🍁Epílogo🍁

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NARRADOR OMNISCIENTE

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NARRADOR OMNISCIENTE

TRES AÑOS DESPUÉS, LOS ÁNGELES CALIFORNIA.

Todas las parejas se encuentran en la sala de espera de la clínica, específicamente en el área de obstétrica, algunos están sentados hojeando una revista sobre maternidad, otros solo buscan en internet nombres raros y exclusivos para colocárselos a su futuro hijo en camino, y una pareja en especial, sentados en una esquina y tomados de las manos, el esposo de cabellera rubia pasa su mano libre por la espalda de su castaña esposa, en un intento de ayudarla a calmar sus nervios. Pues desde hace tres meses atrás están enterados de que esperan un nuevo integrante de la familia, se alegraron al recibir la noticia de que su cuerpo estaba cambiando para recibir y acoger a un nuevo feto en camino, estaba embarazada, festejaron en ese momento, se lo contaron a sus cuatro hijos y a sus demás amigos y familiares. No obstante, hoy se encuentran aquí, con un nudo en el estómago y con el corazón en una mano, debido a los recientes acontecimientos, la futura madre ha sangrado en gran manera, tanto que ha manchado lo suficientemente la cama como para alarmarse, y, sobre todo, las constantes chorreadas y espesas gotas de sangre derramadas en el suelo al caminar.

Edward Murphy, inmediatamente la cargó en sus brazos y despertó a todos los que ya dormían en sus camas; con sus gritos y constantes llamadas hacia el chofer, el cual de manera inmediata encendió y condujo el coche una vez que la pareja estuvo dentro.

—Sara Murphy, adelante — le indica la doctora Smith, la chica se pone de pie junto a su esposo y ambos caminan lentamente hasta introducirse a la sala de revisión, todo lo que rodea estás cuatro paredes es de color blanco, incluso los cuadros con fotos de bebés recién nacidos y de sonografías previas al parto son en color blanco y negro, las máquinas que ocupan gran parte del ala derecha es lo único que contiene su toque natural. La doctora le pide que se retire sus bragas y que proceda a acostarse sobre la camilla que habita en el medio de la recámara, Edward la ayuda a seguir el procedimiento y se miran mutuamente al notar las gotas de sangre que continúan saliendo de su interior.

Después de acostarse, la doctora se coloca sus guantes y abre las piernas de Sara, inmediatamente introduce en su interior un largo instrumento de metal, el cual contiene una minicámara en la parte superior, en la pantalla se van mostrando los organismos de la paciente y todo lo que conlleva a ello, el esposo se posiciona a su lado y toma una de sus manos entre las suyas.

Observan atentamente cómo la doctora se detiene en varias ocasiones sacando el aparato de su cavidad para anotar en su agenda sus pronósticos y respuestas, mientras ríe un poco por dentro debido a cómo nota la situación. Se acerca a las pantallas y continúa anotando todo, bajo el suspenso de los futuros padres.

El nerviosismo de Edward es tan evidente para Sara, que solo logra empeorar el suyo en lugar de mejorarlo. Pues, aunque él se haya mantenido en silencio; la constante movilidad en su pierna derecha y como sin notarlo aprieta más fuerte de lo necesario la mano de su esposa, es algo que lo mantiene en sufrimiento.

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