once. marcando señales e intenciones

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Matías se sentó en la mesa junto a Cele y otro par de compañeras, estaban por almorzar en la cantina de su facultad para luego pasar a otra clase en una media hora. Las chicas estaban cuchicheando acerca de algo que no pudo comprender bien qué, porque se callaron apenas se acercó a ellas.

"Mati" Le llamó una bastante sonriente, mientras las otras dos muchachas intentaban contener las suyas. "¿Es cierto que ahora haces Malambo?"

"Así es" Contestó el de tatuajes dubitativo. "¿Por qué?"

"Cele nos mostró el Insta de tu profe" Deschavó una teñida de rojo chillón, haciendo que la amiga de Mati se sonroje. "Bastante lindo, eh"

"¿No sabrás de otro profe así de facha?" Bromeó otra.

"¿Cómo?" Preguntó Matías un poco descolocado.

"Dale, estamos en confianza" Dijo la pelirroja. "No se lo podemos mirar mucho porque Cele se pondrá celosa, así que quizás amigos tiene"

"Este chico Agustín" mencionó Cele de repente. "Estuvo yéndose con su profe, de seguro son amigos"

"¿Y yo cómo podría saber eso?" Replicó Matías frunciendo el ceño.

"Dale, vos te la pasas charlando con él y te invita a hacer cosas, son algo cercanos" Explicó su amiga. 

En parte tenía razón, su salida ayudando a Valentín en el teatro, ya los había visto charlando las veces que el moreno los acompañaba a la parada de colectivo. Aún así, no quería contestar, tampoco quería exponer lo que sea que tenían. Y la verdad también era que no sabía mucho de Agustín más que su nombre y el par de anécdotas que les contó. 

"Pero yo no sé más que vos" Cortó la conversación para seguir comiendo su almuerzo en silencio, las demás chicas siguieron cuchicheando del tema.

"¿Y cuándo tenes las clases?" Siguieron preguntando, Matías siguió masticando y no contestó.

"Va los mismos días que yo, martes y jueves" respondió Cele por él.

"Ah, entonces podemos ir a verte" Comentó otra emocionada y de ahí las tres chicas comenzaron a planificar más en ir ese mismo día ya que tenían libre, sin nada más que hacer.

***

Alejo llegó a la Academia veinte minutos antes del comienzo de la clase como todas las semanas, esta vez Agustín no se sumó a él tan temprano debido a que iba a hacer todo un evento para conseguir el perdón de su amigo colorado, por lo que se encontraba solo en el salón.

Estaba por sacar el parlante del cuartito del salón cuando sintió una presencia detrás suyo, al darse vuelta se encontró con Matías sonriéndole, formando arruguitas en los costados de sus ojos. Este sin demorar le abrazó, rodeando su cintura con sus brazos tatuados, expuestos por la camiseta holgada que llevaba puesta.

“Hola, lindo” le saludó el santafesino correspondiendo el gesto de cariño. “Llegaste temprano”

“Así es, quise que estemos más rato juntos” Confesó Matias apoyando su cabeza sobre el pecho de Alejo, quien enternecido por la imagen del chico juntó sus labios para darle un beso cortito.

"Me gustas mucho" le dice Alejo volviendo a besarlo, esta vez Matías no permitió que sea tan fugaz como el anterior, sino que profundizó el beso abriendo su boca para tener dominancia y lentamente llevándolo hasta chocar contra una de las paredes. Cuando el más alto sintió la superficie contra su espalda colocó sus brazos en los hombros de Matias para que baje un toque la intensidad. Era nueva esa imagen del chico, quien le puso un pucherito en señal de fastidio.

zapateos y otros sentimientos [souliz]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora