No fue hasta que nos encontramos entre la multitud, con un trago entre manos, que Sophia acercó sus labios hasta mi oído izquierdo.
-¿desde cuando?
La mire con confusion, no comprendía a que se refería.
-¿desde cuando que?
-¿desde cuando miras a Michelle de la misma forma en la que yo te miro a ti?
Palideci por unos instantes, sentí como mi cabeza daba un giro de trescientos secenta y cinco grados, logrando una sensación de vértigo en todo mi cuerpo. Observe el suelo; me sentía a metros de distancia de él, como si me encontrara sobre un rascacielos.
Todo el mundo bailaba a nuestro alrededor, a excepción mía y de Sophia, como si fuéramos dos personas congeladas en el tiempo y en la historia, dos personas estancadas en un universo paralelo.
-No se de que me hablas.- respondí en un tono bajo, intentando camuflar mis palabras entre la música.
La risa de Sophia me advirtió que aquello fue en vano, ella me había escuchado a la perfeccion, Sophia siempre me escuchaba a la perfección. Ella se había aprendido la forma en la que mis labios se situaban para pronunciar cada letra de memoria.
-se cuando mientes.- sus ojos se frenaron en los míos. -siempre se cuando mientes.- remarcó.
-a Michelle no la miro de ninguna forma en particular.
Asintió.
-definitivamente eres una mentirosa.
Dirigí mi vista hacia la multitud, me sentía lejana a todos ellos, me sentía lejana a todo.
-y tu definitivamente no quieres bailar.-
Sophia se llevó su trago a los labios, dandole un gran sorbo. No la apure, deje que se tomara su tiempo, que las palabras volvieran a surgir por sí solas.
-fue una pésima excusa.- dijo con los labios aún mojados. -lo siento, no me apetece bailar.
Fue mi turno de asentir, con más confusión que convicción. Con más miedos que seguridades, con más dudas que respuestas.
-por allí hay una escalera.- señale a la lejania. -arriba debe haber más silencio.
Sophia no me respondió con palabras, su mano se deslizo hasta la mía y sus dedos se entrelazaron con los míos. Mi corazón latía con fuerza, me sentía aterrada.
¿Que debía decir? ¿Que debía hacer? Lo único que sabía era que me encontraba subiendo por las escaleras, dirigiéndome hacia una de las habitaciones que aquella residencia poseía.
Sophia abrió una de las puertas, la cerró una vez mis pies se encontraban dentro de la habitación.
Sin previo aviso la musica dejó de sonar, se marchó sin si quiera despedirse, provocando una sensación de vacío en el lugar.
Ella apretó el interruptor sin soltar mi mano; la luz se encendió y los colores de la habitación dejaban a entrever que donde me encontraba era en el cuarto del anfitrión de la fiesta; El cuarto de Oliver.
Sophia desenlazo nuestros dedos, alejo los suyos de los míos casi tan lejos como su cuerpo del mio se encontraba en aquel momento.
Apoye mi espalda en una de las paredes de la habitación, logrando que el frío se apoderase de mi casi tanto como lo habia conseguido hacer el miedo.
Ella se coloco frente a mi de brazos cruzados, había dejado la bebida que momentos antes tenia en manos sobre una cómoda que se encontraba a un lado de la puerta.
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Cereal lovers
RomanceLa vida de Piper da un giro inesperado cuando horas antes de su primer dia de clases decide ir al supermercado en busca de sus cereales favoritos, solo hay un problema; una colorada de 1,70 que logro ganarse su odio al arrebatarle la última caja de...