One-shots Inazuma Eleven +18

Paolo Bianchi (La luna como testigo)

Hola, soy un poco desastre y actualizo cuando puedo, pero aquí tenemos un nuevo pedido, espero que os guste, besos 💖.

Advertencia: Contenido explicito.

Protagonista: Ali Ricci, cantante profesional y gerente del Inazuma Japón. Criada en el pueblo de San Gimignano, en plena toscana Italiana; aunque a la edad de 9 años se mudó a Japón. En un primer momento fue un poco difícil pero descubrió dos cosas que le apasionarían de por vida: la música y el futbol. La música era su forma de expresarse por completo, su madre se encargo de guiarla para que pudiera triunfar en su carrera musical, Talent Show que veía la apuntaba y la niña lo ganaba, con apenas 12 años ya se hacia conocer internacionalmente. Ella era feliz a pesar de nunca haber podido hacer lo otro que le apasionaba, pero un día cuando un chico intentaba resurgir el equipo del Instituto, sintió que era una señal del destino y le dijo que si. En casa fueron peleas pero lo logro, su madre la dejo jugar; nadie se esperaría las aventuras que pasarían. Ahora en el presente están en la Isla de futbol, ¿qué hace ahí? Pues ayudar al equipo nacional, pero no solo será gerente también la han llamado para cantar en representación a Japón.

Pov Ali:

Acabamos de aterrizar apenas unas horas en la Isla de Liocott, mañana por la noche se celebra la inauguración donde voy a cantar en representación a Japón. Ahora mismo estoy preparando algunas cosas para el entrenamiento de mañana, son las 19 de la noche, la gente esta empezando a prepararse para cenar.

Estoy cotilleando como Silvia, que parece una madre, esta regañando a Mark que se nos había perdido. Silvia le trae la roñosa cuerda del parque, esta para la basura la verdad, como no, quiere ir a buscar una rueda, este chico.

-Que te he dicho que... -Mark se lleva por delante a Silvia. -Que bruto que es.

Me acerco a levantarla.

-Voy con el, para las 20 lo tengo aquí. -Echo a correr detrás. -Mark espera, que voy contigo.

Se frena en la esquina de la calle para esperarme y tomar camino a la ciudad para buscar la rueda.

-¿Pero como quieres la rueda? ¿Cómo la que tienes en el parque? -Le pregunto.

-Claro, una que sea pesada, grande y gruesa. -No si tonto no es. -Como esa. -Señala a una furgoneta. -Alto paren esa rueda. 

Echa a correr otra vez sin esperarme, este niño, voy detrás intentando alcanzarlo; lo consigo cuando choca con alguien.

-Mark. -Llego hasta ellos. -¿Es que estas loco? Te pueden atropellar si cruzas sin mirar. -Siento la mirada del chico en mi, todavía no le he mirado la cara.

-Pero si eres... -Mark intenta hablar con el chico que al mirarle la cara se me hace muy familiar.

De la nada ambos echan a correr tras el vehículo, parece ser que se le ha colado un balon. Si ya no podía alcanzar a Mark anda que su nuevo amigo; este chico lo conozco y ya se quien es. Vuelvo a llegar a Mark cuando se frena para ver al castaño meterse en un callejón.

-Mira ha salido arriba. -Le señalo a la furgoneta que esta parada en la cima de la empinada calle. -El balon. -Tomo la pelota que llega rodando.

-Cuidado. -Esa voz.

-Ali. -Mark me esconde tras el. -Mano Celestial. -Frena la rueda, el chico baja corriendo mientras que mi amigo se da la vuelta. -¿Estas bien?

-Si, si, dios, me había visto aplastada como en los dibujos. -Mark me quita el balon.

-Toma siento lo que ha pasado. -Se lo da a el jugador italiano. -Que pasada, mira que has sido rápido, no hemos sido capaz de seguirte.

-Y tu tienes una fuerza impresionante. -Miro sus ojos azules como lapislázulis, el todavía no me ha vuelto a mirar.