6. Cazar moscas

594 68 6
                                    

Advertencia: alcohol. Para los propósitos de la historia, todos son mayores de edad.

 Para los propósitos de la historia, todos son mayores de edad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los ojos de Mia se abrieron de golpe. Tomó una respiración profunda y la dejó salir, tomando nota de que era capaz de controlar el ritmo del flujo del aire. Lentamente, se sentó e inspeccionó sus alrededores; cortinas blancas abiertas que revelaban varias camas vacías, paredes iluminadas débilmente por velas y una respiración tranquila al final de la sala.

Miró hacia abajo para ver que llevaba una camisa de lino limpia, luego miró a su izquierda para ver un vaso de agua en la mesa a su lado. Estiró la mano para agarrarlo y lo bebió con avidez. Cuando bajó el vaso, oyó el suave clic de la puerta siendo abierta y pensó que podría ser la enfermera encargada que venía a hacer un chequeo rutinario nocturno a los pacientes. Se sorprendió al ver que era Levi, sosteniendo dos tazas de té en su mano, la única vez que creía haberlo visto usando las tazas desde los mangos.

Él se giró para encontrarse con su mirada sorprendida y sus propios ojos se ampliaron de forma imperceptible. Rápidamente recobró su compostura y fue a su lado. En ese momento ella notó el pequeño asiento que estaba a un lado de su cama. Se sentó sin decir nada y le entregó una taza de té, y ella se preguntó si el asiento ya había sido usado. Ya sea por alguien más o por el mismo Levi. Miró abajo a la taza de té con apreciación, inhalando lentamente el vapor que flotaba de la taza.

―Jengibre ―dijo ella―. Gracias, señor. ―Él bebió su propio té en respuesta.

―¿Cómo te sientes, niña? ―preguntó él.

―Cansada, pero mucho mejor. ¿Puede recordarme... qué ocurrió?

―Tuviste un ataque de pánico. ―«Ah, cómo pude haber olvidado eso», pensó ella.

―Lo lamento, espero que no haber sido demasiado problema.

―Tsk, idiota. No deberías disculparte por cosas que no puedes controlar.

―Solía ser un poco más... experta en hacerme cargo de uno, pero ha pasado un tiempo desde que he tenido un ataque de pánico. ―Levi bebió de su té, Mia sabía que él no sería quien husmease sobre su pasado―. Estaba en mi segundo año del entrenamiento cuando recibí la noticia de que mi familia había contraído la plaga. Todo el bloque estaba en cuarentena. No fui capaz de volver hasta que era tiempo de enterrarlos, e incluso entonces, fue mucho después de que habían muerto. Creo que... saber que al menos se tenían el uno al otro fue la única cosa que me hizo seguir adelante.

Silencio entre los dos. Mia saboreó el sabor del jengibre en su lengua, encontrando comodidad en el líquido caliente. Recordó que en su pasado, se sentaba y contaba cinco objetos en su campo visual, tres cosas que podía sentir y un pensamiento que la mantuviera con los pies en la tierra para superarlo.

Aunque la muerte de su familia le causó sufrimiento y tristeza, lo único rescatable fue que no tuvo que mirar a su familia morir en frente de ella. Sabía que era egoísta, pero en su mente, su familia había fallecido tranquilamente. Nada cambiaría la historia que estaba en su mente, y de nuevo, descubrió que era el único pensamiento que la ayudaba a superar sus ataques de pánico.

Grey [Levi Ackerman] TraducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora