dos. curiosidad

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Alejo salió del aula y fue a despedirse de la dueña y secretaria de la Academia, Stella. Ella apenas lo vio le dio una sonrisa amable que la caracterizaba, pero él estaba seguro que estaba ocultándole algo por la forma en que sus ojos le miraban.

"¿Qué sucede?" preguntó Alejo con cautela.

"Perdona que tuviste que tener la clase solo" Se disculpa la mujer. "La profe que te tiene que supervisar sufrió un accidente viniendo para aquí, va a estar bastante tiempo fuera de las aulas por lo que me comentó"

Esa noticia alertó a Alejo, primero la preocupación por el estado de la profesora, más si va a estar ausente por mucho tiempo, y segundo por lo que va a hacer con las prácticas que debe cumplir para recibirse, alguien debe supervisarlo para darle la nota.

"Además" Siguió hablando la señora soltando un suspiró que lo puso todavía más ansioso. "La verdad es que no tuvimos más inscriptos en las clases de Malambo de esta edad de jóvenes"

Ah, era peor encima su caso.

"¿Entonces van a cancelar la clase o cómo?"

"No, vos sabes lo que te queremos aquí y yo no podría cancelarla más sabiendo de tu situación y que ahora es imposible reubicarte porque las demás clases ya están tomadas por otros estudiantes" Le explicó rápidamente. "Sé que esto va un poco fuera de las reglas, pero hasta que Romi esté recuperada, vos podrías hacerte cargo, total es un solo chico y, en todo caso, tu calificación será puesta por la presentación en el festival del nueve de Julio"

Alejo asintió porque era todo lo que en su abrumada mente podía hacer.

"Está bien"

"Yo sé que lo vas a lograr" Le animó la mujer antes de atender a las chicas que se habían acercado a su escritorio.

***

Mati llegó ese jueves minutos antes a la Academia, no sólo ya debía abonar ese mes de clases, sino que debía comunicarle a la secretaría su decisión con respecto a si seguiría en las clases de Malambo o no. En ese sentido no había podido aprovechar en pasar tiempo con Cele, ella iría más tarde por lo que le comentó al momento en que le comunicó que se adelantaría a ir al local. Lo que le relajaba era que al menos la acompañaría hasta su casa cuando terminen sus clases.

¿Por qué iría más temprano? Pues bien, la verdad es que luego de considerarlo y de que su amiga haya estado encantada con la idea de verlo bailar Malambo, a tal punto que empezó a soñar despierta con verlo llegar lejos en alguna presentación y no sabe qué otras cosas, le hicieron pensar que no era tan mala idea seguir en esa clase.

Ingresó al edificio y fue recibido por la mujer de cabello canoso que lo miró alegre.

"¿Y? ¿Vas a seguir en Malambo?" La sonrisa de la mujer por alguna razón le generó cierto escalofrío, pero no lo pensó mucho y lo dejó pasar.

"Así es" Asintió Matías. "Tuvo razón en que debería darle una oportunidad"

Cuando terminaron de arreglar los últimos detalles de su inscripción procedió a ir al salón de clase, mentalizándose que debería hacer su mejor esfuerzo para demostrarle a su amiga que era un partidazo de pareja, que esté orgullosa de él y su forma de bailar.

Al llegar a su salón se encontró con su profesor concentrado en su celular y el parlante.

"Buenas" Saludó dejando su mochila en uno de los costados y sacando su botella con agua para tenerla a mano cuando le dé sed.

"Al final te quedás acá" Acotó Alejo girándose a verlo sintiendo alivio en su pecho, al menos no se cancelaría esa clase.

"Sí..." Entonces una idea loca se atravesó en la cabeza de Mati. "Mira quiero pedirte un favor"

zapateos y otros sentimientos [souliz]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora