CAPITULO 5-3

51 11 4
                                    

Jongho estaba congelado, sus ojos muy abiertos, sus labios articulando palabras que no podía pronunciar, sus ojos casi húmedos si parpadeara una vez más. La proximidad de Yunho le daba pánico a cada rincón de su cuerpo, y antes de que pudiera hacer algo, Yunho dio un paso hacia atrás, soltando una carcajada.

– Y eso – el rubio dijo, regresando a sentarse en su silla – Es por lo que soy tan buen abogado.

Jongho se rompió, dejando salir un respiro. – ¿Q-que?

– Me acabo de inventar todo eso, Jongho, no tengo idea de lo que dije, solo estaba siendo un abogado – le dijo, tomando un cigarrillo, encendiéndolo y llevándolo a sus labios.

– T-tú – Jongho balbuceó – ¿No decías todo eso en serio? Tu s-solo-

– Estaba haciendo mi trabajo, Jongho. Bastante esplendido, debo admitir. Si tuviera a alguien como tú siempre en la corte, ganaría todos los casos. – Yunho dijo exhalando el humo. 

– N-no lo entiendo. ¿M-me besaste o-? – Jongho dijo y Yunho solo se rió.

– ¿Y que si lo hice? ¿Qué vas a hacer al respecto, hmm? – Yunho preguntó mirándolo con un gesto divertido.

– Y-yo solo... voy a molestarme contigo. Le respondió tímidamente y Yunho sonrió.

– Aww... – Yunho dijo y Jongho se sonrojó. – Te vas a molestar conmigo, ¿Verdad? ¡¡No puedo permitir que eso pase, no, no, no!! El mundo se va a acabar antes de que Choi Jongho se moleste conmigo.

Jongho miró hacia otro lado, con sus labios fruncidos en un pequeño puchero. – D-deja de hablarme así... no me gusta para nada.

– ¿Por qué no te gusta?

– Hace que... mi estómago se sienta raro. – Jongho dijo, sonrojándose mientras miraba a Yunho, quien solo reía casi cariñoso. Jongho chasqueó la lengua, alejándose un paso – M-me estoy avergonzando a mí mismo, ¿Verdad? D-debes pensar lo peor de mí, soy tan estúpido, nada más que un estúpido. Debería irme.

– Jongho.. – Yunho empezó a decir pero el chico abrió la puerta y salió, sintiéndose tan avergonzado por sus acciones y sus palabras. ¿Por qué había actuado de esa forma? Lo odiaba tanto. Odiaba como Yunho lo hacía sonrojar y tartamudear solo con unas cuantas palabras.

Regresó a su trabajo y trató de hacer todo lo posible por pensar en cualquier cosa que no fuera Yunho. Cualquier cosa, pero no pudo. Volvió a casa después del trabajo con su mente llena de pensamientos solo sobre aquel hombre.

No podía caminar, no podía trabajar, no podía hacer ni siquiera las cosas más simples sin pensar en los ojos de Yunho, su cabello, su rostro, su boca, sus palabras, su voz. Cada pensamiento hacía a su estómago cosquillear, cada vez que su imagen aparecía en su mente tenía que sentarse porque eso simplemente lo abrumaba. Sentía que le faltaba el aire y le sudaban las manos, su interior se sentía entumecido. Sentía una inmensa necesidad de algo, algo de lo que no estaba seguro que era.

Hasta que lo supo.

Jongho, a las 9:47 p.m. se encontró a si mismo en nada más que un suéter y pantalones ligeros, caminando hacia la casa de Yunho. Después de aproximadamente 8 minutos de camino, estuvo al fin enfrente de su gran casa.

Tocó la puerta.

Cuando se abrió, Yunho estuvo ahí, aún en su ropa de trabajo, pero sin corbata, su cabello algo desordenado. Se miraba tan malditamente guapo que Jongho casi sentía su estómago revolverse.

– Oh, Jongho – Yunho exclamó sonriendo – Tercer encuentro el día de hoy, que emocionante.

Jongho tragó, mirándolo. Inseguro, tan inseguro, pues no debería. El realmente no debería.

– ¿Puedo ayudarte en algo? – Yunho preguntó a falta de respuesta y la boca de Jongho se secó. No lo hagas, no, no... pero debía hacerlo. Tenía que hacerlo para satisfacer esas necesidades que su mente tanto le exigía.

– Podrías...  – Jongho dijo con voz débil y pequeña, más aguda de lo normal – ¿Podrías b-besarme otra vez?

Yunho se detuvo junto a la puerta, y Jongho tragó. Se veía tan frágil, estaba temblando. Hacía mucho frio afuera y vestía solo un suéter muy delgado. – Jongho, creo que deberías venir adentro

– Tienes razón, debería irme. Ah, ¿Qué estoy haciendo viniendo a tu casa así? Son casi las diez, hace frio y- y debes estar cansado. Lo siento, lo siento, lo siento. ¿Qué acabo de decir? Es tan tonto, me disculpo por hacerte perder tu tiempo-

Pero antes de que pudiera seguir divagando, Yunho lo tomó de la cintura y lo adentró a la casa. Cerró la puerta y presionó a Jongho contra la misma, imponiéndose sobre él.

– Dime que es lo que quieres que haga, y dilo despacio y seguro. – Yunho dijo y Jongho se mordió el labio.

– Y-yo... – Jongho comenzó y Yunho sacudió la cabeza.

– No, Jongho- – Le respondió con voz suave, sus manos tomando la cintura ajena.

– No balbucees, necesito saber que estás seguro de lo que quieres.

Jongho tragó. – N-no sé qué es lo que quiero-

– Yo creo que si sabes – Yunho dijo, las manos de Jongho yendo a tomar su camisa, mirándolo fijo.

– ¿Cómo? ¿Cómo lo sabes? ¿Cómo es que lo sabes todo? – Jongho preguntó con sus dientes castañeando ligeramente, más por los nervios que por el frio.

– No lo hago, Jongho. Nadie lo sabe todo. – Le dijo mirando fijamente sus ojos color miel oscura, sus alientos mezclándose – Solo no tengo miedo de lo que yo quiero.

Somebody to love - 2ho / YunjongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora