Yunho se mantuvo de pie allí. El silencio reinaba dentro de la casa en Londres. Las cortinas granate cubrían las ventanas, protegiendo el exterior de los corazones rotos que se filtraban al suelo como vino. Yunho miró hacia arriba muy lentamente, la marca roja de una mano en su mejilla.
Kazuha estaba de pie junto a la entrada de la sala de estar, con los ojos oscurecidos más allá de lo creíble, los latidos de su corazón se escuchaban a kilómetros. Se acercó a Yunho con los puños apretados.
– Un hombre, ¿has estado haciendo éstas cosas con un hombre? – Kazuha dijo, suave, hirviendo de rabia. Yunho se quedó callado. Kazuha tomó su bolso y se lo tiró encima, el estuche de cuero duro golpeándolo en el pecho. Yunho dio un paso atrás. – ¡Un hombre! – Kazuha gritó. – ¿Qué pasa contigo? ¿Qué tan jodidamente bajo tienes que caer?
El silencio de Yunho emergía como una señal de su actitud indiferente, al menos para Kazuha. Entonces ella sonrió, perversa. – Todo esto es una broma para ti, ¿no es así? No, ¿por qué? ¿Por qué te importaría? ¡Justo cuando tu esposa está preocupada porque su madre está enferma! – Kazuha gritó, temblando de rabia. – Dime. ¿Lo metiste a nuestro dormitorio, a nuestra... nuestra casa antes?
– Sí – dijo Yunho en voz baja, mirando hacia abajo.
Kazuha se quedó quieta ante la repentina respuesta. Tragó saliva.
– ¿Cómo- c-cuántas veces-
– Desde hace un mes o más – respondió Yunho, jugando con su anillo de bodas. – En nuestra cama también – dijo, finalmente mirándola. Él sonrió, gradualmente. – Me lo cogí todos los días mientras no estabas, Kazuha.
– ¿Qué- comenzó a decir ella, con los ojos muy abiertos. – ¿Qué sucede contigo? – dijo, con voz temblorosa.
Yunho aún estaba sonriendo. – Suenas preocupada.
– Estás loco. Eso es... eso es lo que eres. Nuestro acuerdo fue decirnos cuando hiciéramos algo con otra persona –. Kazuha espetó. – Y- y se supone que no debes hacerlo con hombres-
– ¿Por qué no? – Preguntó Yunho, apoyándose en la mesa del bar.
– ¡Porque- porque está mal, Yunho! ¡Por eso! – Kazuha lloró. Yunho se rió entre dientes, mirando a otro lado.
– Supongo que no sabía eso – dijo él, mirando a su alrededor sin hacer nada. Sin pensar.
Kazuha no pudo soportarlo. Se acercó a él y lo abofeteó una vez más, con fuerza. Yunho se llevó las manos a la mejilla, clavándose las uñas y mirando hacia abajo.
– Deja de comportarte como-como si esto no importara. ¡E-es importante! No lo tienes permitido– Comenzó a decir Kazuha con brusquedad, pero Yunho la agarró de la muñeca con una mano firme antes de que pudiera hacer algo de nuevo. Yunho la miró con los ojos llenos de ira.
– ¿No lo tengo permitido? – Yunho gruñó en voz baja. – Mientras tú follas y follas y follas a cada hombre que se acerca a ti, ¿hm? ¿No lo tengo permitido? – Preguntó.
Kazuha lo miró con los ojos muy abiertos.
– ¿Por qué volviste, Kazuha? ¿Por qué? – Yunho preguntó con rigidez. Kazuha lo miró. Hizo una pausa por un segundo pero habló rápidamente.
– Mi madre empeoró. Yo-vine a hablar con- con el director de la escuela para decirle que estaré fuera más tiempo. Vine a traer más cosas para llevarme, y – comenzó a decir, mirando hacia abajo. – Solo quería ver si estabas bien antes de regresar.
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Somebody to love - 2ho / Yunjong
FanfictionEnamorarse de un hombre durante los años 50 nunca fue algo que Yunho o Jongho hubieran imaginado. Especialmente cuando ambos estaban casados con sus hermosas esposas. O, la historia de dos amantes que nunca fueron el uno para el otro, pero el destin...