Hay una frase que dice "No juzgues a un libro por su portada; porque te puede sorprender el contenido".
También dicen que aquello solo pasa en la ficción y los bajos mundos, pero no es así. Porque a mí me han juzgado, criticado y mancillado sin dar...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
He aprendido que en la vida todo pasa por algo, que, aunque enfrentemos todas las dificultades posibles; nada dura para siempre.
Que lo que nos pasa el día de hoy, es un obstáculo menos para el día de mañana.
Sé que todos mis tropiezos, caídas y, sobre todo, el hecho de aprender de mis errores son los causantes de la fuerza que tengo hoy en día, y sí, uno que otro día puedo volver a caer, pero con la certeza de que me levantaré más fuerte.
Ahora no solo existe Sara García, sino que también hay personas indefensas que dependen de mi fortaleza, por ellas debo continuar y sé que al final del túnel, encontraré esa luz que por tanto tiempo he buscado.
—°•♥•°—
—Eres una maldita desagradecida Sara, siempre lo fuiste. —las lágrimas recorren mi rostro una vez más, y por primera vez necesito desahogarme ante ellos.
—No, ¡ustedes se dicen ser mis padres, pero nunca me apoyaron ni velaron por mi bienestar! Solo se preocupaban por ustedes mismos y por su maldita fortuna, por tener una hija perfecta solo para presentarla en reuniones importantes. Nunca se dieron el tiempo de conocerme, y al final, ¡terminaron dándome la espalda cuando más los necesité!
—No nos vengas otra vez con ese estúpido cuento, estamos conscientes de lo provocadora que eres, siempre tratando de ser el centro de atención, de obtener las miradas de los demás encima de tu cuerpo. —mi padre se expresa con todo el odio y el asco que dice sentir por mí, y termina dándose la vuelta para marcharse.
—¡Eso no es cierto!, yo les conté cómo ocurrieron las cosas, esto no fue planeado, yo no quería que sucediera, pero prefirieron cuidar la honra de una familia que nunca existió antes que a su propia hija, y es por eso que los odio, los odio con toda mi alma y espero nunca más volver a verlos. —mi madre se acerca y me abofetea, coloco mi mano derecha en mi mejilla para calmar el ardor que siento en ella, mientras que esta solo suelta su veneno como siempre lo ha hecho.
—Si tú nos odias imagínate nosotros a ti, eres lo peor que pudimos haber traído al mundo, debí haberte abortado o mejor aún; ahogado con mis propias manos una vez que hubieses nacido. —se da la vuelta y sube al coche junto a "mi padre" y yo solo hago una cosa: llorar mientras pienso en lo que pasará de ahora en adelante en mi vida.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
