𝐬𝐭𝐚𝐫 ҂ hyunin

𓄴 17

Decir que estaban de los más tranquilos al amanecer sería una completa mentira. Apenas Hyunjin salió del edificio del menor se dirigió a su departamento y en todo el recorrido no dejaba de recordar el contacto que habían compartido, a pesar de tomar un baño e intentar hacer otras cosas para que ese recuerdo saliera de su mente, simplemente no podía.

Se acostó en su cama dispuesto a dormir pero al cerrar los ojos seguía encontrándose con el rostro de Jeongin cuando recién se habían besado, lo veía con los ojos cerrados y los labios entreabiertos, llámenlo exagerado, pero eso ocasionaba que rodara en su cama con una gran sonrisa en su rostro.

Era cierto que él había besado a muchísimas personas, pero el haber probado los labios del rubio ocasionó que algo le causara curiosidad, como si sus besos escondieran un secreto del que él era parte, como pudo trató de conciliar el sueño.

No era tan diferente para Jeongin, apenas lo besó muchos recuerdos se desencadenaron y también fue su corazón el que se exaltó, tras darle muchas vueltas al asunto y a pesar de ser consciente de que posiblemente al día siguiente Hyunjin seguiría comportándose de manera grosera con él o de que posiblemente le recordaría el "eres uno más del montón", por fin lo aceptaba.

Hyunjin le gustaba. Mucho. 

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El modelo no estaba muy seguro de lo que ahora se encontraba haciendo, pero apenas el reloj marcó las 9 de la mañana salió de su hogar, se levantó temprano para arreglarse más de lo normal, ideó un plan y preso de esos impulsos fue a parar a una florería. Si el Hyunjin del pasado lo estuviera viendo ahora seguramente se encontraría burlándose de él.

Su estancia ahí no fue muy tardada, originalmente pensó en pedirle a la chica que atendía que le ayudara a elegir algún ramo de flores bonito, pero prefirió ser parte del proceso, eligió el ramo de gerberas más bonito y grande, no escatimó en precio, simplemente seleccionó el que más le gustó y que posiblemente encajaría con la persona destinataria. 

Condujo a un tan conocido lugar para él, esa mañana no le importó que los reflectores lo siguieran, no trató ni de ocultar su identidad, el guardia de seguridad le regaló una muy extrañada mirada pues el alto lo saludó con una sonrisa, cosa que nunca hacía, siempre parecía que iba en contra de  su propia voluntad al edificio. 

Subió al elevador mientras arreglaba el cuello de su camisa y retocaba su cabello gracias al reflejo de un espejo, al salir, ocultó el gran ramo tras él, tomó un largo respiro y caminó hasta el departamento numero 18, sin embargo no esperó encontrarse con tan horrible imagen.

¿Qué hacía ese tipo abrazando a Jeongin?, mejor dicho, ¿por qué Jeongin dejaba que lo abrazaran de esa manera?, se quedó a unos metros observando como al separarse ese tipo despeinaba los cabellos rubios del más joven quien aún tenía su pijama y le dedicaba una encantadora sonrisa.

— Jeongin. 

Hyunjin creyó que no lo escucharían, pero sí lo hicieron; notó que el actor se puso algo nervioso ante la presencia de los dos chicos en un mismo espacio.

— Creo que me voy — dijo el pelinegro avanzando hacia atrás y tratando de que no vieran sus flores.

— No, yo me voy — se apuró el otro chico.

— Esperen ambos — se interpuso Jeongin.

Lo vieron tomar un respiro y acercarse a Hyunjin para saludarlo debidamente.

— Buenos días tontito. 

— ¿Así nada más me vas a saludar?

Jeongin se cohibió, pero eso no impidió que se acercara más para dejarle un beso en la mejilla izquierda, peligrosamente cerca de sus labios. Eso lo aprovechó para bien el modelo pues ladeó su rostro hasta rozar ligeramente sus labios con los del otro, tronándolos al separarse.