XXVII. Cambios parte I

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Lan WangJi comenzó a enfermar.

El desconocer la razón de ello, provocó preocupación. Sin embargo, no se adelantó en ir al medico ya que tenía cierta fobia a los hospitales. En su lugar, trató de mantener una alimentación más equilibrada y descansar.

Pensó que podría deberse al estrés en los cursos universitarios, que no disfrutaba y cuyo contenido era memorizado de manera forzosa para no faltar a las asignaturas; tal vez el cambio de estación y sus alergias al polen. Cuando la segunda semana de malestar continuó, se preguntó si habría pescado alguna gripe estomacal.

Al término del seminario, en su última clase, sintió un sutil mareo que le impidió abandonar el aula escalonada. Tomó asiento por pocos minutos y se preguntó a qué podría deberse. Ya había dado tratamiento a su anemia hacía algunos meses, así que no pudo ser ello.

Hubo una posibilidad que se barajó en su mente, y no le abandonó hasta que se vio forzada a hacerse con su teléfono móvil para revisar el registro.

En efecto, su periodo se había retrasado por varias semanas. Pero WangJi no le había dado la importancia necesaria a ese hecho ya que situaciones estresantes o la mala alimentación provocaban lapsus irregulares.

De este modo abandonó el aula y caminó hacía el exterior. Era su día libre del trabajo, así que no encontró apremiante volver a casa. En el trayecto en tren recibió un mensaje de Wei Ying preguntando por su día. Ella le envió un par de fotografías donde se capturaron algunas decoraciones que hizo para los pasteles en venta. Se quejó de esto y lo otro. De MianMian siendo demasiado dura y de Huaisang huyendo de las responsabilidades de nueva cuenta.

Lan WangJi sonrió, y sintió su corazón calentarse.

Wei WuXian le preguntó si estaba interesada en ir a cenar más tarde, pero recordó que tenía un proyecto que entregar y un ensayo para una próxima clase, así que Wei WuXian se mostró accesible.

Cuando Lan WangJi bajó del tren y abandonó el subterráneo, reconoció la forma distintiva de cierto edificio. Aún estaba lejos de su hogar, de hecho, solía llamar a Xiao Zhuliu al límite del distrito para que pasase a recogerle, pues la distancia del distrito de Caiyi a la alta montaña donde se asentó el hogar familiar fue de casi una hora.

Entró al interior con cierta reserva. La joven en la caja apenas dijo nada, tenía una sonrisa servicial en labios y no mostró molestia frente al penetrante olor a desinfectante y alcohol. Pese al uso de mascarilla, WangJi sintió incomodidad y deseó huir del lugar.

La joven le preguntó en qué podía ayudarle, a lo que Lan Zhan se armó de valor. Solo tras juguetear nerviosamente con el colgante en su bolso, pidió un par de pruebas. Se le presentaron algunas opciones mixtas, pero ella no supo discernir el mejor modelo, así que terminó comprando un puñado de estas y las colocaron en una bolsa de papel que, en apenas un pestañeo, guardó dentro de su bolso.

La siguiente hora y media fue angustiante, sintiendo el estómago hecho un caos y los nervios a flor de piel. Al bajar del auto fue recibida por los empleados, y se esforzó en mantener su rostro laxo para evitar demostrar nada.

Agradeció las atenciones y la oferta de un poco de fruta en trozos mientras esperaba a la cena, y se encerró en su anexo.

Su bolso quedó ignorado en su cama, y escuchó un par de libros caer al suelo al deslizarse de las mantas. Tal vez estaba más ansiosa de lo usual, o fue la preocupación cruda ante las posibilidades. Tomando la bolsa de papel se dirigió al cuarto de baño y cerró la puerta.

Hubo una razón al porqué en un primer momento se negó a pensar que pudiese tratarse de un embarazo. Fue ignorante en cómo podían proceder las cosas entre ella y Wei Ying ya que ella tomaba medicamentos a partir de su transición.

Todo lo bueno en la vida me lleva a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora