11. En casa por las festividades

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Mia se despidió de Hannah, John y Karl mientras se subían a una carreta

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Mia se despidió de Hannah, John y Karl mientras se subían a una carreta. Se dirigían a sus casas para pasar las fiestas con sus familias. Imaginaba que la mayoría de los soldados de la Legión harían lo mismo y que el cuartel estaría mucho más silencioso por los siguientes días. Llevaba su libro metido debajo de su brazo, el que Levi le había conseguido para Navidad. Se dirigió al comedor vacío, en dirección a la cocina para prepararse una taza de té.

No debería haberse sorprendido al ver a Levi allí, preparando su propia taza. Notó que había cambiado su típico atuendo militar por uno más casual. Vestía una camisa de mangas largas gris, las que había remangado hasta los codos, exponiendo así un poco más de su cuello y escote de lo que estaba acostumbrada a ver. Sus ojos siguieron los contornos leves de las venas y músculos a lo largo de sus antebrazos, observando sus dedos delgados preparar su té.

No la saludó, pero en su lugar decidió abrir el armario sobre él y sacó otra taza. Sonrió ante la acción. El aroma familiar le golpeó la nariz.

—Espero que cumpla con tus expectativas —dijo mientras él le entregaba una taza.

—Tch —Levi se burló—. Si hay una cosa sobre la que no dudaría de ti, es tu gusto por el té.

—Esas son palabras muy amables, señor.

Se inclinaron contra el mostrador de la cocina y tomaron el primero sorbo del té que ella había hecho especialmente para él. Mia suspiró con apreciación, hacia resultado exactamente como esperaba. Era intenso por las hojas de té negro, pero tenía un picor subyacente por la canela y los clavos de olor, antes de terminar con una dulce nota un tanto cítrica de las cascaras de naranja, Intenso, cálido y dulce... Definitivamente le recordaba a su capitán.

—Es bueno, mocosa —dijo Levi. Ella le sonrió.

—Gracias, capitán.

Levi agarró su taza y se dirigió hacia la puerta, apanas rodeando el umbral de la puerta antes de pausar. Echó un vistazo sobre el hombro, viendo a Mia llevar su taza hacia la mesa y empezar a sacar una silla para sentarse. Llevaba un libro con ella, reconoció la portada como el mismo que había llamado su atención en la librería. Así que habían pensado lo mismo; esperaba que cumpliese con sus expectativas.

—Puedes acompañarme.

Dentro de su cabeza, Levi se golpeó en la cara. Parecía que le era mucho más difícil controlar sus pensamientos alrededor de ella. Por lo general era calculador, del tipo de persona que pensaba antes de actuar. Actuar por impulso no era algo con lo que fuese familiar y tomó nota mental de pensar con cuidado antes de decir algo. O en sus palabras... «dejar de meter la pata».

Mia vaciló, percibiendo que tal vez no quiso decirlo. Pensó en darle una oportunidad para escapar.

—No pasa nada, capitán. No me molesta quedarme aquí.

Grey [Levi Ackerman] TraducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora