🍁Capítulo 09: El Cumpleaños🍁

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Ha pasado una semana desde aquella desgraciada llamada realizada por "el padre" de mis hijas, he tenido miedo a la hora de ir al trabajo, miedo de que el decida aparecerse en nuestras vidas; al igual que como lo hizo contactándome por teléfono, pe...

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Ha pasado una semana desde aquella desgraciada llamada realizada por "el padre" de mis hijas, he tenido miedo a la hora de ir al trabajo, miedo de que el decida aparecerse en nuestras vidas; al igual que como lo hizo contactándome por teléfono, pensé que todo esto había pasado, que podíamos construir una vida en paz y tranquila en un nuevo lugar. Y realmente creí que lo estaba logrando.

Lo más seguro es que me haya tenido vigilada todo este tiempo.

No quiero, y me rehúso a que las niñas pasen por lo que yo tuve que vivir en México, no quiero que ese maldito hombre se interponga en nuestra felicidad; es un mal pasado que hace mucho tiempo había enterrado, del cual me ha costado mucho salir y, sobre todo, superar.

Durante un tiempo me perdí, quise morir, y me intenté quitar la puta vida que me tocó en más de tres ocasiones; sin embargo, todo eso terminó cuando me enteré de que estaba embarazada, a pesar de todos los problemas tuve que tomar una decisión, fue difícil pero realista, decidí ser responsable por primera vez, y opté por tomar las riendas de mi vida y las de las niñas. No voy a negar que cuando me enteré de que eran trillizas, tres en vez de una, me asusté, porque lo hice y mucho, pero luego entendí que eran tres ángeles llenos de vida, luz y esperanza enviadas a mí con el propósito de iluminar mi desdichada vida.

Salgo de mis pensamientos cuando escucho a las niñas cantar, están más felices que de costumbre y ¿¡Como no!?  Es entendible, están de fiesta de cumpleaños, hoy cumplen sus tres añitos.

Y Como hoy es día de trabajo tengo planeado celebrar un poco con ellas en la guardería; después de todo, ahí es donde tienen a todos sus amiguitos reunidos en un mismo lugar y así pueden compartir y jugar entre todos. Les he comprado un pastel de tres niveles, indicando así; un piso por cabeza.

A pesar de qué mi ánimo no es el indicado para festejar, debido a la amenaza que lanzó "su padre"; sobre que me puede demandar y quitarme la custodia de las niñas, hago mi mayor esfuerzo por estar feliz por y para ellas. Es algo que se merecen.

—¡Mami! ¿Cierto que yo no debo darles regalos a mis hermanas porque ya deberían de estar agradecidas con que yo haya permitido y autorizado que vinieran al mundo con mi misma cara? —estallo en risas sin poderlo evitar, Amelia siempre tiene una nueva, a pesar del enojo de sus hermanas.

—Todas tuvieron esas facciones al mismo tiempo mi amor, no por turno — las tres realizan un berrinche de indignación y no puedo creer que mis bebés ya tienen tres años.

—No estamos hablando de eso mami, te desviaste del tema ¡muy mal! —observo como me señala con el dedo y se da la vuelta.

—Hay mamita no sé qué mal hiciste para tener a Amelia, tú hija es muy mandona – expresa Anika, mientras que Astrid solo asiente y se marcha con su hermana mayor, a mí solo me queda reír por sus ocurrencias.

Después de estar duchadas y peinadas, llevando las tres el cabello en una media coleta, procedo a ayudarles a vestirse con el outfit escogido especialmente para el día de hoy, el cual y a mi pesar; me ha salido más costoso de lo que esperaba, son unos vestidos cortos de color crema, el cual lleva un moño beige entrecruzado en el pecho, el mismo consta con unas medias transparentes y unos zapatitos de color negro mate. Hermosos, costosos y bien merecidos.

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