CAPITULO 10-2

50 11 0
                                    


– ¿Dónde estabas? – Kazuha preguntó mientras Yunho entraba a su casa.

– Estaba con Jongho. ¿Sabes lo pequeño que es su apartamento? ¿Recuerdas cuando vivíamos en uno de esos? Dios, ahora se siente tan abismal – Le dijo, quitándose el abrigo y colgándolo en el perchero.

– ¿Por qué siempre estás con Jongho? – Preguntó Kazuha, vestida con una falda lápiz y un top marrón, con el pelo recogido mientras miraba a Yunho con una ceja levantada.

Yunho pasó junto a ella y encontró una botella de vino en la mesa junto con un vaso. 

– Es bastante simpático.

– Todos el mundo es simpático – Kazuha escupió. Yunho se rió entre dientes. – No conoces ni la mitad del mundo, cariño.

– Cállate, Yunho – dijo Kazuha, y Yunho la miró. 

– ¿Estás molesta conmigo otra vez? ¿Ahora por qué?

Kazuha caminó hacia él. – Si crees que no sé lo que pretendes al hacerte tan amigo de Jongho, entonces te equivocas.

Yunho se congeló. La miró por unos segundos y luego sonrió. 

– Estás delirando – Kazuha lo miró de cerca. 

– Crees que soy estúpida – sonrió. – Crees que no lo sé, Yunho. Lo sé, sé demasiado, lo sé-

– Silencio, cariño – susurró Yunho, envolviendo sus brazos alrededor de su cintura. – Estar tan enojada todo el tiempo puede causar ansiedad.

– Yunho – comenzó a decir, pero él se inclinó hacia adelante, respirando sobre sus labios rojos.

– Suenas tan segura y fuerte, Kazuha. Sé que no te gusta cuando me burlo de ti – susurró Yunho.

Kazuha lo miró. Había sido su esposa por más de 8 años, y aun así Yunho seguía siendo tan atractivo como cuando se conocieron. Kazuha presionó sus labios juntos. Yunho le devolvió el beso ligeramente, y antes de que pudiera apartarse, Kazuha lo besó con más fuerza. Yunho se rió entre dientes sobre su boca, alejándose de ella. 

– Sabes que no me gusta cuando te comportas tan pegajosa, amor.

– No me hables así. No soy una de tus putas a las que les metes la polla – le dijo en voz baja, reafirmando su dominancia.

Yunho se rio entre dientes. 

– Por supuesto que no – susurró, bajando sus brazos para cargarla. Ella lo besó con firmeza mientras él la llevaba escaleras arriba.

Continuaron besándose cuando entraron en la habitación. Yunho dejó a Kazuha en la cama y se subió encima de ella, besando su cuello. En el momento en que lo hizo, Kazuha les dio la vuelta y se sentó a horcajadas sobre él. Yunho permaneció callado y observó a Kazuha apretar sus dedos en su cabello rubio, levantando su cabeza. 

– ¿Crees que eres inteligente, verdad? Follando todas esas zorras a mis espaldas-

– No creo que a tu tía le guste que le digas zorra – susurró Yunho y luego sintió un tirón en su cabello.

– Te detesto, – susurró Kazuha, ahuecando sus mejillas y comenzando a besarlo firmemente de nuevo. – ¿Quién fue la última persona en esta cama antes que yo?

– Nadie – dijo Yunho y fue empujado hacia abajo, Kazuha encima de él, frotándose suavemente contra su pene.

– No me mientas, vi el condón.

– Kazuha... – dijo mordiéndose el labio inferior mientras sentía sus afiladas uñas clavarse en su cuello y estiró la cabeza hacia atrás. Yunho se rió entre dientes, mirando hacia arriba con sus ojos oscurecidos. – Te dije que no me gusta esto.

– Y yo te dije que no me importa – Yunho le dio una mirada penetrante y ella sonrió. – Sabes que no tienes opinión aquí, cariño.

– Cállate – Yunho gruñó, y comenzaron a besarse de nuevo.

Minutos más tarde, Kazuha montó su pene y Yunho gruñó, rodando sus caderas y se vino dentro de ella. Ella se alejó y caminó hacia el baño. Yunho vio el semen resbalando por su pierna y respiró hondo, cubriéndose con las sábanas.3 – Que estás-

– Me aseguro de no quedar embarazada – espetó Kazuha, y Yunho inhaló bruscamente, cerrando los ojos. Más tarde, cuando estaba casi dormido, sintió cosquillas en el hombro. – Si lo que creo que está sucediendo realmente está sucediendo, Yunho – Kazuha le susurró al oído. – No lo tomaré a la ligera en absoluto. Conoce tus límites.

Yunho guardó silencio, con los ojos abiertos. Kazuha se metió a la cama, ambos recostados mirando hacia lados diferentes.


.

.

.

Jongho vio a Sana entrar en su departamento. 

– ¡No te preocupes por la cena esta noche, cariño! ¡Kazuha nos invitó a cenar!

– ¿En serio? – Jongho preguntó, y Sana tarareó.

– Bueno, en realidad solo me invitó a mí, pero estoy segura de que tú también puedes venir – . Sana sonrió y Jongho gruñó.

– Creo que es mejor que no vaya – dijo Jongho, y Sana sacudió la cabeza.

– ¡No! ¡Debes venir! Yunho estará allí. Kazuha me dijo que ustedes dos se han vuelto realmente cercanos últimamente – Sana dijo emocionada, y Jongho se congeló.

– Supongo que está bien. – le dijo suavemente.

Jongho se vistió con una bonita camisa amarilla y un par de pantalones. Sana fue al baño a cambiarse. Mientras lo hacía, Jongho miró el tocador. Caminó hacia él con cuidado. Vacilante, tomó un lápiz labial, uno rosado. La puerta del baño estaba cerrada. Sana no lo vería. Deslizó la punta del lápiz labial rosa contra su dedo y luego se puso un poco en los labios. Lo extendió uniformemente, viendo como sus labios parecían más gruesos y brillantes. Sonrió.

Sana salió vestida con un vestido rosa. Vio a Jongho y le dirigió una cálida mirada. Ambos tomaron sus abrigos y se dirigieron hacia la mansión. Caminaron quince minutos más o menos y finalmente llegaron. Sana se adelantó y llamó a la puerta alegremente. La puerta se abrió y Jongho se congeló cuando vio a Yunho.

– Ah, Sana – sonrió Yunho, y Sana pareció un poco sorprendida, pues esperaba ver a Kazuha. Sana sonrió. – ¡O-oh! ¡Hola! Buenas noches.

– Buenas noches. Oh te ves tan encantadora – Yunho dijo, y Sana le dio una sonrisa suave.

Sana entró en su casa y Jongho la siguió. Vio a Yunho allí sosteniendo un vaso de whisky y solo miró hacia otro lado.

– ¿Qué demonios es eso que traes en las piernas? – Yunho preguntó burlón.

Jongho miró hacia abajo, sonrojándose ligeramente. – ¡S-se llaman jeans! – dijo tartamudeando, y Yunho levantó la ceja. – ¿Por qué? Son la última moda. Todos los usan últimamente.

– Hm – dijo Yunho, y Jongho entró detrás de él. Ambos vieron a Kazuha y Sana abrazándose, y Kazuha miró a Jongho fijamente, dejándolo confundido.

– ¿Sabías que Sana irá a la escuela de enfermería? – dijo Kazuha, y Sana se sonrojó ligeramente. Yunho se rió entre dientes.

– Por supuesto que sí – dijo Yunho, caminando hacia Sana. – Sabes, siempre he pensado que es admirable lo que hacen las enfermeras. Trabajan muy duro y son tan pacientes. Estoy seguro de que serás asombrosa – Yunho dijo suavemente, dándole una sonrisa.

Sana se sonrojó furiosamente y se rió un poco. 

– ¡Q-por qué- gracias! – chilló.

Kazuha los miró a los dos y sonrió. – Bueno, la cena está lista. Estoy hambrienta – dijo Kazuha, y Jongho asintió. 

Somebody to love - 2ho / YunjongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora