresión; porque de no ser así, no solo será tu pasado, si no tú presente, y muy probablemente todo tu futuro por venir. Lo solté y no pienso volver a tomarlo. Mi luz, mi rayo de esperanza fue la llegada de mis hijas, y aunque supe que eran ángeles enviados en mi resguardo; nunca lo tomé tan enserio.
Salgo de mis pensamientos y observo como Edward tiene en sus brazos a Astrid, la cual se encuentra profundamente dormida, es la más floja de las tres. Amelia, Anika y Eliezer están sentados a mi lado observando fijamente los artículos de cocina que contiene una revista, discuten entre ellos al distinguir la "modernidad" de lo "reutilizado", como lo llama Amelia.
—Pasajeros del vuelo 313 con destino a Roma, Italia, favor de abordar — nos ponemos de pie rápidamente al escuchar nuestro llamado y Edward se encarga de llevar a Astrid aún en brazos mientras sostiene a Eliezer de una mano, en cambio, yo sostengo a mis otras dos hijas, junto a una mochila mediana de color crema; con todo lo indispensable para cada uno de nosotros. Nos dirigimos al pasillo que conduce al avión y entregamos nuestros boletos, al llegar, tomamos asiento uno al lado de otro, ya que, nos encargamos de quedar todos juntos.
Aproximadamente unas doce horas más tarde, aterrizamos, y por fin llegamos a Roma, no soporto estar encerrada dentro de un avión por tantas horas consecutivas, pienso que en cualquier momento puede haber una turbulencia y éste se podría derrumbar sin detención e impedimento alguno.
Al tocar nuevamente el suelo, y salir del aeropuerto, observo como un señor mayor vestido de traje sostiene un cartel con los rostros del clan y de Eliezer, éste se encuentra delante de una limusina de color negro mate, y enseguida me doy la vuelta y miro a Edward quien con su sonrisa me hace saber que en realidad lo que estaba pensando era cierto. Su madre, a pesar de tener autos pequeños y que no llaman mucho la atención; en comparación con semejante coche, se le ha ocurrido enviar una limusina, y encima con una pancarta inmensa con las caras sonrientes de los niños. Muy sutil de su parte.
Después de saludar al señor, quien se presentó con el nombre de Toño, subimos a la hermosa y delicada carroza, durante todo el camino los niños se mantuvieron contándoles chistes a Edward, quien solo fingía que reía a carcajadas, pues estos "chistes" no tienen nada de gracia. Cuando Toño indica que hemos llegado, abro mis ojos como platos, madre mía, esto es un palacio de reyes comparando a la inmensa mansión de Edward. Nos bajamos del coche y puedo observar el apellido MURPHY que resalta en lo alto de la "casa familiar de Italia", según Edward es una simple casita. No solo me impresionó el gran tamaño y la tipografía de la misma, si no también que su escultura y textura se debe al oro, ¡está escrito con ORO! Yo fuera millonaria si obtuviera solo una de esas semejantes letras.
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MI INESPERADA OPORTUNIDAD ✔️
RomantikHay una frase que dice "No juzgues a un libro por su portada; porque te puede sorprender el contenido". También dicen que aquello solo pasa en la ficción y los bajos mundos, pero no es así. Porque a mí me han juzgado, criticado y mancillado sin dar...