💄 Capítulo 36 💄

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Leana

Desde pequeña crei que jamás conocería la felicidad, el abandono de mi padre había golpeado tanto a mi madre que con el tiempo desarrollo una enfermedad y a mi corta edad me vi en la necesidad de buscar trabajo, Dios me puso un angel o más bien una segunda madre como lo es Mary, siempre estaré agradecida por todo lo que a hecho.

Hoy en día Mamá y yo hemos visto y estamos viviendo lo que todos llaman felicidad, Kyle llegó en el momento justo y aunque hemos enfrentado muchas cosas, estoy segura que juntos seguiremos batallando contra lo que venga.

— Luana, no — reprendo a mi hija, al ver  que intenta coger las cosas del escritorio de su padre.

Mi pequeña niña que a su corta edad ya a desarrollado un carácter imponente mezclado con ternura.

Baja del sillón y sale corriendo, llenando mis oídos de su contagiosa risa, cuando intentó coger la ya a salido como flash.

— Pequeña traviesa — digo para mi.

Salgo en busca de mi hija.

Y cuando llegó a la Sala me consigo a mi esposo cargando a Luana, y mi pequeña observa con curiosidad algo.

Me acerco, y la presencia de Keller hace que mi cuerpo se tense, pero mis ojos se dirigen al niño que está sentado mientras se distrae con un carrito y ahora puedo ver que tanto ve mi hija .

— Leana— dice Keller a modo de saludo.

— Hola — saludo seca, me acerco a mi esposo y le doy un beso.

— Leana necesitamos hablar — dice Kyle.

Asiento.

— Leana te presentó a mi hijo Kilian — habla Keller señalando a al pequeño.

Me acerco y cuando el niño nota mi presencia deja de hacer lo que está haciendo y una mirada grisácea choca conmigo.

Sonrió aún conmocionada.

— ¿Tu hijo? — indago y Keller asiente.

El niño me sonrie.

— Hola me llamo Leana — me presento.

— Kilian — dice el pequeño extendiendo su mano el cual aceptó.

Mis ojos van hacia su padre y mi esposo.  Esperando una explicación.

— Es una historia muy larga — añade ni esposo.

— No quiero imaginar — fulmino con la mirada a Keller.

Se lo que me van a decir, Kilian es producto de un descuido del idiota de Keller.

— El no tiene culpa de nada Keller así que por eso que de ahora en adelante tú y el vivirá  en el townhouse de mi residencia y espero y aspiro que tomes responsabilidad sobre esto — dice firme mi esposo.

— Eso haré hermano — asegura el tarado de mi cuñado.

Mi hija se acerca a Kilian y el niño la observa fascinado como si nunca hubiera visto algo igual, ambos se disponen a jugar .

Keller ríe ante los refunfuños de mi hija el cual la mira adoración.

Aunque mi hija lo repela ese su tito favorito.

— Tito no — chilla mi pequeña cuando Keller tirar las peloticas tumbando la torre que hicieron ella y Kilian.

— Papá — se queja el pequeño y Keller lo mira con amor puro.

Al menos mi hija tendrá un compañero con que jugar.

— Sabes que estaba pensando .

— No — lo corto ante que termine.

Mi esposo hace puchero.

— Solo uno más — pide como un niño chiquito.

Desde que Luana cumplió tres años, Kyle quiere otro bebé pero me niego a pasar por eso de nuevo.

— Por favor — pide con carita de cachorro.

— No —  digo duro.

Su rostro se torna triste y algo en mi pecho se comprime.

Tomo aire.

— Con una condición — digo.

El asiente ilusionado.

— No más nombre con K — añado.

El ríe y llega hasta mi dándome un besos corto.

— ¿Que nombre le pondremos entonces? — pregunta.

— Daimon —

— Me gusta — susurra cuando me coje por sorpresa.

Chillo ante su manera cargarme.

— Entonces comencemos desde ya — dice dejándome sobre la cama y devorando mis labios.

Y lo demas es historia.

Un año después Daimon llegó a nuestras vidas.

Y junto a mi familia fue que conocí la felicidad.

Fin.

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