Eran aproximadamente las tres de la tarde y me encontraba sentada en el pavimento de la cancha de baloncesto que se ubicaba cerca del lago.
Francis se veía emocionado bajo la idea de que vaya a verlo jugar y honestamente yo no tenia nada mejor que hacer.
Él, sus amigos y un par de chicos que ya estaban ahí cuando llegamos se encontraban teniendo un cinco versus cinco.
Francis había anotado quince puntos en lo que iban de juego. Era un simple partido amistoso por la tarde entre conocidos en una desastrosa cancha municipal de la zona; pero aún así, Francis saltaba de la emoción cada vez que él o alguien embocaba en el aro.
—¡¿quien es el rey?! ¡Yo soy el puto rey!
Francis había echo otro triple y se encontraba festejando con pasos de baile en medio de la cancha.
A estas alturas no distinguía si jugaban basquetbol o just dance.
Podía ver en los rostros de la mayoría la irritabilidad que les generaba que un chico con cara de muñeco les esté partiendo el culo.
Francis no solía encajar en los grupos por estas cosas. Al igual que yo, no sabía cuando mantener la boca cerrada.
—¡vamos Fran!— Grite llamando la atención de varios jugadores. El rubio se limitó a sonreírme mientras simulaba tirar un beso fugas al cielo.
Pude sentir mi celular vibrar dentro del bolsillo de mi chaqueta. Una llamada entrante junto al nombre de Sophia tapaba toda mi pantalla de inicio. Sin pensarlo demasiado conteste.
—hey linda ¿que haces?
Me mordí el labio inconscientemente al escuchar su dulce voz del otro lado.
—estoy en la cancha que esta por el lago con Fran, ¿pasó algo?
Sophia hoy nos dijo que no le apetecía salir debido a sus tareas escolares. Este año se había propuesto aprobar todas las asignaturas y no pensaba renunciar a su meta la primera semana de clases.
—quería saber si te apetecía escuchar algo que compuse...
Se me escapó una sonrisa al escuchar como arrastraba las vocales al hablar. En ella eso siempre podía significar solo dos cosas.
Uno, estaba borracha; o dos, estaba nerviosa.Sophia no era de las que toman una botella de vodka a plena luz del día.
—¿no estabas estudiando para sacar el país adelante o algo así?
Sophia soltó una pequeña risa.
—¿quieres o no?
Emití un ruido con la garganta en forma de afirmación y casi al instante sentí como me ponía en altavoz.
—todavía no está terminado, pero sería algo así.
Cerré los ojos al escuchar el sonido que hacían sus dedos al pasar por las cuerdas de su bajo. Sophia tenía un talento nato para inundar mi desierto en cuestión de segundos.
Me sentía como una pequeña rata hipnotizada bajo el embriagante sonido del flautista de Hamelin.
Tal vez fueron las vibraciones de las cuerdas al rozar con las yemas de sus delicados dedos, tal vez fue el sonido de su voz al tararear los acordes, lo más probable es que fuera una mezcla de ambas lo que provocaba aquel cosquilleo en mi estómago.

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Cereal lovers
RomanceLa vida de Piper da un giro inesperado cuando horas antes de su primer dia de clases decide ir al supermercado en busca de sus cereales favoritos, solo hay un problema; una colorada de 1,70 que logro ganarse su odio al arrebatarle la última caja de...