Los días transcurrieron con normalidad.
Tan normal como pudo ser el cambio de rutina y el periodo de readaptación para Lan WangJi en un sitio totalmente ajeno al lugar que consideró su hogar alguna vez.
Durante un par de días optó por quedarse en casa. Faltó a la escuela y al trabajo. Por mucho que Wei WuXian hubiera deseado quedarse a su lado y consolar, tuvo que retomar sus responsabilidades. Pero se tranquilizó frente a la presencia de Lan XiChen, que visitó y cuidó de Lan WangJi. Pese a no demostrarlo, Wei WuXian se percató de la necesidad de Lan Zhan en pasar tiempo con su hermana, y desahogarse con ella.
Le llevaba a almorzar o a comprar ropa. No parecía una rutina poco habitual en ambas. Lan WangJi se mostró menos abrumada después de ver a XiChen.
Lan Huan había sido lo suficientemente amable para empacar algunas de las pertenencias de valor sentimental para Lan Zhan y consiguió su guqin para animarle en sus momentos de reflexión.
Una tarde, tras regresar de la universidad, escuchó las voces de las hermanas Lan desde el otro lado de la puerta. A XiChen contando lo que parecía ser una historia. La misma fue triste y deprimente pese a tener personajes de fantasía bastante adorables. Y Lan WangJi se satisfizo con la narración.
Cuando Lan Huan se fue y Wei Ying preguntó, su amada apenas dio detalles. Ya que nunca se destacó por la narrativa fluida y sus oraciones se cortaron en un puñado de palabras cortas.
Era una gran oyente, nunca se destacó por la oralidad.
Pese al pronóstico inicial de Wei WuXian, Lan Zhan se adaptó adecuadamente a la rutina y mostró nulo inconveniente para desenvolver sus actividades. Ella ya le había mencionado que mantenía un estilo de vida tranquilo, y simple. Desde joven se le crió para actuar de manera independiente, lo que propició el desarrollar habilidades que le permitiesen vivir por su cuenta.
Wei WuXian comprendió que, a pesar de pensar en ella como una joven bella dama mimada, Lan Zhan nunca se comportó como tal.
Sin embargo, lo más destacable fueron los horarios de sueño desplazados. Lan Zhan se iba a la cama lo más temprano posible. En sus días libres se recostaba a eso de las nueve, y se levantaba a las cinco am; Wei WuXian iba a dormir a media noche y despertaba una vez que el sol ya se había alzado en el cielo matutino.
Era tan silenciosa como un ratón. Salía de la cama mientras Wei Ying dormía a su lado, en un desastre de mantas desordenadas y con el culo al aire al ser calurosa. Se dedicaba a ordenar el desastre dejado la noche anterior. Cuando tenía ánimos de hacer algunos estiramientos, lo hacía. Por el resto se encerraba en el cuarto de baño, donde terminaba de hacer sus abluciones y secaba su larga melena con uno de esos secadores de cabello novedosos que no hacían ruido.
Lan Zhan estaría lista solo una hora después de despertar y bajaría a ayudar al padre de Wei WuXian a preparar el desayuno. Para Lan WangJi fue toda una experiencia. Pues, fueron contadas las ocasiones en las cuales se permitió cocinar por el placer de hacerlo, y su compilado de recetas era breve. Wei ChangZe fue amable y paciente, explicó sobre este u otro platillo a preparar y respondió las preguntas de Lan WangJi cuando las elaboró.
Parecían llevarse bien, al menos eso pensó Wei WuXian. Los había visto tomar el té por la mañana, sus conversaciones se caracterizaron por ser contenidas y tranquilas. El desayuno, por otro lado, fue desordenado y agitado. Bastante ruidoso cuando se combinaba a Wei WuXian y su madre en la fórmula. Pero no de una manera desagradable.
Wei WuXian tomó sus seminarios por las mañanas, y acudió a clases ocasionalmente para entregar avances en sus proyectos. Por las tardes solía ir a trabajar al café y consolaba a un llorón y quejumbroso Huaisang.
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Todo lo bueno en la vida me lleva a ti
RomantizmHay una cosa que desconcierta a WangJi, una pregunta que se hace constantemente, '¿Por qué no puedo vivir una vida normal?' No importa cuánto intente cambiarse a mí misma, no puede encontrar paz en su corazon. Siempre hubo algo que le apartó de lo...