ATENCIÓN: descripción de un ataque de ansiedad, si son sensibles leer bajo su propia responsabilidad.
Matías se levantó lo más rápido que pudo y tomó el celular de las manos de Alejo que no dejaba de verlo con preocupación en sus grandes ojos ligeramente rasgados, para leer lo que aparecía en la barra de notificaciones y su rostro palideció, como si hubiera visto un fantasma. "¿Qué leíste?"
"Vi por arriba nomás" explicó con cautela el más alto. "¿Querés contarme qué está pasando?"
"No tenías que leerlos" Dice en cambio Mati con claro nerviosismo en su voz por más que haya intentado ocultarlo, alejándose inconscientemente del chico que se intenta acercar a él. "N-no hace falta que sepas, está bien"
"No te ves bien, no son simples mensajes" Alejo intenta tomar la mano del pelinegro, pero este la quita como si el toque quemara. "Me estas preocupando, Mati"
"Te juro que..." Leyó más de uno de los mensajes que abrió y sintió una fuerte opresión en su pecho, dolía mucho, sin darse cuenta ya estaba hiperventilando, estaba tomando aire por la boca y su pecho subía y bajaba con rapidez.
¿Cómo mierda había conseguido su número? ¿Por qué debía aparecer justo en ese momento?
El celular cayó al suelo de la misma manera que Mati cayo de rodillas al suelo. Alejo no supo bien qué hacer frente a esta situación, de lo que estaba experimentando el de tatuajes, solo acortó distancia y le tomó con suavidad sus costados temblorosos para repetirle que respire por la nariz, que todo iba a estar bien, que no lo iba a dejar.
Sin embargo, la cabeza de Mati daba vueltas sin escucharle, pensando y pensando de cómo el hijo de puta que lo acosó años atrás volvió a aparecer, que consiguió su número y quién sabe qué otros datos más. Lo odiaba, pero más se odiaba a si mismo por estar reaccionando de esa manera, en que estaba siendo un desastre frente al chico que ha sido tan bueno con él todo ese tiempo. Que lo estaba asustando y seguramente lo iba a dejar por hacerle pasar ese momento de mierda.
Porque al final Sofía y Mateo tenía razón, se iba a quedar solo e iba ser solo su culpa, porque él era el único culpable y solo sabía alejar a las personas, solo hacía daño y molestaba; siempre habría razones para que no lo quieran.
Se iba a quedar tan solo, no merecía que lo quieran.
Simplemente estorbaba en la vida de los demás, se la complicaba a todos y tenían que soportarlo.
Y todo empeoraría, nada iba a salir bien.
Aire, necesitaba aire.
***
Lentamente abrió los ojos y la luz era tan fuerte que los tuvo que volver a cerrar hasta acostumbrarse al brillo. Ya no estaba en el salón de la Academia, estaba en el hospital.
Dio un vistazo alrededor y se encontró con sus padres parados en el marco de la puerta, su mamá estaba sentada en un pequeño sofá contra la pared y luego se encontraba Ale sentado junto a él, al lado de su camilla.
"¡Mati!" exclamó el santafesino saltando de su lugar tirándose a abrazarlo, a pesar del regaño de los adultos con que tuviera cuidado.
"¿Ale...?" logró murmurar en la confusión.
"tuviste una crisis de ansiedad" Explicó su madre acercándose a su camilla. "Te desmayaste"
Mati quiso desaparecer y una culpa le invadió, no quería ni imaginar todo el bardo que le causó a Alejo. Instintivamente llevo sus manos para cubrir su rostro por la vergüenza que sentía, interrumpió lo que andaban haciendo y estaban todos preocupados.
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zapateos y otros sentimientos [souliz]
Fiksi PenggemarMatías quiere conquistar a la chica que le gusta yendo a clases de folklore, por distraído entra a las de Malambo donde conoce a Alejo, un practicante que quiere graduarse lo más rápido posible ATENTIS - esto ficción - solo uso sus nombres, no estoy...