XXI. Entendimiento parte II

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La presencia de Wei WuXian a su alrededor fue una influencia positiva en todo su proceso. La estadía en la residencia de los Nie fue agradable, aunque Lan WangJi entendió rápidamente que aquel no era su sitio, por lo que no pudo evitar sentirse la tercera rueda en aquella pareja enamorada.

Nie Huaisang había comentado sus planes para tomar cartas en el asunto sobre los acontecimientos ocurridos semanas atrás. Sin embargo, Lan WangJi no se interesó. Todo lo que deseo fue olvidar. Sabía que no podía quedar impune lo que ocurrió, pero los ancianos del clan e incluso su tío podrían señalar y repudiarle si cualquier rumor o escándalo se alzaba sobre la reputación de la familia.

Continuó tomando su medicación, las vitaminas que se le prescribieron; se esforzó en mantener hábitos de sueño saludables; y atender sus visitas con los especialistas de acuerdo a la calendarización de su agenda.

Poco a poco se readaptó a sus labores en la cafetería. Y, aún si no lo dijo a nadie, temía que ese grupo de mujeres reapareciese por la puerta, e hiciesen un escándalo peor que el anterior; incluso trataran de lastimarla. Fue un tema recurrente en sus visitas al terapeuta; también el abuso pasado. La convivencia con su tío, y eventos traumáticos de la adolescencia.

Sabía que estaba en un proceso largo y agotador. Pero, para su fortuna, se rodeó de personas que se vieron interesadas en su recuperación. Su hermana se acercaba con mucha más frecuencia y Wei Ying le acompañó en cada paso y titubeo. Fue respetuosa, dio su espacio, escuchó lo que WangJi tenía para compartir, y respetó sus límites.

Sintiéndose libre de las cargas de sus secretos, se sintió compaginada con Wei WuXian. Conectada a ella. Capaz de estar a su lado sin temer dolorosos escenarios ficticios. Al menos en los meses que tenían de conocerse, se mostró una cara sincera y entregada. Lan Zhan nunca había conocido a alguien tan asombrosa como Wei WuXian. Y dolió el hecho de que otras personas no hubiesen visto la bondad en su corazón con mayor detenimiento.

WangJi se regodeó en orgullo frente al conocimiento de que Wei Ying era suya, y solo suya.

"¿Te encuentras bien?", preguntó Wei WuXian. Lan Zhan había atendido la reunión con su terapeuta durante la mañana, y se encontró con Wei Ying por la tarde para almorzar. Hubo cierta incomodidad a lo largo del día, y por la noche. De fondo se escuchaba el clímax de una mala película de terror que Wei Ying tenía reproduciendo en su teléfono, mientras la atención de Wei WuXian se alternaba entre destripación y sangre falsa, y el cuadro a medio pintar que, a palabras de Wei Ying, se trataba de una pareja de conejitos.

Lan WangJi jamás se destacó por sus habilidades en arte visual. Así que se avergonzaba por cada línea irregular en su intento por dibujar el gato negro que había visto más temprano en el vecindario. Trató de corregir sus errores añadiendo algunas flores, pero fue imposible. Los claveles blancos finalmente fueron confundidos con un manchón desagradable de pintura clara.

Luchó contra la tentación de arrojar el cuadro por la ventana, y en su lugar se reajustó en su almohadilla por tercera vez.

"Mmhm, bien".

"¿En serio?"

Lan Zhan no pudo resistirse al toque suave contra su barbilla. Como un girasol inclinándose a los rayos de luz, se torció contra el tacto crudo. Sin ser capaz de mentir dijo: "Calambres. Siento calambres".

Wei WuXian comprendió enseguida, e hizo a un lado sus pinturas frescas. Les tendió sobre la mesita baja para que la pintura se asentara y limpió el desastre en el suelo de la habitación con una toallita desinfectante. Lan WangJi se había mantenido cautelosa a los acercamientos íntimos. Se habían limitado a besarse, y usar sus manos sobre sus pechos. En una ocasión Wei WuXian uso su boca contra sus senos, y WangJi seguía procesando las sensaciones. De esta manera, sus citas en casa se sintieron como un puñado de actividades para interior, y menos como una situación en la cual corresponder a afectos físicos.

Todo lo bueno en la vida me lleva a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora