CAPITULO 4-3

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–  N-no pensé que lo estuviera- me refiero a- yo estaba- s-solo estaba confundido porque- – Jongho balbuceó, sintiéndose pequeño, insignificante frente a Yunho, quien sabía tanto, hablaba tan bien, haciendo a Jongho sentirse tan intimidado.

– Hey... – Yunho dijo de repente, acercándose al chico un poco más y poniendo sus manos en su cintura. – Escucha- no estoy tratando de asustarte o hacerte sentir ansioso – dijo suavemente, y los ojos de Jongho se abrieron más de lo normal.

Jongho tragó. – Y-yo... – comenzó y volvió a tragar – Yunho, e-estoy muy confundido, lo siento.

– No te disculpes – Yunho dijo y Jongho lo sintió hacer círculos con sus dedos en su cintura –  Dime lo que piensas, Jongho.

El chico abrió la boca por unos segundos, tratando de articular algún pensamiento que pudiera convertir en palabras pero se sentía incapaz de hacerlo, limitándose a mirar a Yunho tímidamente. 

– N-no lo sé. No sé qué es lo que quieres que te diga, no sé qué es lo que quiero. – Dijo con voz muy suave, muy asustado.

– Está bien – Yunho dijo, acercándose cada vez más. – No lo pienses. No debes buscar la claridad, tienes que dejarte guiar más por tus impulsos, Jongho.

Yunho dijo y Jongho puso sus manos en su cuello, sintiendo su piel tibia en sus manos frías.

– Sé que no lo entiendes – Yunho susurró y ahora la mente de Jongho estaba inclusive más desordenada. Todo lo que podía ver eran los ojos de Yunho, todo lo que podía sentir, eran sus manos sosteniéndolo, el caos emergiendo desde el fondo de su estómago.

– Sé que todo es muy confuso ahora mismo. – Jongho sintió su aliento estancarse, siendo más pesado a cada segundo – Pero te prometo que todo cobrará sentido – Yunho dijo y Jongho sacudió la cabeza.

– N-no lo hará, nunca lo hace – Jongho chilló suavemente y Yunho no pudo evitarlo.

Atrajo a Jongho más cerca, lo más cerca posible, haciendo que se rozaran las puntas de sus narices.

– No temas, ángel – Yunho gruñó oh, tan despacio, y Jongho sintió un gemido salir de su garganta – Solo entrégate.

Sus labios se encontraron.

La mente de Jongho estaba a mil por hora, una chispa de deseo comenzó a crecer desde su estómago, infiltrándose a su mente, su cuerpo, su corazón, uniéndose en un anhelo desenfrenado. Sintió el suave y brusco toque de los gruesos y tibios labios de Yunho contra los suyos.

En su mente había confusión, miles de preguntas, un sentimiento de anarquía, cada pensamiento en guerra contra otro, su mente en guerra contra su corazón, un completo caos hasta que no pudo más. No pudo comprender la complejidad de sus propios deseos, así que empujó a Yunho lejos, retrocediendo cinco pasos.

– ¿Q-que? – Comenzó a decir, con ojos muy abiertos – ¿Qué q-que fue eso? ¿Qué hi-hiciste? – Jongho balbuceó y Yunho se vio derrotado por primera vez.

Jongho llevó su mano a su boca, sacudiendo la cabeza – Eso estuvo mal- estamos mal- t-tú estás mal! – Jongho le reclamó y Yunho se lamió los labios.

– Jongho...

– No digas mi nombre – le respondió furioso  – No de tus labios, no quiero volver a verlos otra vez. Eres un hombre, yo soy un hombre también. ¡Tu- tú debes estar loco! – Jongho gritó y Yunho se mantuvo en silencio.

Jongho no encontró una respuesta, solo a Yunho mirándolo inexpresivo, como esperando a que pasara su berrinche. Jongho respiró profundo y salió corriendo, sintiéndose incapaz de seguir mirando al hombre.

Corrió dentro del restaurante, en donde encontró a Sana y a Kazuha comiendo su comida. Llegó hasta ellas y miró a Sana –  S-Sana, tenemos que irnos.

– ¿Oh? – Kazuha preguntó y Sana lo miró con ojos muy abiertos. – ¿Qué pasó?

– Nada, no pasó nada, solo... solo tenemos que irnos ahora mismo. – Jongho dijo y Sana asintió, dándole una mirada cansada a Kazuha y tomando su abrigo.

– T-te veo mañana temprano – Sana dijo y Kazuha asintió confundida.

Jongho salió casi corriendo y Sana fue tras él, haciéndole muchas preguntas. Yunho caminó hacia el restaurante, viendo a Kazuha sentada sola, luciendo no muy contenta. 

– Se fueron – dijo Kazuha y luego sonrió – ¿Qué le dijiste al pobre muchacho?– 

– Absolutamente nada – Yunho respondió tomando la mano de Kazuha, ayudándola a levantarse. – Supongo que mi atractivo lo asustó.

Kazuha sacó dinero de su cartera y lo dejó en la mesa, poniéndose su abrigo.

Cuando lo hizo, sintió la mano de Yunho rodear su cintura. Caminaron fuera y ella le quitó el cigarrillo de la boca, llevándolo a la de ella para darle una calada. Yunho se inclinó a susurrar en su oído – Te cogeré muy bien antes de que te vayas.

Kazuha exhaló el humo, regresándole el cigarrillo a su esposo – Por supuesto que lo

harás – le respondió con una sonrisa, y Yunho gruñó. 

Somebody to love - 2ho / YunjongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora