Despierto con un fuerte zumbido en la cabeza producto del estrés provocado del día de ayer, me pongo de pie al mismo tiempo que silencio el despertador, y noto que apenas son las 5:30 am, por lo que me da tiempo levantarme, prepararme y tratar de buscar una nueva guardería para las niñas.
Tomo un baño de unos diez minutos aproximadamente, y regreso a mi recámara para vestirme con mi uniforme de trabajo; una falda de tubo de color negro, una camisa de cuello de color blanco y encima de este una chaqueta de tela negra, una vez lista, seco mi cabello y decido llevarlo suelto en sus ondas naturales. Me preparo una taza de café junto a tres sándwiches para calentarlos cuando sea hora de despertarlas. Me siento en la mesa del comedor y coloco el ordenador en mi regazo para luego teclear "guarderías con cupos disponibles" a lo que maldigo en silencio al percatarme de que no hay lugares libres.
Después de unos cuarenta minutos sentada sin encontrar nada, decido utilizar mi última y desagradable opción; llevar al clan a la guardería del hotel. Tendría que pagar, ya que es exclusivo para los hijos de los huéspedes, pero es mi única alternativa, y si lo pienso bien tengo la ventaja de estar más cerca de mis hijas.
Tomo mi celular y marco el número de Cinthia, la cual es la encargada de la guardería del hotel, y la que para mí; cumple el significado de sangrona y egoísta. Hablo con ella y de mala gana garantiza qué hay once cupos disponibles, por lo que mis tres pequeñitas tienen vía libre; no obstante, termina diciéndome que debo de pagar el doble ya que son tres niñas iguales y, sobre todo, porque soy una empleada más y no una huésped – lo de ser iguales es totalmente falso, las trillizas solo comparten las características físicas, la edad y la madre; porque después de eso, son tres gotas de agua increíblemente distintas.
Accedo a pagar el doble ya que es eso o pegarme un tiro.
Cuando el reloj marca las 6:40 me dirijo al dormitorio del clan, las encuentro a cada una marcando una dirección, pareciendo así una estrella de mar. Enciendo el televisor y coloco la canción "De ellos aprendí" de "David Rees"
Para que vayan despertando, cinco minutos después las tengo paradas en la cama fingiendo cantar con unos cepillos en las manos. Pues no son alborotadoras; pero ingenio e imaginación tienen de sobra.
Luego de realizar todo el proceso uno tras otro, se encuentran todas listas utilizando unos vestidos de color rojo con puntos negros; como una mariquita, y al igual que yo llevan el cabello suelto, a diferencia que a estos lo adornan unas diademas de color negro. Las niñas empiezan a almorzar mientras yo preparo mi bolso y el de ellas.
A las 7:00 nos encontramos las cuatro situadas en la parte trasera de un taxi, el cual para mi va demasiado deprisa, cosa que a las niñas no les molesta en lo más mínimo.
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MI INESPERADA OPORTUNIDAD ✔️
RomanceHay una frase que dice "No juzgues a un libro por su portada; porque te puede sorprender el contenido". También dicen que aquello solo pasa en la ficción y los bajos mundos, pero no es así. Porque a mí me han juzgado, criticado y mancillado sin dar...