𝐄𝐍 𝐋𝐀 𝐈𝐍𝐓𝐈𝐌𝐈𝐃𝐀𝐃 | Cuti Romero ⓒ

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━ ❝Tal vez tú no te fuiste y yo tengo la suerte, de hacer que me perdones antes de perderte❞

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Perspectiva Cuti

El día definitivo para Cristian comenzó hace breves horas, día dónde debía jugársela una vez más por la mujer que le hacía bien y amaba de una manera particular.

La primera parte de la mañana del defensor se basó en intentar obtener contacto con Lisandro, su mejor amigo y psicólogo personal, pero para su mal comienzo ni él ni su mujer le contestaban. La llamada no le daba tono, sino que directamente lo mandaba al contestador como si el teléfono estuviera fuera de servicio. Cristian maldecía en su interior la desaparición de Licha en aquel momento, necesitaba obtener la información de donde se iba a dar la boda de su amada y él era la persona que conociendo toda la historia detrás lo podía ayudar sin levantar sospecha alguna. Al jugador le parecía irreal como el tiempo comenzó a correr más rápido de lo normal y no podía perder más de lo que se estaba permitiendo.

Sabiendo más o menos quienes de sus compañeros fueron los invitados al evento, comenzó a contactarlos. A los primeros que llamó fue a Enzo y Julián, quiénes en vez de darle información sobre la ubicación le realizaron un interrogatorio casi interminable.

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- Pero amigo, ¿Maca no te invitó? - pregunta Enzo del otro lado de la linea

- Sí, o mejor dicho no, igual ese no es el tema culiado, ¿tenes la dirección? - exclama apurado el cordobés

- Si fuiste invitado seguro la tenes, pelotudo. ¿Cómo se te va a perder?

- ¡ENZO LA PUTA MADRE! - grita a través del celular con poca paciencia

- ¿Qué me gritas, la concha de tu vieja? ¿Porqué te pones así alterado?

- ¿Tenés o no la puta dirección? - demanda desesperado

- Seguro la tiene Valen pero no está en casa, de última porque no la haces corta, ¿Porqué no le envías un mensaje a Maki para que te la pase?

- Te corto boludo, porque sino voy y te meto tremenda ñapi

- ¿Entonces nos vemos en el casamiento de Maca? - interroga, pero Romero finaliza la llamada sin darle una respuesta

[...]

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Al no tener éxito con sus primeros contactos, decidió seguir insistiendo pero esta vez llamando al Papu y a Lautaro. Tuvo un poco más de suerte pero fue casi nula la ayuda, sus compañeros desconocían la dirección especifica del lugar y solo le brindaron que el salón quedaba ubicado fuera de capital federal.

Por supuesto Cristian intentó comunicarse con Carolina, pero no le llegaban los mensajes y las llamadas eran dirigidas directo al buzón de voz.

Las horas habían pasado rápidamente y el reloj del living en la casa de Romero ya marcaban las doce del mediodía pasadas. Cristian estaba a nada de entrar en la locura por no saber donde se iba a realizar ese maldito casamiento, se encontraba desesperado pero sin darse por vencido.

Abandonó el sillón dónde estuvo toda la mañana investigando y se incorporó sobre si mismo. Caminó hasta el llavero que tenía las llaves del auto y un duplicado de las de su casa, tomó las del auto para salir de su vivienda hacía un lugar pendiente que tenía que asistir. Sin embargo, antes de realizar todo su accionar recordó su última opción y quién podría ser su salvación. Paulo.