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━━ ❝Tus labios me provocan, nuestras bocas se chocan, mi intuición no se equivoca

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Frenesí y fogosidad

Para Macarena, esas dos palabras eran las indicadas para describir aquel beso que Cristian le estaba dando. Sus bocas encajaban perfectamente, los movimientos que ejecutaban eran coordinados y placenteros, como si lo hubieran practicado previamente. Ambos cargaban con el deseo de probarse por primera vez desde el día posterior al accidente de Tagliafico, sabían que era incorrecto cada encuentro que hacían a escondidas de sus parejas, pero la atracción mutua era más fuerte que cualquier sentimiento de culpa.

- Para un poquito, déjame recuperar aire - Maca se aparta unos centímetros de los labios del cordobés y coloca su mano en su pecho

- Sos hermosa - exclama Cristian depositando delicados picos desde la mejilla hasta el cuello de la muchacha

- Lo sé, todos me lo dicen - responde con altanería solamente para molestar al morocho

- Pero, ¿todos pueden hacer esto? - cuestionó plantando otro intenso beso, el cual fue nuevamente correspondido por la rubia

Cristian posó sus manos en la parte dorsal de la espalda de Macarena y comenzó a dejar caricias, sin privarse de ningún lugar de ésta. Se alejaron una vez más por falta de aire, la temperatura corporal de ambos iba subiendo y la agitación ya era notoria.

- ¿Comiste? - consultó Maca dando besos en el cuello del Cuti

- Lo estaba haciendo - responde soltando un sonrisa de lado

- Sos un tarado, ¿pedimos servicio al cuarto? - él asiente con una sonrisa

La menor de los Tagliafico corrió hasta el teléfono que la comunicaba con recepción, pidió una cena para dos y le confirmaron que en 30 minutos se la hacían llegar. Al voltear para volver junto al jugador, éste ya estaba tirado en su cama.

- Claro, ponete cómodo - exclamó con sarcasmo, provocando la carcajada del chico

- Hay que probarla, vos viste, por las dudas - responde con una doble intencionalidad en sus palabras

- Ya quisieras, Romero - niega y toma asiento en el sillón al lado del escritorio

- No te hagas de rogar y veni acá, hay lugar de sobra - palmea la superficie blanca, incitando a que se acueste a su lado

- Ni en pedo, cuando te vayas hago que me cambien las sábanas porque ya me las contaminaste con tu feo perfume - declara sin mirar al jugador, pero éste se levanta fugazmente y la carga en sus hombros - ¡CRISTIÁN BAJAME! - exige pateando al aire, el antes mencionado se tumba con ella a la cama, quedando sobre su pequeño cuerpo

- ¿Dijiste que mi perfume era feo? - le interrogó a centímetros de su rostro, se encontraban en una posición comprometedora pero también tentadora para ambos

- Feo no, horrible - recalca mirándolo a los ojos, sus labios se rozan sutilmente, Cristian coloca una mano en el muslo de la chica y ésta al sentir aquel contacto, abre levemente su boca soltando un suspiro

- Horrible es esta tortura ¿no? - exclama con su voz un poco más ronca y sin quitar su mirada de la rubia

- Te haces desear una banda, morocho - sin quedarse atrás en el juego, exclamó Macarena mientras sus manos recorrían el torso del cordobés

𝐄𝐍 𝐋𝐀 𝐈𝐍𝐓𝐈𝐌𝐈𝐃𝐀𝐃 | Cuti Romero ⓒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora