Cereal lovers

17. Berlín

La distancia hasta el colegio se sentía  extenuantemente larga. No tenía en claro si aquello se debía al buen humor de Sandra que provocaba que quisiera divisar cada detalle de su alrededor al conducir o a la forma en la que Sophia creo distancia entre nosotras colocando su mochila en el asiento del medio en forma de muralla china.

Me limite a no prestarle tanta atención a aquel detalle, centrándome en la forma que Francis sacaba su brazo por la ventanilla del coche, dando suaves palmadas en el techo del vehículo de forma rítmica.

Tenía muchas incógnitas en aquel momento zumbando como abejas dentro de mi cabeza.

Dirigi mi vista hacia el rizo de cabello que caia de forma rebelde por el rostro de Sophia, quien permanecía mirando a través del vidrio como si fuera la protagonista de algún video musical.

Intente eliminar todo pensamiento negativo de mi mente, después de todo ella me había asegurado que nosotras estábamos bien.

Tal vez solo quería espacio, "todos necesitamos espacio de vez en cuando" me limite a pensar.

En verdad quisiera saber lo que a ella le sucede con solo observarla y ver a través de su piel las heridas que la atormentan, tristemente aunque quisiera no lo conseguiría. Ese super poder es algo único que solo se lo otorgaron a ella.

Ojalá fuera tan buena observándola como ella lo es cuando se trata de mi, cuando me hace creer en la magia y en el poder de leer a las personas sin si quiera tocarles la palma de la mano.

—¿por qué vas tan callada Piper?

La voz de Francis hizo que todos los cabellos de mi cuerpo se erizaran, levante la cabeza de forma lenta al sentir como Sophia y Sandra clavaban sus ojos en mi , curiosas por las palabras del rubio.

—no dormí bien, es todo.— dije, encogiendome de hombros.

—noche larga, ¿eh?— Francis asomo su cabeza entre los asientos delanteros.
—¿sigues sin recuperarte de la fiesta del otro día?

—para ser parte del equipo de baloncesto, sus fiestas son bastante deprimentes.— objeto Sophia uniéndose a la conversación, inmediatamente me centre en ella. —si el equipo de debate hiciera una fiesta de seguro sería mucho mejor que la de ustedes.

La sonrisa de Francis se torció de forma brusca. No le había hecho ni gracia el comentario de su hermana.

—¡So! No molestes a tu hermano. De seguro su fiesta fue increíble.— salto Sandra en defensa del rubio. —no tomaste alcohol, ¿cierto?

—increíblemente aburrida...— solto Sophia a regañadientes.

—tan aburrida que te tuviste que escapar a mitad de la noche con nuestra vecina, ¿cierto?— solto Francis en un tono casi inaudible para que Sandra no pudiera escucharnos.

Pude ver como la mandíbula de Sophia se tensaba por completo al oír aquella acusación. Casi al instante sus ojos apuntaron hacia mi de forma temerosa, como si le tuviese miedo a lo que yo pudiese llegar a responder.

Como si tuviese miedo de que llegara a responder que no fue conmigo con quien espero a que la luna se escondiera.

So, ¿donde te escondiste?

—¿eso acaso es de tu incumbencia?— respondió ella tras unos segundos de silencio.

Una sonrisa triunfal se asomo entre las comisuras del rubio al ver como su pregunta era esquivada. —eso imagine.— solto con altanería mientras volvia a meter todo su cuerpo dentro del asiento de copiloto.