38. M L [Final]

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El día había llegado

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El día había llegado.

La 56.ᵃ expedición comenzaría.

La sala del comedor estaba tranquila, con la expectación y la energía nerviosa fluyendo por la habitación. Estaba tensa, salvo por el ocasional sonido de un tenedor en un plato. Mia se sentó con su equipo esa mañana, por si acaso alguno de ellos tenía alguna pregunta de último minuto... ¿Preguntas? ¿Preocupaciones? ¿Dudas? No estaba segura, pero sabía que sea lo que sea, estaría allí para ellos. Observó cómo Hans y Jacob movían la comida en sus platos, Rosie parecía decidida a comer cada bocado, mientras que Devon y Miles prácticamente estaban embutiendo comida en sus bocas.

—¡Tenemos que comer! —susurró Devon—. ¡Necesitaremos cada onza de energía ahí afuera!

—No tengo tanta hambre... —dijo Jacob, casi poniéndose pálido mientras apartaba su plato suavemente.

—Jacob, deberías comer —dijo Miles, ligeramente silenciado por la comida—. Necesitarás la energía.

—No tiene que comer si no quiere —intervino Rosie.

—Creo que voy a ponerme enfermo... —dijo Jacob.

—Okey, todos, okey —dijo Mia—. Pueden comer si quieren, o no si no tienen hambre. Hablemos de esto: no lo endulzaré, no será nada como lo que han experimentado antes. Pero recuerden, todos han trabajado duro en el entrenamiento, en el aula, y sé que todos son soldados capaces.

Jacob le lanzó una sonrisa vacilante, y Devon y Miles la miraron con atención, el llevarse la comida a la boca se había ralentizado un poco. Miró a los rostros de su equipo, pero la atmósfera de aprensión no se había disipado completamente. Frunció ligeramente el ceño recordando sus propios sentimientos antes de la primera expedición... no podía culparlos, ella tampoco había tenido la mejor noche de sueño. Realmente, había sido Levi quien la ayudó a calmarse...

«Lo primero que debes hacer...»

—Lo primero que deben hacer es mirar a su alrededor —dijo con confianza, con una sonrisa—. Dentro de las murallas, pueden ver el cielo y las aves, pero lo sabrán, lo sentirán cuando obtengan esa vista despejada sin las murallas en el camino. Cuando sientan ese escalofrío por su espina dorsal y esa sensación de asombro, no hay nada igual. Dejen que eso les recuerde por qué hacemos lo que hacemos.

Cinco pares de ojos brillaban en su dirección, el color volvía a sus mejillas, el zumbido de la posibilidad infinita más allá de las murallas en primer plano de sus mentes. Jacob sonrió a su plato y dio un pequeño mordisco a su papa.

*·。· * · 。·*

Mia asintió a Rosie, el último miembro de su grupo cuyo equipo revisó, y recibió un saludo antes de dirigirse hacia donde estaba el resto del equipo. Mia la observó irse, llevó una mano a su cuello antes de recordar nuevamente que su colgante no estaba allí, y dejó caer su mano a su lado.

Grey [Levi Ackerman] TraducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora