Jongho caminó por el pasillo, mirando la gran variedad de productos de comida frente a él. Productos americanos, quizá. Habían estado fabricando casi de todo, muchas comidas con nombres raros. ¿Qué carajo era un 'hot dog'?
Jongho tomó una lata de puré de tomate, buscando después el pasillo de la pasta.
Sus ojos se abrieron cuando vio la familiar figura de un hombre rubio caminando alrededor.
– Oh – exclamó y se dio la vuelta para caminar lejos de él a toda velocidad aunque pensaran que parecía un loco. Se apresuró a entrar a un pasillo y tomó la primera cosa que encontró sin leer la etiqueta, mirando atrás y viendo a Yunho tomando algunos vegetales. El hombre alzó la vista y vio a Jongho.
Jongho abrió más sus ojos y se dio la vuelta. Mierda, me vio. Trató de irse a otro pasillo, pero no pudo lograrlo porque chocó con una mujer mayor.
– ¡Fíjese, señor! – le reclamó la mujer de cabello casi blanco. Sus compras habían caído al suelo y Jongho tragó.
– ¡L-lo siento! – Jongho dijo frenéticamente, arrodillándose para recoger las cosas.
– Tenías que ser uno de esos hombres nacidos después de la guerra, que no tienen idea de absolutamente nada. – dijo ella en voz alta mientras Jongho continuaba– recogiendo sus cosas, pero fue cuando escuchó a alguien aclararse la garganta.
– Me disculpo por los modales de mi amigo, señora – dijo una voz profunda. Jongho levantó la mirada y vio a Yunho, vistiendo un largo abrigo como siempre. – Sus palabras me parecen terriblemente reales. Nosotros los hombres jóvenes, simplemente no sabemos lo que está bien. – Yunho dijo lentamente y Jongho lo vio tomar la mano de aquella mujer, notando como abría de más los ojos y se coloreaban sus mejillas. – Pero, ¿Qué hace una mujer tan joven y hermosa como usted en un lugar tan horrendo como este? – Yunho preguntó con voz soñolienta, mientras Jongho solo miraba aún en el suelo, un poco confundido.
– ¿J-joven? – dijo la mujer y Yunho se río de forma bastante atractiva – Por supuesto, no parece tener más de 35. – susurró.
Jongho casi se ahogó. Esa mujer parecía rebasar los 50.
Aun así, la mujer se sonrojó furiosamente, riéndose con voz aguda – Oh, eres demasiado encantador, ¿Cierto? – dijo casi en un chillido y Yunho sonrió.
– Solo con usted, Madame. Un placer conocerla. – Yunho susurró, dejando un beso en el dorso de su mano.
– Uhm- señora, sus cosas – Jongho dijo, poniéndose de pie, sosteniendo su canasta de comida. La mujer ni siquiera miró a Jongho cuando tomó sus cosas, sin apartar su vista de Yunho.
– E-encantada de conocerte t-también, jovencito – balbuceó como una adolescente enamorada de un joven soltero, dándose la vuelta para alejarse.
– Es un poco mayor para ti, ¿No lo crees? – Jongho bromeó y Yunho lo miró, su sonrisa desvaneciéndose al instante.
– Hice eso para que no tuvieras que sufrir las consecuencias de tus acciones. Veo que me has estado evitando. – Yunho dijo y Jongho tragó duro.
– Eso es absurdo – Jongho masculló y Yunho se burló.
– ¿Y qué es eso que tienes en la mano? ¿Puré de tomate? ¿Acaso eres un niño? – Yunho preguntó y Jongho apartó la mirada.
– No tengo tanto dinero como tú, perdón por no gastarlo todo en un cuarto de vinos. – Jongho murmuró. – Además, es solo para la cena, no tengo tiempo de aplastar tomates – comenzó a decir y Yunho lo miró más de cerca, poniendo una mano en su cintura.
– Tienes bastante tiempo, Jongho. – Yunho dijo y los ojos de Jongho se abrieron más de lo normal. – Vas a cocinarme la cena esta noche.
– ¿En serio? No escuché que-
– No es una pregunta, es una orden. – dijo tomando a Jongho del brazo, llevándolo por los pasillos del supermercado.
– ¿Perdón? – Jongho respondió asombrado, apartando su brazo y deteniéndose a medio camino – No obedezco ordenes de nadie, muchas gra-"
– Oh, claro que lo harás – Yunho le dijo, mirándolo fijamente – Más aun cuando te has portado tan mal.
– ¿P-portado mal? – Jongho preguntó, sus manos haciéndose puños.
Yunho río disimuladamente, no muy divertido.
– ¿Ignorando mi invitación? ¿Mi carta? ¿Mis llamadas? Temí haberte asustado, de haber hecho algo malo. Yunho murmuró – Así que creo que lo mejor que puedes hacer es ir a hacerme la cena, Jongho. Escuché que sabes cocinar, eso es suficiente para mí. – Yunho dijo, tomándolo del brazo y llevándolo al pasillo de vegetales.
– P-pero- Jongho comenzó a decir, encontrándose a sí mismo en medio del pasillo, con una canasta en sus manos. Miró a Yunho tímidamente. – E-estás siendo muy brusco.
– Compra lo que necesites, ten 20 libras. Te veo en mi casa a las 7:35 p.m. Puntual.
Yunho dijo, prácticamente ahogando sus palabras en su oído. Jongho tragó. Le gustaría haber protestado, pero como siempre, no lo hizo. Una parte de él se sentía cosquillear por la forma en la que Yunho le había hablado, así que no pudo hacer otra cosa más que asentir. Lo miró salir de la tienda, con las manos en los bolsillos de su abrigo. Un suspiro salió de sus labios cuando Yunho se fue.
Jongho jamás entendería como es que lo hacía perder el aliento de ese modo.
Compró todo lo necesario para la receta que tenía en mente y unas cuantas cosas que el necesitaba porque, bueno, Yunho le había dado bastante dinero. Una vez que lo tuvo todo, se fue a casa. Apenas comenzaba a caer la tarde y Jongho ya quería que fueran las siete.
¿Ignorando mi invitación? ¿Mi carta?
Jongho no estaba seguro de haber escuchado bien, ¿Una carta? ¡¿Por qué Jongho no había visto ninguna carta?! Salió rápidamente de su casa a checar su buzón y casi se ahogó cuando vio una carta ahí dentro. La tomó, admirando el fino envoltorio y como estaba tan pulcramente estampada.
Jongho volvió adentro, ansioso de leerla. Se sentó en su sillón y abrió la carta lentamente, como si dentro de ella hubiera alguna especie de tesoro. La miró y casi sonrió cuando vio que estaba escrita a mano. La gente rica rara vez escribía a mano ahora, casi nadie lo hacía gracias a esas máquinas de escribir eléctricas que todos usaban. Pero no, Yunho había escrito esto a mano, con tinta, había plasmado ahí sus palabras en oraciones. Yunho hablaba tan hermoso, cada palabra hacía a los sentidos de Jongho ir hasta el límite, como si quisiera ser consumido por cada pensamiento y cada noción. Sus cartas deberían ser absolutamente magnificas.
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Somebody to love - 2ho / Yunjong
FanfictionEnamorarse de un hombre durante los años 50 nunca fue algo que Yunho o Jongho hubieran imaginado. Especialmente cuando ambos estaban casados con sus hermosas esposas. O, la historia de dos amantes que nunca fueron el uno para el otro, pero el destin...