Todo lo bueno en la vida me lleva a ti

Extra II. Domesticidad

Con la llegada del verano comenzaron los planes de reconstrucción.

Lan WangJi aún mantenía la distancia con su tío. Sin embargo, le dejó conocer a su sobrino nieto y pasó de repudiar a Lan Zhan a simplemente dejarle vivir su vida sin intervenir en su camino.

Fue un cierre. Ni bueno, ni malo, pero de todas maneras un cierre. Wei WuXian creyó que era lo justo. Aún si Lan QiRen se arrepentía por lo que hizo, esta vez fue turno de Lan WangJi el alejarse.

No se mostró tan indiferente. Ocasionalmente, Lan WangJi enviaba un correo o una carta pero no volvió a acercarse de manera directa, tampoco a su familia paterna después del parto. No tras la breve reunión con Lan QiRen mientras se recuperaba del nacimiento de A-Yuan.

Esto le permitió a Lan WangJi recuperar sus ingresos y la herencia que le correspondió como hija de sus padres.

La madre de Lan WangJi, Lan YuXuan, había heredado una casa en las afueras, más en dirección de QingHe, en donde Lan Huan se crió alguna vez. Con la muerte de su madre, y más tarde de su padre, el hogar quedó sin un propietario. Lan XiChen ya había elaborado planes para hacerse en el hogar de MingJue, así que cedió la casa de las gencianas a su hermana menor.

Tantos años sin habitar en ella derivaron en la urgencia de reparar, demoler y levantar.

MingJue había sugerido llamar a algunos empleados de la empresa para que reacondicionaran el lugar, pero, ambas hermanas decidieron invertir esfuerzos en medida de lo posible para mantener mucha de la esencia de lo que fue su hogar de infancia.

Wei WuXian pensó en que el ambiente apartado del bullicio de la ciudad, y la influencia de su familia en la zona, sería conveniente para mantener la paz de Lan Zhan, y la crianza de A-Yuan. Después de todo, lo que Lan Zhan necesitaba era un espacio seguro; apoyo, comprensión y el seguimiento constante a su tratamiento. Era libre de vivir sin restricciones o regulaciones que dictasen cada uno de sus pasos.

Wei WuXian, lidió con la pistola de clavos; notó a su madre desde el rabillo del ojo y negó con cierta diversión. Nie MingJue llevaba algunas vigas de madera sobre su hombro, y su padre, Wei ChangZe, iba justo detrás ayudando a mantener el balance. Sinceramente, Wei WuXian no sabía si su madre estaba teniendo otro de sus enamoramientos efímeros o estaba babeando por su padre.

Ambos hombres eran atractivos, tenía que reconocerlo, pero prefirió dejar el tema de lado.

El sol del verano apuntaba sobre sus cabezas, Lan WangJi se encontró bajo la sombra en un amplio camastro en el jardín y apoyó desde la distancia mientras mantenía a A-Yuan cómodamente dormido sobre su pecho.

La pistola de clavos estalló y Nie Huaisang contuvo el grito de sorpresa. Por supuesto, había sido arrastrado por Nie MingJue y le obligó a participar en la reconstrucción. Pese a ello, Huaisang se las arregló para engrapar sus mangas en la superficie de madera y se le envió a obstaculizar en otro sitio.

Huaisang caminó por el jardín hasta posicionarse en el camastro junto a Lan WangJi, agitó su abanico pintado a mano y secó el sudor de su frente con evidente dramatismo. "Demonios, este calor es imposible". Recostandose hasta que su espalda tocó el respaldo, contuvo un suspiro de alivio bajo la sombra fría y dijo: "Ah, WangJi-mei, ¿cómo te está yendo con la maternidad?"

Lan WangJi se giró en su dirección y alzó ambos pulgares como única respuesta.

"Ji-mei, sabes que si Wei-jie te hace enfadar puedes ir a mí casa, prometo que seré un buen anfitrión".

Wei WuXian alzó las cejas con incredulidad, y llamó: "¿Qué tonterías estás diciendo, Nie-xiong?, ¡Qué gran amigo eres!, ¡Lan Zhan está perfectamente a mí lado!", Huaisang negó como si no le creyese. "¡No comiences a armar chismes en mí nombre!"

Llorando de manera patética ante la amenaza de su amiga, este se defendió actuando lamentable a ojos de Lan WangJi: "¿Ah?, ¡Wei-jie! ¡Wei-jie!, ¡Solo bromeaba! Solo trataba de vivir una vida sin complicaciones. Cuando mí sobrino está en casa, Da-ge deja de acosarme con sus sermones".

"Eso no es mí culpa, deja de molestar a mí Lan Zhan".

Lan WangJi sonrió, y se sintió plena y feliz de poder disfrutar aquello que otros llamaron bromas; sintió que podía bajar sus muros porque nadie intentaría hacer mofa de ella, por el contrario, se encontraron cómodos incorporándola a toda clase de jugueteos absurdos.

Wei WuXian se maravilló.