22. Distraído

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¿Cómo demonios se suponía que continuase como si nada hubiese ocurrido, como si fuese "un día cualquiera"? Si bien el rostro de Levi no delataba ningún signo de dónde estaba su cerebro en ese momento, esta reunión era lo último en su mente

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¿Cómo demonios se suponía que continuase como si nada hubiese ocurrido, como si fuese "un día cualquiera"? Si bien el rostro de Levi no delataba ningún signo de dónde estaba su cerebro en ese momento, esta reunión era lo último en su mente. Trazaba las líneas de la mesa de madera con el dedo índice mientras permanecía sentado al lado de Hange en la oficina de Erwin. Pero el zumbido de la voz de Erwin quedó relegado cuando dejó que su mente divagara.

No podía recordar la última vez que se sintió tan relajado, en tanta paz, tan despreocupado. Permitió que el agua fría lo recorriera por un tiempo más antes de cerrar el agua y salir de la ducha. Se secó y se vistió con la ropa limpia de antes, luego salió del baño para ver a Mia, quien se había bañado antes que él, descansando perezosamente en su cama. Su cabello marrón se había rizado en las puntas ya que comenzaba a cercarse. Giró la cabeza en su dirección, y aunque estaba envuelta por los rayos dorados de la tarde que se filtraban por la ventana, su sonrisa fue mucho más brillante.

Fue un recuerdo importante, eso estaba claro.

Mientras Levi se sentaba en la orilla de la cama, Mia se apoyó en las manos y pasó las piernas sobre el borde para unírsele. La miró, tenía un sonrojo rosado en las mejillas y el labio entre los dientes, las esquinas de los labios elevadas. Mia se sentía tímida; a pesar de haber desnudado sus cuerpos frente al otro hace un rato, fuera del calor del momento era algo diferente.

Las esquinas de sus labios bajaron lentamente a medida que su mente comenzaba a perderse en ese camino desconocido de "lo que ocurría fuera del calor del momento". A Levi no le tomó mucho tiempo leer lo que pensaba como un libro abierto y también frunció el ceño, sabiendo que los pensamientos intrusivos estaban en su mente. Era como si ella no pudiera ver lo brillante que era, y en su lugar, su voz interna plantaba semillas de miedo y duda. Quería ayudarla a dejar de pensar... Aunque nunca había sido muy bueno con las emociones o exteriorizar sus sentimientos. Brindar consuelo o saber qué era correcto decir estaba muy lejos de su especialidad.

—El mejor sexo que he tenido, sabes —dijo.

«¡Jodido idiota, ¿elegiste que eso fuera lo primero en salir de tu boca?!», pensó con rabia.

No quería que ella se lo tomara de forma equivocada, como si fuese "solo sexo" entre ellos. Porque no lo era, estaba lejos de serlo. Que fuese con ella era lo que lo hacía mejor, porque la deseaba tanto que no podía evitarlo. Ya estaba hambriento por su toque y solo el de ella. Pero Levi no sabía muy bien como decirlo sin sonar como un payaso torpe.

Mia se asombró tanto por su franqueza que se quedó en silencio, con un sonrojo extendiéndose por su pecho y cuello para acompañar el color en sus mejillas. Levi estuvo por intentar averiguar una forma de tratar de tragarse sus palabras, cuando ella estalló en un ataque de risitas que se transformó en carcajadas. Allí estaba ella, tratando de acallar la voz en su cabeza que le decía que Levi se arrepentía de lo que hicieron, o que le diría que lo que ocurrió entre ellos fue un error. Pero al estilo de Levi, unas con unas pocas palabras groseras aniquiló esa voz por completo.

Grey [Levi Ackerman] TraducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora