033 (Maratón 4/4)

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No tardo mucho tiempo en salir un escuadrón secreto de soldados con destino Amasya, para investigar el palacio secretamente mientras Mustafa se encontraba en la capital.

Mehmed ahora tenía un rayo de esperanza, si lo que Hasret dijo era verdad, ella estaría en alguna parte de Amasya.



[días después]








—No puedo creer cómo pudo matar a más de 20 personas ella sola... —Habló Cihan.

—Perdió la razón, eso era obvio.— respondió Mehmed con obviedad.

—La encontraron, su majestad? — preguntó nerviosa, ya que el escuadrón había regresado en silencio, tal y como se fueron. Cihan miró a los ojos de Mehmed, la fría noche ya había cubierto el cielo y estaban solos en los aposentos de ella.

—Ellos... no pudieron encontrarla por ninguna parte...—Mehmed se volteo, enfocando su vista en la puerta.

Estaba muy sumergido en sus pensamientos que ni siquiera notó que cihan se había acercado a él peligrosamente, y en un parpadeo le robó un beso.

El se separó empujándola ligeramente y la detuvo poniendo sus manos en los hombros de ella.

—Y-yo... su majestad... —Ella estaba nerviosa por la reacción que el tendría

Mehmed lo pensó, pero suspiró antes de contestar

—Ya debo irme, es tarde, descansa cihan —Dijo el y salió de los aposentos evitando a toda cosa el tema, fingiendo como si eso no había sucedido

No podía hacerle eso a su celosa sultana, que si se diera cuenta, se pondría roja de la ira, y haría un buen berrinche de celos, y el tendría que volver a pagar con joyas para que le perdonase, o tal vez ni así le perdonaría. A pesar de que la idea de estar con una mujer es tentadora para muchos, para el, no lo era porque ella... no es Havva.

—No es mi Havva —Suspiró el una vez más y se dirigió a sus aposentos.

Al entrar a ellos, se sintió muy solo, una vez más, la mujer que siempre lo acompañaba no estaba ahí.

A pesar de que vivió mucho tiempo sin ella, el hecho de no tenerla a su lado lo hacía sentirse completamente solo, la mujer que él más amaba no estaba a su lado.

Extrañaba aquellos momentos juntos, se sentía impotente porque no pudo protegerla, y la habían arrebatado de su lado, buscó sin cansancio mucho tiempo, el mismo lideraba las búsquedas antes de que lo llamasen a la capital.

Lloviera o nevara, el la buscaba cada día; cada mañana, al despertar, solo deseaba recibir la noticia de que la habían encontrado, descartaba la idea de que Havva habría muerto, porque solo pensar en que su amada estaba sin vida, lo hacía querer dejar de vivir y reunirse con ella.

La nostalgia lo invadió en ese momento, y no pudo evitar soltar algunas lágrimas, por los recuerdos, que ahora, se veían más lejanos que antes, que eran vividos, ahora, el se sentía alejado de ella, se sentía triste, molesto, un mar de emociones lo llenaba.

Lloró con impotencia, hasta que sintió sus ojos arder y su cara caliente de tanto llorar, el no lo mostraba, pero la única felicitación que quería recibir ese día, era la de ella.

El se imaginaba un día como este, con Havva a su lado, ayudándole a vestirse y a repasar su discurso, que luego de la ceremonia se abalanzara sobre el en un fuerte abrazo y le dedicaría cálidas palabras que llenarían su corazón, imaginaba con celebrar junto a ella esta nueva etapa, besarla y decirle lo mucho que la amaba por estar junto a él.

Pero esto... solo se encontraba en sus sueños, puesto que la búsqueda de su sultana cada vez estaba más apagada.

Luego de un largo rato, decidió ir a refrescarse la cara en los baños, para que nadie notara que estuvo llorando por su esposa una vez más, ya que Mehmed, "no podía demostrar debilidad", al pensar en esto, Havva paso por su mente una vez más, porque no importa lo débil que el fuera frente a ella,siempre estaría con él.


Al volver a sus aposentos para descansar de una vez por todas, se encontró con mirihmah.

—Que haces aquí Mirihmah? —preguntó el sultán, viendo a su hermana deambular

—Hay una mujer, que juró por allah que la he visto antes, pero no se quien es, no logro reconocerla.

—Que dices?

—Es una concubina de Mustafa, me consta que es su concubina —la sultana pensó en aquel desagradable escenario.— Pero juro que la vi antes.

—Serán ideas tuyas mirihmah

Hubo un corto silencio antes de que la sultana volviera a hablar

—Escuché que no lograron encontrar a Havva.

—No aún, pero sigo teniendo esperanza. —Mehmed suspiro conteniendo las lágrimas que se asomaron rápidamente.

—Havva... dónde estarás?—La sultana pensó un momento.—Havva...

—Que tiene Havva?

—Por allah... —Hizo una pausa.— Descansa Mehmed, debo hacer algo.

Mirihmah corrió a los aposentos de Mustafa, tocó la puerta, y espero unos minutos antes de que Mustafa abriese.

—Que quieres Mirihmah, creí haberte dicho que no molestaras.

—Es así pero... y tu concubina? Porque abres tú personalmente.

—No tengo derecho a abrir una puerta? —El elevó una ceja

Mustafa se había vuelto un hombre muy cínico luego de la muerte de su madre, no era el mismo, ya no era amable ni mucho menos, ahora era un hombre sarcástico, que siempre que tenía la oportunidad de insultar la tomaba, especialmente si de insultar a Mehmed se trataba.

—No pero... —La sultana no terminó su oración antes de que su hermano la interrumpiese.

—Si no tienes nada Que decir, Adiós .— Cerró la puerta en su cara

Mirihmah le escribió una nota a la mujer, y le ordenó a un eunuco que viera si la mujer salía, y en caso de que lo hiciera le entregase la carta. Dio una última mirada a la puerta y se fue.

Aunque había alguien que lo estaba viendo todo entre las sombras...




























Este es el último capítulo del maratón, espero que lo hayan disfrutado mucho 😽😽 tanto como yo, nos vemos en el próximo capítulo.

Havva, Sultan [ Principe Mehmet Fanfic ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora