Me solía perder en los faroles de los coches y en las grietas de la acera al caminar, mi madre siempre me decía que le prestaba demasiada atención a los detalles; que aquello un día de estos me iba a matar de la ansiedad.No se equivocaba, de hecho.
Mi bolso se sentía pesado por la carga del uniforme y zapatillas deportivas que usaba para entrenar, por otro lado mi cuerpo se sentía liviano gracias a las corrientes de aire que me llevaban arrastrando como si de una hoja seca tratase.
No faltaba mucho para llegar a casa y poder descalzarme, nos encontrábamos aproximadamente a tres minutos, el equivalente a aquella canción de Twenty One Pilots que había incorporado en mi playlist hace un par de años en un otoño como este.
"Tear in my Heart"
—¡ni de chiste!
Ladee mi cabeza hacia los costados con rapidez, buscando despabilarme.
—¿que es lo que sucede?— pregunté, dirigiendo mi mirada hacia ella para luego bajarla hasta su celular.
Daisy era una persona muy expresiva, su rostro siempre parecía querer decir mil cosas, sin embargo sus palabras se quedaban a medio camino al querer largar todas juntas y terminaba optando por no decir nada.
Ella me sonrió con evidente emoción, le sonreí en respuesta aun sin tener claro de que se trataba.
Ella dejó de caminar por unos segundos, sus pies se movían sobre su lugar dando pequeños brincos. Cuando su ataque de hiperactividad terminó, seguimos nuestro rumbo.
—tu hermano depositó un corazón en mi historia de Instagram.
Asentí, guarde silencio por unos segundos aunque por dentro me moría por contestarle que le depositaba corazones a toda mujer que veía y que habían sido cuatro las que metió en secreto esta semana por la puerta trasera de nuestro hogar, que él solo lo hacía para olvidarse de ella.
—¿y eso es bueno por qué...?— me burlé, Daisy golpeó mi hombro mientras una pequeña risa salía de entre sus labios.
—él es súper lindo.
—él es súper hueco.— corregí.
—podría lavar los platos en sus abdominales...
Daisy suspiró y aquello me dio ganas de vomitar. Rodé los ojos.
—si recuerdas que es mi hermano de quien hablas, ¿verdad?
—claro, disfruto tanto de pasar el tiempo contigo que quiero verte hasta en los almuerzos familiares.
—buena suerte en eso.— murmuré.
Al llegar a casa el silencio nos invadió, no parecía haber nadie además de nosotras que habíamos llegado a perturbar la paz.
Me descalce en la entrada dejando entrever mis calcetines de color amarillo, Daisy espero a un lado a qué nuestro camino hacia mi habitación siguiera.
Arroje mi bolso a un costado y me desate el cabello que tenia amarrado en una torpe cola de caballo.
Luego de unos segundos, subí las escaleras con la castaña a mi lado.
—ojalá mi hogar luciera así de calmado un día de semana.— admitió. —no es muy silencioso la verdad.
—¿quien provoca el alboroto?
—el perro, mis hermanos, mi madre... la calle en si y absolutamente todo. Las paredes tienen la misma densidad que una hoja de papel.
—suena como si tu barrio no durmiera.
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Cereal lovers
RomanceLa vida de Piper da un giro inesperado cuando horas antes de su primer dia de clases decide ir al supermercado en busca de sus cereales favoritos, solo hay un problema; una colorada de 1,70 que logro ganarse su odio al arrebatarle la última caja de...