—Pero miren quien está aquí, Sultana —hice una reverencia ante ella— que te trae por aquí Havva?
—Me gustaría invitarla a comer conmigo, si le parece bien —Sonreí esperando una respuesta positiva
—Está bien, te acompañaré, parece que tienes algo que decirme.
La sultana me acompañó hasta el jardín privado y ahí nos sentamos a comer juntas. El día estaba precioso, estaba fresco y soleado, por lo que no solo disfrutamos de la deliciosa comida, también el agradable ambiente.
—Dime Havva, que quieres decirme. —Soltó sin rodeos.
—Imagino que su majestad, el sultán le aviso que nos casaremos en un mes. —Ella asintió
—De hecho me sorprendió... una boda en invierno? —Ella elevó una ceja.
— El invierno es una estación agradable cuando recién está empezando, mi favorita personalmente, no veo problema —Tomé un poco de jugo en mi vaso.
—Dime Havva, estás enamorada de Mehmed? —casi escupo mi jugo de la sorpresa y ella se rió.— Tengo razón una vez más.
—No sultana, yo no... —Ella puso un dedo en mis labios.
—Shhhh, no quiero escuchar excusas, se que te gusta, se nota.
Fruncí mi ceño y baje mi cabeza, entonces... ¿me gusta Mehmed? Es por eso que yo...
—Havva. —Me llamo la sultana y levante mi cabeza para verla.— quiero ayudarte, en serio quiero hacerlo, porque me recuerdas a mi. Con la diferencia de que yo, amé al sultán desde la primera vez que lo vi, y desde entonces soy leal a él.
— No se que quiere decir sultana. —la miré confundida
—Quiero decir que... te des la oportunidad de dejar ir lo que sientes por Mustafa, eres inteligente y bella, pero tu "amor" por el... Te estanca, y si me pides mi opinión, Mustafa no es bueno para ti, peor Mahidevran
Luego de hablar un rato, acabamos de comer y luego nos retiramos por separado. Por mi parte decidí ir a mi habitación para descansar un momento y pensar, en mis sentimientos, los últimos días y lo que realmente sentía por Mehmed.
Así que a paso lento me dirigí a mi habitación, llegue y me tire en mi cama, y dejé ir un largo suspiro.
Entonces... realmente me gusta? Quiero decir, si tenía el pensamiento de qué tal vez... podría agradarme, pero... no. Es imposible, yo no amo a Mehmed, yo amo a Mustafa y fin de la historia. Además nunca podría amarlo, el es tan... especial. No! Especial no. El es muy amable, y lindo y... demonios no!
El no puede gustarme, nos odiamos mutuamente. ¿No? Bueno ahora que lo pienso el nunca ha demostrado abiertamente su odio hacia mi... creo... pero... No! Simplemente no! Mehmed y yo? Juntos como una pareja romántica? Ja! Imposible, somos muy diferentes.
—Sultana... El príncipe Mehmed la espera fuera de los aposentos. — ¿Eh?... me levante y abrí la puerta de mi recámara.
En efecto el estaba ahí, con una linda sonrisa, que al verme se ensanchó más. Se veía tan lindo de esa manera
—Príncipe? —lo miré confundida.
El soltó una risa y me levantó en el aire dándome vueltas.
—Mehmed! No te atrevas a dejarme caer .— Dije aferrándome fuertemente a él, una vez me bajo,puse una de mis manos en su hombro y otra en su pecho mientras el tenía sus manos en mi cintura.
—El sultán finalmente me asignó una provincia Havva! Iremos a Amasya! —Dijo emocionado y me abrazó otra vez.me alegraba verlo así e inconscientemente mostré una suave sonrisa — Mi hijo nacerá en Amasya,
Mi sonrisa se borro al instante, claro, esa mujer vendrá con nosotros.
—Si todo sale bien, nacerá en Amasya. —Asentí, levemente con la cabeza y baje mis manos.— no sabes lo feliz que estoy ahora mismo.
—Me alegro mucho, su alteza. Espero que allah le otorgue la sabiduría que se requiere para usar el puesto.
El asintió y me mostró su sonrisa, por mi parte le devolví una corta sonrisa a labios cerrados.
Hice una reverencia y volví a entrar en mis aposentos.
Al entrar estaba Melek sentada en mi cama sonriendo de forma grotesca.— qué haces en mi cama? —Eleve una ceja.
— Sultana Havva, estás tan sola.
—Disculpa? —Me cruce de brazos viéndola.
— Sí, y es... deprimente. Mírese usted y míreme a mi, soy la favorita de su alteza y llevo a su hijo en mi vientre.
—Eso no te hace especial señorita, porque te recuerdo, que ni siquiera eres una sultana.
— Oh pero pronto lo seré, además de que me casare con su alteza —Me sonrió.
—Perdón? Sabes lo que estás diciendo?
—Por supuesto que si, al ser una mujer libre, su alteza debe casarse conmigo. entre tu y yo, ambas sabemos a quien elegirá — solté una leve carcajada al escucharla.
— escúchame bien porque no lo voy a repetir dos veces, Melek. Tu sigues aquí, porque así lo deseo, si por mi fuera, habrías sido expulsada hace mucho tiempo. Y estás aquí por el bebé que llevas en tu vientre, una vez que des a luz, volverás a tu casa con tu familia —Me acerque a ella hasta estar frente a frente.— además que... su alteza y yo, nos casaremos el próximo mes. Así que bájate de esa nube.
—Mentirosa —Me gritó, me volteé a ella y le di una bofetada.
— Mira a quien tienes en frente, acaso no lo ves? Yo soy una sultana y tú eres una simple mujer, una más del montón.
Mis criadas se acercaron ya que escucharon la pequeña pelea.
—Llévensela a sus aposentos, y que no me moleste más. Si el príncipe viene, díganle que estoy ocupada. — Dije sin ganas y se llevaron a la mujer.
Me acosté en mi cama y al cabo de un rato me dormí.
—Sultana! Tiene una visita. —Me llamo una de mis criadas, estaba acostada por lo que respondí sin abrir mis ojos.
—Si es el príncipe díganle que...
—Sultana Havva.
Esa voz...
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¿Quien creen que sea? 🤭
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Havva, Sultan [ Principe Mehmet Fanfic ]
Ciencia FicciónUna mujer libre comprometida con un príncipe otomano, que podría salir mal?